“Desdolarización”: el histórico camino que eligió Perú para bajar la inflación
El país sudamericano, que sufrió una hiperinflación de más de 7000% en 1990, decidió no atar su moneda a un valor fijo y, sin embargo, pudo bajarla; la mantiene en un dígito anual, incluso pese a sus recurrentes crisis políticas, como la de la última semana
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1. ″Desdolarización”
La inflación cada vez más elevada lleva a pensar soluciones radicales. Así, suena cada vez más fuerte la idea de la dolarización como principal medida. En paralelo, el presidente del Banco Central de Perú dio una entrevista en la cual dejó conceptos interesantes y que, además, sirven para ilustrar una economía que tuvo raíces inflacionarias similares a las de la Argentina y que pudo controlar a lo largo del tiempo, incluso pese a las crisis políticas, como la de esta semana. En vez de dolarizarse, eligió el camino de la “desdolarización”. Repasemos su historia.
2. Inflación
La caída de la inflación a nivel global empieza en los 80, cuando se consolidan las economías más desarrolladas. Europa y Estados Unidos pasan de una inflación de dos dígitos a un objetivo de 2% anual, que, excepto por el último año, cumplen desde entonces. A América Latina este proceso llegó años más tarde y los países de la región pasan de inflaciones cercanas al 100%, a comienzos de los 90, a controlarla en torno a un dígito anual. Si bien el objetivo era el mismo, los mecanismos para alcanzarlos fueron diferentes. La Argentina optó por un régimen de tipo de cambio fijo (convertibilidad) para desacelerar el proceso de una hiperinflación. Perú, que sufrió una hiperinflación de más de 7000% en 1990, decidió no atar su moneda a un valor fijo y, sin embargo, pudo bajarla.
3. Fujishock
La principal razón era un déficit fiscal elevado y sostenido en el tiempo (cerca de 12%) financiado con transferencias monetarias del Banco Central. A esta acumulación de desequilibrios se sumó un contexto externo desfavorable, con una prominente baja en los precios de las commodities. Esto llevó a que los recursos del país cayeran y en agosto de 1990 se anunció un plan de estabilización, conocido como “Fujishock”. Este plan constó de la liberalización de precios hasta ese momento controlados por el Estado, congelamiento de la planta pública, reducción de gastos vía eliminación de exenciones impositivas y suba de impuestos sobre las exportaciones. A eso se le sumó un 400% de aumento en el salario mínimo y se otorgaron bonos excepcionales.
4. Cambios
Luego de los cimbronazos, la economía peruana había quedado muy dolarizada. Es decir, tanto los créditos otorgados por entidades financieras como los depósitos de los ciudadanos se denominaban en dólares. Al igual que la Argentina con el austral, en 1985, en Perú hubo un intento de recuperar la confianza de la moneda y se reemplazó el sol de oro por el inti, al tiempo que se dispuso un esquema de desdolarización forzosa, mediante la inconvertibilidad de los depósitos en efectivo en dólares. Duró seis años y fue reemplazado por “el nuevo sol”. Desde entonces, el sol y el dólar conviven y se permite que las transacciones y el ahorro se mantengan en la moneda que sus habitantes decidan. Sin embargo, la preferencia por los soles comenzó a ser marcada.
5. Resultados
Dentro de historias diferentes hay similitudes. El componente principal del proceso de desdolarización tuvo que ver con el compromiso de reducir la inflación, con metas de cercanas a las de EE.UU. y controlando la cantidad de dinero en la economía, con una tasa de interés atractiva para los ahorristas. Además, se realizaron acciones de coordinación orientadas a extender el uso de créditos en soles y a la valuación de los precios en esa moneda. Hoy, Perú convive con inflación baja, sin cepos y una economía que confía en su moneda.