Deuda. Alberto Fernández dio pistas sobre cómo enfrentará una de sus mayores urgencias
"No hay pago de deuda que se pueda sostener si el país no crece". Con esa afirmación, Alberto Fernández se refirió en su discurso ante la Asamblea Legislativa a uno de los principales desafíos que enfrentará en los primeros meses de su gestión. "Seriedad en el análisis" y compromisos "sensatos" son dos pilares que, según el nuevo Presidente, marcarán el proceso de renegociación.
"Buscaremos una relación constructiva y cooperativa con el FMI y con nuestros acreedores. Resolver el problema de esta deuda insostenible no es una situación de ganar una disputa a nadie. El país tiene voluntad de pagar, pero carece de la capacidad de hacerlo", sostuvo Fernández, insistiendo en el mensaje de diálogo que mantuvo en campaña.
"La deuda pública en relación al PBI está en su peor situación desde 2004, cuando estábamos en default", afirmó Fernández, quien criticó la gestión de Mauricio Macri en materia de endeudamiento.
"La Nación está endeudada con un marco de inestabilidad que desecha cualquier posibilidad de desarrollo y deja al país rehén de los mercados internacionales. El Gobierno que se va dejó al país en una situación de virtual default. Siento estar transitando el mismo laberinto que nos tocó atravesar con Néstor Kirchner en 2003", afirmó el exjefe de Gabinete (2003-2008).
Según Fernández, el planteo de su administración hacia la renegociación de la deuda propondrá "seriedad en el análisis" y buscará compromisos "sostenibles". "El Gobierno saliente tomó gran cantidad de deuda sin generar condiciones para que pueda ser pagada. Los inversores tomaron riesgos en invertir en un modelo que fracasó en muchas ocasiones", afirmó el Presidente.
"Asumiremos toda la negociación de nuestra deuda. No vamos a repetir la historia de técnicos imprudentes que prometen planes que no se pueden cumplir y luego terminan comprometiendo el futuro de millones de argentinos", dijo Fernández.
En ese contexto, llamó a "reordenar las prioridades de la economía y la estructura productiva" del país. "Necesitamos cambiar la carga de la deuda para poder desarrollar el país, generar capacidad productiva para exportar y generar capacidad de pago", insistió.
En ese marco, adelantó que la renegociación de la deuda convocará a "todas las partes involucradas" y que el proceso se extenderá por algunos meses. A su vez, confirmó que no dará tratamiento legislativo a la ley de Presupuesto 2020 enviada por el gobierno de Macri y que enviará un proyecto propio "cuando la renegociación de la deuda haya sido completado".
Deuda: una montaña de compromisos en el corto plazo
La deuda oficial bruta total asciende a los US$311.251 millones, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Finanzas al final del tercer trimestre de este año. De ese monto, US$191.006 millones corresponden a títulos públicos en moneda local y extranjera, y US$26.559 millones corresponden a Letras del tesoro.
Si bien el stock total de deuda con el sector privado ronda el 50% del PBI, el escenario es desafiante dada la acumulación de vencimientos de capital e intereses de diversos instrumentos en el corto plazo.
Solo en 2020, la Argentina enfrenta vencimientos por US$58.484 millones (el monto incluye deuda en pesos y en moneda extranjera), de acuerdo con estimaciones de la Consultora Ledesma.
En 2021, el monto a pagar es de US$36.604 millones y en 2022, cuando está estipulado el comienzo de la devolución del acuerdo stand-by firmado con el FMI, los vencimientos ascienden a US$48.884 millones.
Por último, los US$44.280 millones pendientes en 2023 elevan el monto total de pagos comprendidos durante la presidencia de Alberto Fernández a US$190.254 millones.
La decisión de renegociar los plazos y establecer algún tipo de quita que reduzca el peso de la deuda en los primeros años de gestión fue uno de los pilares de la estrategia que deslizaron Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán. "El riesgo de default es muy alto", planteó ayer el presidente, en declaraciones a Radio Nacional.
En el primer trimestre de 2020, el Estado Nacional tiene en su calendario vencimientos por US$16.463 millones, según estimaciones de la Consultora Ledesma. De ese monto, unos US$7065 millones corresponden a Letras del Tesoro (en pesos y dólares; unos US$4108 millones son por bonos en legislación local; unos US$909,5 millones son por bonos en legislación extanjera.
En el segundo trimestre, en tanto, los vencimientos se incrementan y superan los US$25.134 millones. De ese monto, US$14.007 millones corresponden a bonos de legislación local; US$6566 millones, a letras del tesoro, y US$831,7 millones a bonos de legislación extranjera.
En ese exigente horizonte de corto plazo, la renegociación de la deuda será uno de los desafíos más urgentes del nuevo Gobierno. Con US$43.784 millones de reservas en el Banco Central al cierre de ayer (el volumen de divisas de libre disponibilidad ronda los US$10.000 millones) y el mercado de crédito internacional virtualmente cerrado, la situación financiera del país impone urgencias para completar esa gestión en pocos meses.
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