De 14% a 21%: los reajustes que tendrán en marzo los haberes de tres grupos de jubilados de la Anses
Los ingresos de quienes están en los regímenes especiales de las actividades docente, de enseñanza universitaria y de Luz y Fuerza, tienen modalidades de actualización diferentes a la del sistema general; qué recomposiciones habrá el mes próximo, qué cambios se aplican este año y cuánto poder de compra se perdió en 2022
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En marzo, las jubilaciones de los docentes no universitarios del sistema previsional nacional tendrán un aumento de 18,69%, en tanto que los haberes de quienes se jubilaron por el régimen de docentes universitarios recibirán, también el mes próximo, una recomposición de 21,57%. Además, los ingresos de los pasivos del sistema especial de retiros de Luz y Fuerza subirán, en el mismo período, un 14,14%. Los índices de los reajustes fueron informados a LA NACION por fuentes de la Secretaría de Seguridad Social.
Los tres regímenes mencionados tienen modalidades de actualización al margen de la que rige para los jubilados del sistema general, en el cual se aplica la fórmula de movilidad de la ley 27.609, vinculada con la variación de la recaudación de impuestos y de los valores promedio de los salarios de toda la economía.
Hasta el año pasado, los jubilados del sistema de docentes (que, según la estadística oficial, son cerca de 172.000), como también los del régimen de docentes universitarios (son alrededor de 9500) y los del gremio de Luz y Fuerza (son algo más de 36.000), recibían las recomposiciones con frecuente semestral, pero eso fue modificado mediante tres resoluciones del Ministerio de Trabajo de noviembre último, que dispusieron la vigencia de subas trimestrales.
Esa modificación se hizo con efecto desde el mensual correspondiente a diciembre. Pero, según lo establecido en las mencionadas resoluciones, los primeros incrementos otorgados con esa modalidad solo se hicieron efectivos con el cobro de los ingresos del primer mes del actual 2023. De esa manera, los haberes de enero se percibieron con el porcentaje de aumento trimestral aplicado y con dos reajustes adicionales: el correspondiente a la suba por movilidad de diciembre (que en ese último mes de 2022 ya estaba vigente, pero no se había liquidado) y el referido a la diferencia entre el aguinaldo calculado con el valor del ingreso ya reajustado y el efectivamente cobrado en diciembre (que había sido calculado en función del monto sin actualización).
Caída del poder adquisitivo
En el caso de los docentes no universitarios, se otorgó entonces un incremento de 20,15%. Esa recomposición llegó después de un año en que los haberes de ese grupo de jubilados y pensionados sufrieron una muy fuerte pérdida de poder adquisitivo. Durante 2022, de hecho, recibieron solo un reajuste de 9,38% en marzo y otro de 40,05% en septiembre. Así, entre el ingreso del inicio y el del final del año hubo una diferencia de 53,2%, frente a una inflación de 94,8%, lo que determinó que el poder adquisitivo fuera, en el segundo momento de la comparación, un 21,4% más bajo. La caída del ingreso en términos reales había sido aún más pronunciado, de alrededor de 30%, en agosto, antes de que se diera la segunda recomposición.
Frente a la muy alta inflación, las demoras en la aplicación de las actualizaciones incrementan, lógicamente, el daño producido a los ingresos. A diferencia de lo ocurrido hasta 2022 (cuando las subas eran en marzo y en septiembre), a partir de este año en los tres regímenes mencionados habrá reajustes en marzo, junio, septiembre y diciembre.
Para definir la movilidad de los jubilados del esquema de docentes no universitarios (que en 2022 tuvieron un haber promedio de $135.639, según datos de la Secretaría de Seguridad Social) se tiene en cuenta la variación trimestral de un índice llamado Ripdoc (Remuneración Imponible Promedio Docente). En el caso de la suba prevista para marzo, se observó lo ocurrido en el cuarto trimestre de 2022. La variación de ese indicador durante este primer trimestre de este año, en tanto, determinará el reajuste de los haberes que se aplicará en junio.
En el caso de quienes fueron docentes de universidades públicas nacionales (cuyo ingreso promedio el año pasado fue de $198.487), se observan los porcentajes acordados en las paritarias para los salarios de quienes están en actividad. Para marzo, corresponde el dato de la suba pactada para el cuarto trimestre del año previo, en este caso, de 2022.
Para los jubilados de Luz y Fuerza, que tendrán un reajuste de 14,14% -bastante más bajo que los previstos para los de regímenes docentes- hay un mayor rezago en cuanto a los datos que se consideran. Concretamente, el porcentaje de suba de marzo próximo surge de la variación de los salarios del primer semestre de 2022; del nivel de incremento de allí surgido, la mitad se aplicó con efecto sobre los haberes de diciembre (aunque se cobró efectivamente en enero, según lo explicado unos párrafos más arriba) y la otra mitad es el porcentaje que se aplicará el mes próximo.
Con respecto a las jubilaciones y pensiones del régimen general contributivo y a las prestaciones no contributivas, el índice de recomposición del mes próximo se conocería el viernes de esta semana, luego de que el Indec publique su informe sobre el índice salarial referido a diciembre último. En este caso, el del sistema previsional que a más personas comprende, se utiliza la fórmula de movilidad aprobada por el Congreso en diciembre de 2020. Sus componentes son la variación interanual referida a un trimestre de la recaudación de los impuestos cuyos recursos se derivan parcial o totalmente a la Anses, medida por beneficio, y en la evolución trimestral de los salarios, según uno de dos indicadores: la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), o el índice de salarios ya mencionado, elaborado y difundido por el Indec (se toma en cuenta el que arroje, en cada período de referencia, el porcentaje más alto).
En 2022, esa fórmula determinó un reajuste acumulado, entre los cuatro otorgados, de 72,48%, muy por debajo de la inflación del año, que se ubicó en el 94,8%. Dada esa brecha, los jubilados que no recibieron bonos compensatorios tuvieron una pérdida de poder adquisitivo de 11,5%.
En el cálculo para el reajuste de marzo se consideran datos del cuarto trimestre del año previo y, según estimaron economistas como Rafael Rofman y Sergio Rottenschweiler y el equipo del Ieral, el incremento que está próximo a anunciarse oficialmente sería de un nivel levemente superior al 17%. Si el dato salarial que falta conocer arrojara, sin embargo, un resultado alejado de la variación que mostró el Ripte, la actualización de los haberes en marzo podría moverse en un rango de entre 16,5% y 18,5%.
Con el índice de movilidad general no solo se actualizan trimestralmente las prestaciones previsionales, sino también los montos de la Asignación Universal por Hijo y de los pagos por familia que recibe un grupo de asalariados y monotributistas.
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