Del minero que rompía récords de producción al fin del trabajo: empleo y ocio en la hoja de Excel
En contraste con modelos en los cuales se intentaba batir récords en las tareas y se premiaban esfuerzos casi sobrehumanos, existe un movimiento de quienes planifican su economía cotidiana para dejar de trabajar a edades tempranas; qué dice sobre el tema un nuevo libro que explora el posible futuro del empleo
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Alekséi Grigórievich Stajánov todavía no había cumplido los 30 años cuando en agosto de 1935 batió un récord sobrehumano que lo convertiría en las décadas siguientes en un héroe de la Unión Soviética: extrajo él solo, en una jornada, 102 toneladas de carbón de una mina, 14 veces más que el promedio del resto de los operarios. Unas semanas después, en septiembre de 1935, volvió a batir su marca con 227 toneladas de carbón. Con su proeza llegó a ser tapa de la revista Time, obtuvo la medalla de la Hoz y el Martillo y se convirtió en un ejemplo para la ex URSS por su empuje, sacrificio y dedicación.
La historia está contada en el último libro de los economistas Eduardo Levy Yeyati y Darío Judzik, Automatizados: Vida y Trabajo en Tiempos de la Inteligencia Artificial (Editorial Planeta), que se presentó en abril.
Los dos profesores de la Universidad Torcuato Di Tella se refieren al “estajanovismo” en el capítulo 1, “Nada será como antes. El vértigo de lo nuevo”, en un apartado de Despídanse del Hombre de Mármol, en referencia a una película del polaco Andrzej Wajda, de 1977, en la que un trabajador estrella produce 30.000 ladrillos en una fábrica y se convierte en el símbolo del régimen, con estatua de mármol incluida.
Las historias del viejo sistema comunista les sirven a Yeyati y Judzik para dibujar un contraste con el “blanco móvil” que es hoy la discusión (y cualquier pretensión de pegarle con pronósticos) sobre el futuro del trabajo. Los autores parten de la hipótesis de que con la actual transición tecnológica (con la Inteligencia Artificial Generativa a la cabeza) “esta vez es diferente”. O como dice la canción de Intoxicados que los autores citan: “Esta vez es en serio, no estoy mintiendo, algo se prende fuego”. En su nuevo libro citan muchos datos al respecto, como por ejemplo que la capacidad computacional utilizada para entrenar modelos de machine learning se está duplicando cada seis meses (más rápido que en la dinámica de la Ley de Moore).
Hay pocas áreas más dificultosas para hacer proyecciones como la del futuro del trabajo. El tema es que no solo hay que tener en cuenta el impacto tecnológico –algo que ya de por sí es complejo de pronosticar–, sino que también entran en el juego factores culturales, demográficos, de valores generacionales, composición de las familias, etcétera.
Un ejemplo de cambio cultural masivo es un movimiento que comenzó a intensificarse en los Estados Unidos entre los millennials en la década pasada y que hoy tiene grupos en discord y otras plataformas, con centenares de miles de integrantes.
Es algo parecido a “Stajanovich hoy, ocio mañana (¡pero cuanto antes!”). La sigla que lo identifica en inglés es F.I.R.E (como despedido, o como el fuego de Intoxicados también), y significa “Independencia Financiera, Retiro Temprano” (“Financial Independence and Retiring Early”). El acrónimo fue creado en 1992 por los autores Vicky Robin y Joe Domínguez en su libro Tu Dinero es Tu Vida, pero recién ganó momentum dos décadas después. Tiene gurús como J. L. Collins o como el economista Karsten Jeske, un divulgador FIRE que se retiró joven en 2018 y comparte en las comunidades de seguidores de este credo sus planillas de Excel sobre cómo calcular los ahorros y gastos consistentes con este tipo de objetivos. Hay conceptos como el de “retiros máximos saludables” y otros instrumentos de matemática financiera adecuados a estas metas.
El mantra es siempre maximizar el ingreso en la primera etapa de la vida, vivir lo más frugalmente posible (auto propio, por ejemplo, es algo que está mal visto en esta comunidad) y evitar endeudarse a toda costa. Hay distintos modelos de retiro temprano para planificar. Por ejemplo está el “lean FIRE” (dejar de trabajar por completo a cierta edad), el “fat FIRE” (seguir con gastos altos, con lo cual es mayor el monto a acumular) o el “Barista FIRE” (no dejar de trabajar del todo, sino seguir con alguna ocupación part time y poco exigente que permita cubrir algunos gastos).
“Es un movimiento muy interesante y es toda una novedad que se dé en gente tan joven”, dice a LA NACION Martín Curiman, un empresario argentino que nació en Bahía Blanca (fue buzo de profundidad en esa ciudad, cuando estudiaba) y hoy lidera desde Houston, Estados Unidos, el principal grupo financiero de seguros de retiro para el segmento hispano de ese país, con 2000 empleados. “Es todo un mercado nuevo, que prioriza la austeridad y explora planes de retiro que se pueden ir moviendo de uno a otro, sin penalidades, generando intereses extras de acuerdo a los instrumentos financieros que se elijan”, agrega el CEO del Grupo Curiman.
La mentalidad descripta por Curiman es también lo que se conoce como un “mindset de longevidad”: comenzar a pensar cuanto antes en la vida qué se debería hacer (a todo nivel) para llegar en buenas condiciones físicas, mentales y financieras a los 80, 90 o 100 años.
“Es la magia del interés compuesto”, suma ahora Leo Piccioli, economista, ex-CEO de Staples y autor de varios libros, entre ellos el reciente Sé tu propio CEO: Aprende el método para eliminar, automatizar y tercerizar tareas. Y lidera en la era de la inteligencia artificial (El Ateneo).
Alguna vez Albert Einstein, hace 100 años en una conferencia en Alemania, citó al interés compuesto como “la octava maravilla del mundo”. Implica, dice Piccioli, que ser conscientes de muchos de los temas que plantea la agenda FIRE (por más que no se la siga al pie de la letra en lo que hace a retiro muy temprano) conllevan un retorno mucho más elevado en la adultez si se la comienza a seguir a los 25 que a los 35 o a los 50 años. “Y lo mismo pasa con otros hábitos, no solo con el dinero. Por ejemplo, si alguien decide seguir un curso para aprender una herramienta determinada, ese saber va a ser más aprovechado en la vida cuánto más joven se adquiera”, dice Piccioli.
“Todos deberíamos llevar una planilla de Excel que se llame ‘años sin trabajar’”, dice el autor de Sé tu propio CEO, que en su sitio personal CEO En Camiseta suele postular las “3D” del trabajo: Desarrollo, Diversión y Dinero. ¿Qué dirían el “hombre de mármol” polaco y el minero estrella Stajanov de todo esto? Tal vez sus nietos o biznietos planifiquen un plácido retiro de “FIRE barista” en una isla griega o del sur de Italia, en lo que sería un giro interesante en el debate por el futuro del trabajo.