
Desplazaron al director de la Anses
En el lugar de Douglas Lyall asumirá Gustavo Macchi; ayer pudieron regularizar el pago a jubilados y pensionados

El hasta ayer director ejecutivo de la Anses, Douglas Lyall, debió renunciar a su cargo luego de que el ministro de Trabajo, José Dumón, se lo exigiera. "Es un cambio natural de equipo. Cuando se cambian los ministros se cambian los equipos", fue la única explicación que dio el titular de la cartera laboral por la tarde, al referirse al tema.
Al frente del organismo encargado de distribuir los recursos de la seguridad social -unos $17.000 millones al año- asumirá Gustavo Macchi, funcionario de la Auditoría General de la Nación y ex subsecretario de Hacienda del gobierno de la ciudad de Buenos Aires durante la gestión de Fernando de la Rúa. Allí, Macchi secundaba al entonces secretario de Hacienda, Adalberto Rodríguez Giavarini (hoy canciller).
Si bien la renuncia de Lyall llegó justo cuando comenzaron a hacerse evidentes las dificultades para cumplir con el pago de haberes de noviembre a jubilados y pensionados, lo cierto es que no se trata de hechos relacionados. En rigor, la existencia de recursos no depende directamente de la Anses y, por otro lado, la suerte de Lyall venía echada desde hace unos días, según pudo establecerse.
Diversas fuentes relacionaron el pedido de renuncia por una cuestión meramente política. Lyall había llegado al cargo de la mano de la ex ministra de Seguridad Social Patricia Bullrich, que ayer sostuvo, en diálogo con LA NACION, que al desplazado funcionario lo empujaron desde el radicalismo. "Están frenando las reformas que impulsamos para la Anses. Dumón pidió hace tres días la incorporación de cinco gerentes, cuando se trataba de cargos que habíamos concursado para hacer una designación más transparente. Dumón y también Leonardo Aiello (secretario privado del presidente de la Nación) estuvieron presionando para sacar a Lyall del puesto", acusó Bullrich.
Lyall, por su parte, admitió que existió ese pedido de Dumón, que no fue respondido, y recordó que el llamado a concursos para nuevos gerentes es un proceso que no terminó de completarse pese a que, una vez recibidas las propuestas, quedó todo listo para convocar al jurado y tomar las decisiones finales.
Respecto de las razones por las que, según él, Dumón le pidió la renuncia "en nombre del Presidente", Lyall dijo desconocerlas.
La relación con Dumón no había sido buena y ayer trascendió que la decisión no fue tomada antes por la provisoriedad con que el titular de Trabajo tomó a su cargo la Anses. El organismo depende del Ministerio de Seguridad Social, cartera creada poco antes del alejamiento de Bullrich del Gobierno, y nunca se tomó una resolución respecto de la continuidad o no de esa estructura.
Versiones
Por esa razón, tras la renuncia de Lyall comenzaron a correr versiones, alimentadas por sectores del radicalismo, que ponían en duda la continuidad del secretario de Seguridad Social, Jorge San Martino. Sin embargo, fuentes cercanas a Dumón negaron que se le haya pedido la renuncia.
Respecto del pago de los beneficios previsionales, ayer consiguió normalizarse la situación a costa de dejar de pagar el seguro de desempleo, cuyas prestaciones tienen un costo de poco más de $ 19 millones, según admitió el propio Lyall.
Ocurre que, tal como se informó ayer, el Gobierno tiene dificultades para garantizar el cumplimiento de todos los compromisos, que implican una erogación en el mes de $ 1200 millones.
Ayer por la mañana hubo problemas en varias sucursales del Banco Nación por el retraso del envío de fondos, lo que afectó a los pasivos que quisieron cobrar por esas horas. Sin embargo, el pago se normalizó hacia el mediodía.
Ahora, el Gobierno espera la obtención de recursos para hacer frente al pago de los haberes jubilatorios. Uno de esos recursos son los fondos provenientes de los plazos fijos de las AFJP que vencerán en los próximos meses.
Ayer, una resolución de Economía dispuso la compra de Letes por U$S 2300 millones con el dinero proveniente de esos plazos fijos.
Las letras vencerán en 120 días pero, según afirmó ayer Domingo Cavallo, podrían quedar convertidas en préstamos garantizados.