De la economía colaborativa a la cuarentena: las claves de los negocios que le dan pelea a la pandemia
Un espacio colaborativo de oficinas hoy sería una fiesta multitudinaria para un virus contagioso. Da miedo lo que podría circular entre la jarra compartida de café, la mesa común del almuerzo, los picaportes y los baños. Reducir costos haciendo un uso cooperativo del espacio, sobretodo para quienes tienen la posibilidad trabajar de manera remota, no suena más a una idea maravillosa del mundo virtualmente interconectado.
Es imposible saber a esta altura qué cosas el Covid-19 descartará para siempre como hábitos del pasado, pero mientras dure la cuarentena algunos de los modelos de negocios más exitosos del último tiempo están cancelados hasta próximo aviso. En el auge de la pandemia "compartir", del sharing economy o economía colaborativa, es casi mala palabra. Los nuevos términos que dominan titulares y recomendaciones son "aislamiento", "cuarentena", "distanciamiento".
"Sharing economy es un concepto de moda hace un par de años que hoy agrupa a varios modelos de negocios. Cuando hacés foco en qué quiere decir encontrás que hay formatos diversos, puede que algunos resistan y otros no, y además hay que ver cuáles se adaptan a la lógica argentina", explicó Daniel Serrot, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) a la nacion. "Solamente dentro del rubro 'transporte' es distinto el modelo que tiene, por ejemplo, Cabify (pedir un taxi desde el celular), o alquilar un auto y que lo maneje el mismo usuario como Awto, Toyota Mobility Services o MyKeego, o una idea como Cocoche, donde uno dispone de su vehículo particular para que otro lo use", ejemplificó Serrot.
De taxis a delivery
Uber fue una de las primeras figuritas estrellas del modelo de la economía colaborativa. Hoy el parate de la economía es tal que en uno de sus últimos comunicados la empresa dijo: "La seguridad de los usuarios y socios conductores es siempre una prioridad para Uber, y en este momento aconsejamos a todos quienes usan la plataforma se queden en sus casas".
Mientras tanto, otra parte del grupo está funcionando. Un vocero de Uber Eats dijo por mail a la nacion: "Durante el mes de marzo, se sumaron a la plataforma restaurantes que tradicionalmente no hacían delivery. Además, identificamos que muchos están adaptando sus opciones de menús de manera creativa, como por ejemplo, ofreciendo productos frescos sin cocción, bolsones de vegetales para cocinar en casa y combos semanales con variedades de almuerzos y cenas". Uber Eats es la parte de delivery de comida, está activo en el país desde noviembre 2018 y tiene presencia en Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Los pequeños y medianos negocios independientes representan el 60% de los restaurantes asociados de la plataforma en la Argentina. "Uber Eats eliminó el costo de envío asociado a los pedidos para más de 30.000 restaurantes locales y pymes de la Argentina y Latinoamérica con el fin de generar ventas incrementales para estos establecimientos" comentaron.
Hasta hace muy poco, el alquiler temporario de una casa o un departamento particular, como alternativa a pagar una noche de hotel, era un modelo aplaudido e incentivado como una experiencia "local". Pero el turismo es de las industrias que primero se vio perjudicada por el coronavirus. Con millones de vuelos cancelados y fronteras cada vez más estrechas, encontrar un huésped de Airbnb temporario resulta casi imposible.
Esto tiene un impacto tanto Airbnb -la empresa de San Francisco está valuada en US$31.000 millones y había anunciado que saldría a cotizar en bolsa durante el 2020- como para los millones de anfitriones cuya fuente de ingreso depende del alquiler de viviendas a otros por la plataforma.
La empresa tiene una iniciativa en Italia y Francia, donde anunció que los médicos, enfermeras, cuidadores y otro personal de apoyo médico que están atendiendo el brote puedan acceder a alojamiento gratuito a través de Airbnb. La comunidad respondió a la llamada y casi 6000 anfitriones en esos países ofrecieron sus hogares. Los anfitriones tendrán la opción de abrir sus hogares de forma gratuita a través de la plataforma Open Homes de Airbnb -creada en 2012. Si los anfitriones no pueden alojar de forma gratuita, Airbnb igual no cobrará tarifas por las estadías.
Trampolín online
"Dos cuestiones que se discutían antes de la pandemia quedaron rápidamente en evidencia. Hasta el año pasado había muchos problemas con los repartidores de Rappi y Glovo, especialmente a la hora de determinar si eran monotributistas o empleados. Hoy este tema desapareció de la conversación y son considerados héroes, porque que son los que están en la calle acercando a la gente lo que necesita", comentó Serrot. La posibilidad de crear una SAS (sociedades por acciones simplificadas) digitalmente en 24 horas, que estuvo vigente hasta febrero, hoy sería especialmente necesaria teniendo en cuenta la imposibilidad de circular.
En la Argentina en cuarentena, con las calles casi vacías, las redes sociales plagadas de #mequedoencasa y otros hashtags parecidos, la economía colaborativa sí tiene un lugar especial que tomar, especialmente a partir de las apps como Rappi, Pedidos Ya o Glovo que se presentan como "el supermercado o el restaurante en tu casa".
Para Glovo, sin embargo, esa relación no es tan obvia: "En términos generales no aumentaron los pedidos, de hecho, nuestra actividad general -considerando todos los comercios adheridos a la plataforma- ha disminuido desde el comienzo de la cuarentena. Se repite en otros mercados del mundo, sobre todo en Italia, donde nuestra facturación se redujo sustancialmente desde la llegada del Covid-19", explicaron en Glovo. Hubo crecimientos específicos en determinados comercios o categorías que hoy siguen abiertos y están exceptuadas en el DNU, pero en el resto de los rubros la actividad se cayó abruptamente.
"Los locales de alimentos sí han aumentado sus volúmenes de ventas. Desde que comenzó la cuarentena, lo que pudimos observar en mayor medida es un cambio en los pedidos. Antes la mayoría eran de restaurantes, en la actualidad los pedidos de supermercado duplicaron su volumen (entre lo más pedido se encuentran el queso, los huevos, el jamón, la leche y la manteca) y los de farmacia casi un 80% (los favoritos son alcohol en gel y etilico, desinfectante en aerosol, termómetros y guantes de látex)", explicaron en Glovo. También se favorece el uso de medios de pago digitales para evitar el contacto con el dinero físico.
Más que inventar algo nuevo, la cuarentena actuó como un catalizador de los negocios que tenían una alternativa online y pueden funcionar de manera digital o con el famoso delivery. Es el caso de Puppis, una cadena de productos y servicios para mascotas. La categoría representa un total anual de 1800 millones de dólares en la Argentina, y sólo el 3% se hace de manera online, según el cofundador de la marca Damián "Pipa" Nogaró. Desde que arrancó la cuarentena, el canal de venta digital triplicó su volumen. "Más del 70% de los hogares argentinos tienen una mascota, explicó Nogaró. "Nosotros siempre supimos que el online era el futuro, no tiene tanto sentido que alguien vaya a una sucursal a buscar una bolsa de 15 kg de alimento". Hace cuatro años Puppis no vendía nada online, y el año pasado lograron que el 15% de su negocio sea el canal digital. Desde la cuarentena, bonifican el delivery a mayores de 60 años y aumentaron las consultas veterinarias virtuales. Los más pedidos son alimento para mascotas y piedritas sanitarias para gatos, y recientemente se sumaron los juguetes para perros, posiblemente como demostración del aburrimiento de sus dueños.
La cadena, que tiene 30 locales en Argentina y 12 en Colombia, vio que el crecimiento de las ventas online "fue tanto en su web como en otros last millers, como Rappi y Glovo", dijo Nogaró y aseguró que en Colombia se da la misma dinámica.
De la cocina al living
"Cuando el coronavirus se termine seguramente haya un antes y un después, sobretodo en lo relacionado con teletrabajo" explicó Enrique Carrier, analista del mercado de telecomunicaciones. En la medida que las empresas y la gente se vayan adaptando va a haber una mayor propensión a usarlo, comentó Carrier. Era una herramienta que en general estaba reservada para multinacionales o empresas grandes, que tenían sistemas de acceso remoto y seguridad que permitían trabajar desde casa al menos un día por semana. Teleeducación y telemedicina, en su opinión, son los otros ámbitos que vieron un impulso.
Qué herramientas o plataformas van a capitalizarse por esta nueva modalidad depende de cada modelo de negocios, argumentó Carrier, pero en términos generales, como todas están en la nube y se puede acceder desde cualquier lado, quien venda servicios y espacio en la nube se ve favorecido. "La nube como tecnología pilar va a tener un gran impulso de todo esto", aseguró.
El tráfico en internet aumentó entre el 25 y el 40%. "Eso es lo que generalmente aumenta en el transcurso de un año, y se dio sólo en un par de días, acompañado de un escenario favorable porque hubo buen tiempo y quienes tienen jardín, balcón o terraza intentaron hacer actividades no conectados" dijo Carrier.
A nivel internacional hay al menos una empresa cuyo producto es cada vez más demandado en medio de la pandemia: Zoom, una app o su versión web de videollamadas. Su versión gratis permite sumar hasta 100 personas al mismo tiempos, y se usa para todo: desde clases universitarias, festejos de cumpleaños, reuniones de equipos y hasta casamientos. La compañía es pública desde abril del año pasado, cuando empezó a cotizar a 62 dólares la acción, desde mediados de enero sus títulos se dispararon y la última semana se ubicaron por encima de los 110 dólares. Zoom tiene un modelo freemium, y más allá del éxito de la compañía fundada hace nueve años es la cantidad de personas que pueden seguir conectados y trabajando en medio de la pandemia.
Es el caso de Martín Ercila, director técnico de Squadra Ercila, uno de los siete argentinos que pertenece a la Unión Ciclista Internacional y ex seleccionado argentino, que hoy da las clases de ciclismo por Zoom. "Me está yendo mejor ahora que cuando daba clases presenciales, hoy sumé cinco alumnos particulares que no pueden llegar a Nordelta. Lo que más me gusta es que no discrimina por ubicación, ni por bicicleta, puede ser de ruta, de mountain bike y le suman el 'rodillo' que es un aparato que las transforma en una bici fija", sostiene. Ercilla empezó a pagar la suscripción de 14 dólares mensuales a Zoom cuando comenzó la cuarentena y cree que lo seguirá usando una vez que termine para los días en los que llueve o hace mucho frío. Muchos otros se sumaron a trasladar la quema de calorías desde los límites del hogar. Casi todos los gimnasios ofrecen clases virtuales, como Megatlón, SportClub o RockCycle, en sus cuentas de instagram.
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