De Japón hacia los mercados emergentes
Las enérgicas políticas de Japón para reactivar su economía han llevado a los inversionistas a trasladarse a los mercados emergentes en busca de rendimientos más jugosos que los insignificantes retornos que ofrecen los bonos japoneses.
Los flujos de fondos, provenientes de inversionistas japoneses y compradores en otros países que esperan ser los primeros en beneficiarse de una racha alcista, han impulsado las acciones, bonos y monedas de países como Turquía y Sudáfrica, un potente recordatorio de la naturaleza global de los mercados de capitales. Sin embargo, la ola de dinero que entra a los mercados emergentes causa nuevos dolores de cabeza para países que ya estaban preocupados por los efectos de un exceso de dinero extranjero.
La semana posterior al anuncio del Banco de Japón, el 4 de abril, de sus planes de realizar enormes compras de bonos para reanimar la economía del país, los fondos especializados en deuda de mercados emergentes valuada en dólares y en otras monedas duras registraron ingresos de US$438 millones, el máximo nivel desde comienzos de enero, según el proveedor de datos EPFR Global
Julian Adams, director general de inversiones de Adelante Asset Management, un fondo de cobertura de Londres que cuenta con un fondo dedicado a deuda de mercados emergentes que administra US$79,9 millones, compró bonos del gobierno sudafricano denominados en rands y la moneda propiamente tal, en parte, en anticipo a los ingresos de fondos al país de inversionistas japoneses."Hemos estado comprando el rand. Sabemos que es una de esas monedas que les gustan a los japoneses", afirmó. El rand se ha apreciado 3% frente al dólar desde el anuncio de la nueva política del Banco de Japón, tras caer 2,3% en marzo.
La búsqueda de mayores rendimientos ya ha inyectado vida nueva a las acciones, bonos y monedas de los mercados emergentes que en marzo habían visto como los inversionistas extranjeros retiraban su dinero.
El índice de acciones de mercados emergentes MSCI Emerging Market Equities, que había caído en cada una de las cinco sesiones previas al anuncio del banco central de Japón, ha subido 2,1% desde entonces. "El impacto del Banco de Japón es grande. Cambió drásticamente la mentalidad de los inversionistas [minoristas]" al volverlos más dispuestos a tener activos extranjeros de mayor riesgo, dijo Shinji Kadokawa, gerente general a cargo de comercialización de gestión de activos de SMBC Nikko Securities Inc.
Sin embargo, algunos analistas sostienen que los flujos de capitales hacia mercados emergentes a raíz de las políticas de estímulo del Banco de Japón podrían no ocurrir con la rapidez que prevé el mercado. "[Los inversionistas japoneses no] van a dar un giro fulminante y abrir las compuertas", advirtió Win Thin, titular de estrategia de monedas de mercados emergentes de Brown Brothers Harriman, en Nueva York.
Asimismo, las autoridades de muchos mercados emergentes temen que un exceso de inversiones eleve el valor de sus monedas, restándole competitividad a las exportaciones que impulsan sus economías. Brasil y otros países tomaron medidas este año para desacelerar el ingreso de inversión extranjera, y algunos países evalúan nuevas medidas.
El ministro de Hacienda de Chile, Felipe Larraín, dijo el miércoles que planeaba reunirse con el presidente del banco central para analizar el tipo de cambio. El peso se ha fortalecido para bordear los niveles que llevaron al banco central a intervenir en 2011.
"Uno de los riesgos de una política monetaria ultra expansiva es que es vista como una devaluación competitiva por parte de los competidores en mercados emergentes", dijo William Adams, estratega de cartera de Boston Company Asset Management, cuyos equipos supervisan US$8.500 millones en acciones de mercados emergentes. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos advirtió el viernes en su informe semestral de divisas a Japón que se "abstuviera de una devaluación competitiva y apuntara a un tipo de cambio para propósitos competitivos".
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