La llegada de la nueva versión de la disruptiva tecnología podría lograr, según algunos vaticinios, que muchos trabajos humanos sean reemplazados; qué se sabe sobre los alcances que tendrán los nuevos y continuos avances
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Fue tres semanas atrás. Varios empresarios argentinos lo escucharon y lo postearon en redes de inmediato. En una convención de firmas de tecnología, Dan Schulman (el exCEO de PayPal) afirmó que si con GPT4 (la actual versión de inteligencia artificial que motoriza ChatGPT y otras aplicaciones) vivimos un “momento guau”, hay que prepararse para el siguiente nivel: GPT5, que muy probablemente se lance en breve, en nuestro invierno, y que promoverá un “momento de pánico” (“freak out momment”) por la caja de Pandora de posibilidades que abrirá. Schulman tuvo acceso a versiones de prueba de la nueva tecnología. En el mismo evento tuvo un vaticinio inquietante para el mercado de trabajo: “Un 80% de los trabajos que hoy existen se reducirán un 80% en alcance (humano)”.
No es el único pronóstico radical sobre esta temática que se escucha de personajes poderosos y referentes en esta industria. Elon Musk sostuvo en diciembre que la IA superará a la humana en la mayor parte de los rubros para 2025, en tanto que Dario Amodei (que junto con su hermana Daniela se fueron de OpenAI y fundaron Anthropic, con un millonario financiamiento de Amazon) predijo que para el año que viene “los sistemas de IA serán capaces de replicarse y de sobrevivir a la intemperie”.
Entre quienes sostienen esta visión más extrema sobre el poderío de la nueva tecnología es muy citado un ensayo largo de Tomás Pueyo, publicado en noviembre del año pasado, que habla de la “mayor amenaza de la historia de la humanidad”. Pueyo lo escribió luego de la “novela” de la salida y regreso de San Altman a OpenAI a fin de 2023, que provocó tal preocupación en el ambiente tecnológico que las aplicaciones de monitoreo de sueño registraron esa semana la peor calidad de descanso en la costa este de Estados Unidos desde que esto se mide a nivel masivo.
¿Qué se sabe de GPT5? Por ahora hay muchas especulaciones. Altman se refirió poco a su nuevo producto, aunque afirmó que “sorprenderá” y que será “significativamente mejor” que su predecesor. En una entrevista con el muy exitoso podcaster Lex Fridman, Altman dijo que igualmente estos avances aún no están “en la curva”. Con esto se refirió a que lo que vimos hasta ahora son los primeros pasos en una curva exponencial, que todavía no entró en un punto de quiebre hacia una subida más vertical.
OpenIA tiene mucha presión para lanzar pronto su GPT5 (hay quienes dicen que, tal vez, se difunda antes una versión intermedia, GPT4.5) porque otras empresas le están pisando los talones. En la misma semana en la que Schulman dijo el pronóstico que contamos en el primer párrafo, Meta lanzó su Llama 3 con muy buena repercusión. Y también corren a la par Gemini (de Google) y Claude (de Anthropic). Hoy las apuestas se centran en una versión multimodal, bastante mejor que la anterior, a ser lanzada en el verano de Estados Unidos (invierno del cono sur). Los sitios especializados hacen alusión a la canción de Daft Punk: “Harder, better, faster, stronger” (más duro, mejor, más rápido y más fuerte).
La otra cara
A lo largo de los casi 70 años de historia de la inteligencia artificial (el término surgió en 1956, en un ensayo de John McCarthy) hubo varios ciclos de auges seguidos de “inviernos”, pero tal vez ningún boom haya sido tan intenso como el experimentado en 2023 y que parece no detenerse en 2024. Hay, sin embargo, algunas voces que llaman a la cautela. En lo que va del año, las menciones al término “IA” en los reportes de empresas a inversores cayeron un 28%, lo cual lleva a algunos analistas a sostener que ya se pasó el punto máximo de furor.
Para el sociólogo e investigador de la Universidad de San Andrés (Udesa) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Alejandro Artopoulos, hay mucha exageración en los pronósticos más tremendistas con GPT5. Todavía el uso real de ChatGPT y de otras herramientas de IA generativa es relativamente bajo en la escuela y en el trabajo, aun para los Estados Unidos, remarca a la nacion.
Y menciona dos encuestas recientes de Pew Research, que muestran que solo un 13% de los adolescentes de los Estados Unidos lo usan para sus tareas. Otro reporte del mismo centro titula que mientras “la mayoría de los adultos en los Estados Unidos escuchó hablar de ChatGPT, pocos los probaron por su cuenta”, y todavía es una proporción baja la de quienes lo usa regularmente. ChatGPT se lanzó en noviembre de 2022 y se convirtió en breve en la aplicación más exitosa de toda la historia, con 100 millones de bajadas en solo dos meses.
Aun para algunas leyendas de Silicon Valley, la polémica está corriendo por carriles de demasiada exageración. Una declaración famosa en este sentido fue la de la testificación ante el Senado de Estados Unidos de Yann LeCun, el jefe de IA de Meta, en septiembre de 2023, quien dijo que hoy la mejor IA no supera a la inteligencia de un gato hogareño: “El cerebro de un gato de hogar tiene 80 millones de neuronas, que deben ser multiplicadas por 2000 para obtener el número de sinapsis, y eso es el equivalente a la cantidad de parámetros de los LLM más avanzados”, precisó. LeCun cree que la IAG (inteligencia artificial general) se alcanzará algún día, pero que ese momento está más lejos de lo que muchos vaticinan.
Uno de los problemas con este debate es que las definiciones de “IA general” son muchas, al igual que las de inteligencia humana, con lo cual los parámetros varían ampliamente de acuerdo con cada consideración.
Y además, ¿por qué esta tecnología debería ser distinta de las anteriores, en el sentido de no respetar el “hype cycle” (ciclo de exageración y desencanto), que predice que tras una burbuja o boom hay una caída, y luego un período de crecimiento más robusto, pero menos empinado?
Fernando Zerboni, experto en complejidad y management de la Udesa, cree que en este caso los límites vendrán por el lado de la disponibilidad de datos, el costo de procesarlos y el problema de los sesgos.
Pero aun con un “invierno” o un escenario de desaceleración profunda en la tecnología en sí, el margen para “llenar el espacio” de negocios con los avances del último año es enorme.
Es un concepto que siempre repiten dos tecnólogos muy citados en esta sección, Andrei Vazhnov y Marcelo Rinesi: hay que tener en cuenta que el actual boom económico de aplicaciones con inteligencia artificial se basa en descubrimientos de hace diez o doce años. Tal vez los algoritmos no se “escapen, se reproduzcan y sobrevivan a la intemperie” pronto, como en una película distópica, pero lo que ya está disponible puede alcanzar por sí solo para generar cambios cámbricos en la economía y en los negocios.
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