Designación: confirmaron en el cargo a una exmassista y a un outsider al frente de dos puestos claves para la gestión económica
El Gobierno oficializó hoy en el Boletín Oficial a Flavia Royon al frente de la Secretaría de Minería y a Daniel Méndez al cargo de Casa de Moneda
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El Gobierno oficializó hoy a dos funcionarios en cargos importantes para la gestión económica. Por un lado, confirmó a la exsecretaria de Energía durante la gestión anterior, Flavia Royon, al frente de la Secretaría de Minería. Por otro lado, sorprendió con el nombramiento de Daniel Méndez al frente de Casa de Moneda, la empresa estatal encargada de la impresión de billetes. Mientras que la primera tendrá la misión de atraer inversiones en un sector estratégico, el segundo deberá facilitar el día a día de todos los ciudadanos con la impresión de billetes de mayor denominación.
La continuidad de Royon en el actual gobierno fue también una sorpresa inicial, ya que había llegado a la función pública nacional de la mano de Sergio Massa, cuando el exintendente de Tigre asumió en el Ministerio de Economía. Sin embargo, en los últimos meses de gestión la relación entre ambos se había deteriorado. Según contaron en el sector, Massa tomaba decisiones sobre energía sin consultarle a su especialista en el área, pero escuchando más los intereses de La Cámpora y de sus empresarios más cercanos.
Royon ya se había desempeñado como ministra de Minería en Salta, su provincia natal. Después de trabajar durante 15 años en el Frigorífico Bermejo, que fundó el fallecido banquero Jorge Brito (del Banco Macro), ingresó a la función pública con la llegada de Gustavo Sáenz a la gobernación. Primero estuvo como directora de Financiamiento y Promoción de Inversiones, y luego fue secretaria de Energía y Minería durante 15 meses. Sáenz fue excompañero de Massa en la fórmula presidencial de 2015.
Quienes trataron a Royon en Salta, especialmente los empresarios del sector minero del litio, indicaron que es “trabajadora, práctica, inteligente y sabe de minería y de otros mercados de commodities”. De hecho, también fue consultora sobre temas del mercado de ganados, carnes y exportación. Estudió ingeniería industrial en la Universidad de Salta y tiene un Executive MBA (EMBA) de la Universidad Austral.
Méndez, por su parte, aprenderá sobre su nuevo rol al frente de Casa de Moneda cuando asuma. Todavía no fue presentado en la sede central de Retiro. Hasta hace poco, quien había iniciado los primeros contactos de la transición era Augusto Ardiles, un exdirector de la empresa, quien asesoró en temas económicos a Patricia Bullrich durante la campaña presidencial. Por eso la designación de Méndez sorprendió hasta a los propios trabajadores de Casa de Moneda.
Según su perfil de LinkedIn, Méndez es licenciado en Administración de Empresas por la Universidad de Belgrano -misma casa de estudios donde se formó Javier Milei como economista- y realizó gran parte de su carrera profesional en la tabacalera Phillips Morris, donde estuvo casi 28 años hasta llegar a ser gerente de Administración de Ventas y Marketing. Dejó la compañía en 2016, para sumarse como gerente de Proyectos y Desarrollo en el Mercado Central, donde estuvo hasta abril de 2020. Desde entonces se desempeñaba como asesor financiero de manera autónoma.
Su mayor desafío será poner en marcha la impresión de billetes de máxima denominación, una decisión que debe solicitarla el Banco Central (BCRA). La entidad monetaria está trabajando en algunos prototipos, según pudo saber LA NACION, pero dependerá de los plazos en los que lo quieran poner en circulación. “Si los quieren tener en cajeros para el aguinaldo de 2024, que es el primer pico de demanda del año, van a tener que correr realmente mucho”, dijo un especialista que conoce el funcionamiento del sector.
El presidente Javier Milei confirmó ayer que se está evaluando imprimir billetes de $20.000 y $50.000. “Es una tortura lo de los billetes. Imaginate que tenés que hacer un pago en efectivo y tenés que andar con un bulto de papeles, con lo cual te pone una etiqueta en la frente que dice ‘roba acá’. Es obvio que estás llevando dinero”, sostuvo durante una entrevista con LN+.
El monto de $50.000 no es aleatorio: en el mundo, en promedio, el billete de máxima denominación equivale a US$57. En la Argentina, eso implicaría tener billetes de $50.000, a un tipo de cambio oficial superior a $800.
Como adelantó LA NACION, el presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, admitió en una reunión cerrada que no le molestaría dar una pirueta numismática: agregarle un cero al papel de $500, para convertirlo en $5000. Un entuerto técnico lo deja con escasas alternativas adicionales.
Muchos billetes en la Argentina tienen el electrotipo (la marca que aparece al lado del hilo de seguridad) con la denominación. Por ejemplo, el billete de $1000 del hornero, cuando se lo ve a trasluz, muestra el número. Sería ridículo hacer un papel de $10.000, por caso, cuyo electrotipo diga $1000.
El billete de $500 de Manuel Belgrano y Remedios del Valle, en cambio, lleva sus iniciales. Tendría sentido agregarle un cero. Dado que el hilo de seguridad y el electrotipo vienen con el papel, las modificaciones podrían ser más rápidas y al momento de ponerle la tinta, obtener un billete de mayor denominación.
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