Default. Las consecuencias que podría tener sobre empresas y personas
Hoy a las 17, la Argentina entraría en su noveno default: se vence el período de gracia por no haber pagado los bonos Global el pasado 22 de abril. Si, como dice el Gobierno, las conversaciones siguen y hay acercamiento con los acreedores, será uno "suave". Las consecuencias sobre la economía real, acuerdan los economistas, solo llegarían si se endurece la relación y la calificación pasa a ser "duro".
En la economía real y en el corto plazo, acuerdan los especialistas consultados por LA NACION, no habría mayores consecuencias a menos que los acreedores hagan uso de dos cartas, para lo que deberían primero pasar por los tribunales de la ley en la que esté emitido cada bono.
Son dos cláusulas, la de aceleración de pagos, es decir, el pago adelantado e inmediato del total de los intereses y del capital, y la de cross default o de incumplimiento cruzado, según la que se asume que si no se paga un título en tiempo y forma (en este caso los bonos Global que no se abonaron el 22 de abril pasado), sucederá lo mismo con los demás.
Para eso, hace falta que un 25% de los acreedores presente una demanda en el tribunal que corresponda y que esa demanda prospere, suma Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina. "No es un proceso inmediato. Si la Argentina sigue negociando, todavía para los acreedores no tiene mucho sentido aplicarlo" resume.
Mientras eso no suceda, los efectos más "habituales" de un default, como el fin del crédito para las empresas, no se verán. Sin embargo, argumenta Santiago Bulat, economista jefe de Invecq, sí podría haber un efecto más financiero sobre el dólar: la cesación de pagos podría poner un poco más de presión sobre el tipo de cambio libre, lo que derivaría, en algún momento, y en tanto siga aumentando la brecha, en variaciones en la plaza oficial.
Las consecuencias sobre la economía real
La suerte de las provincias, que también están endeudadas, depende de la deuda nacional. Sus reestructuraciones están atadas a la de las obligaciones soberanas. Esa es la primera de las consecuencias que una cesación de pagos más dura podría tener sobre la economía real, según un informe de la consultora Abeceb. "Este impacto por ahora no se daría, porque es un default ‘de corto plazo’; nuestro escenario base es que se va a llegar a un acuerdo con los bonistas", aclara Soledad Pérez Duhalde, directora de Operaciones de la firma.
El impacto en la economía real por ahora no se daría, porque es un default ‘de corto plazo’
Además, el sector privado tendría restricciones en el financiamiento externo. "Para las grandes empresas que colocan obligaciones negociables (deuda corporativa) en el exterior, implicaría costos tan elevados que hará la colocación de deuda cuasi prohibitiva", suma el documento.
En las decisiones de las compañías, influiría en la gestión de préstamos "intercompany" y podría minar la posición del país en la carrera por recibir alguna relocalización de capital, en otras palabras, en las decisiones de inversión de una casa matriz.
Por otro lado, el default podría tener impacto en el comercio exterior, ya que una cesación de pagos restringe el financiamiento comercial para la exportación y la importación. También alejaría la posibilidad de contar con inversión extranjera directa, dinero que, en muchos casos, se necesita para grandes obras de infraestructura, por caso.
En estos dos puntos, aclara Pérez Duhalde, la Argentina ya está muy limitada. La economista apunta que, en la mayoría de estos ítems, un default más duro agravaría la situación del país, que ya es delicada. Por el momento, recuerda, son solamente consecuencias hipotéticas -y hasta ahora teóricas- de lo que puede pasar. Todo depende de cómo sigan las negociaciones de la Argentina.
El efecto de las calificadoras
Si a las 17 de hoy la Argentina no paga los US$500 millones que debe por los bonos Global, las calificadoras, como Moody’s y Standard & Poor's, cambiarán el rótulo con el que describen a la Argentina en lo que respecta a bonos emitidos bajo ley extranjera, independientemente de si los acreedores litigan o no.
"Más allá de que el acreedor no te lleve a juicio, las calificadoras te van a poner ‘en default’. Dirán que están negociando, que es un default ‘acordado’, pero en definitiva, es default", resume Fernando Marull, de FMyA. Añade que es una "mancha más" en la reputación del país como pagador, que ya de por sí no es buena.
En principio, si las conversaciones siguen, esto no debería tener mayores inconvenientes. No obstante, Bulat recuerda que hoy a la mañana el Grupo Ad Hoc -que reúne a varios fondos que compraron deuda argentina-"comunicó que la Argentina en el último mes no tuvo un compromiso con los acreedores". Apunta: "Eso se contradice con la posición de Martín Guzmán [el ministro de Economía], que dice estar cada vez más cerca de acuerdo. Si bien creo que hay espacio para llegar a un acuerdo, la Argentina es la que tiene que accionar ahora".
Si bien hay espacio para llegar a un acuerdo, la Argentina es la que tiene que accionar ahora
"Si en las próximas semanas rompés relación, vas a un ‘hard default’ según las calificadoras", concuerda Marull. En ese momento se empiezan a ver los efectos sobre la economía real.
Si en las próximas semanas rompés relación, vas a un ‘hard default’ según las calificadoras
En definitiva, en lo que respecta a las consecuencias que sí tienen impacto sobre la economía local, aunque no se vean consecuencias inmediatas en tanto no haya juicios, la Argentina estará más vulnerable, explica Rajnerman. "No es lo mismo la situación del 21 de mayo que la del 23 de mayo", cierra.
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