Cumple 100 años IBM: de los fierros a las ideas
Historia de una firma que pasó de las commodities a la innovación
En vísperas de celebrar su centenario, IBM está orgullosa de su historia, que no es solamente la propia, sino también la historia de la tecnología de la información, con un prólogo que hacía inimaginable el futuro de la compañía. En efecto, IBM comenzó sus operaciones casi artesanalmente, cuando ni siquiera se llamaba así, fabricando relojes, cortadoras de fiambre y balanzas. Fue a fines del siglo XIX, pero la empresa se inició en 1911, hace cien años, cuando se produjo la fusión de tres firmas que confluyeron en la actual: International Time Recording, Computing Scale Company y Tabulating Machine Company.
De todos modos, sólo en 1914, cuando diversificó su línea de productos, se convirtió realmente en la empresa que conocemos. Es cuando asume la gerencia general Thomas Watson. Faltaba mucho todavía para que, en 2004, vendiera su división de PC a Lenovo y cambiara el rumbo de sus actividades, dejando atrás la commoditization para ingresar en el negocio de la consultoría, la innovación y el valor agregado.
Hace un siglo, "la compañía comenzó por enfocarse en la construcción a gran escala de equipos de tabulación para los negocios, balanzas comerciales y relojes de registro. Durante los primeros 4 años, la facturación se duplicó, e IBM se expandió a Europa, Asia, Australia y América del Sur. Llegó a nuestro país en 1923", cuenta Ignacio Vaca de Osma, actual director de Marketing, Comunicaciones y Ciudadanía Corporativa de la compañía.
Este tramo del relato fue muy bien reflejado en el libro Padre, hijo y Cía. Mi vida en IBM y más allá ( Norma, Buenos Aires, 1991 ), autobiografía de los Watson escrita en colaboración con Peter Petre. "La empresa no inventó el término «computar», pero sin duda fue una de las que más esfuerzos hizo por el desarrollo de este campo", prosigue el entrevistado.
Vaca de Osma cita algunos ejemplos: en 1944, IBM presentó la calculadora automática de secuencia, una gran máquina de 5 toneladas que podía registrar cálculos complejos; en 1964 lanzó el System 360, el primer sistema de computación al que pudieron acceder las empresas; en 1971 creó el floppy disc , con lo que inauguró una nueva manera de almacenar datos, y en 1981 impactó con la creación la computadora personal tal como la conocemos.
Pura innovación
En sus comienzos, la organización fue pura innovación y energía industrial; la inspiración para incorporar el diseño industrial y gráfico le llegó a Thomas Watson, según su autobiografía, a principios de los años 50, durante un paseo por la Quinta Avenida, en Nueva York.
"Me llamó la atención una tienda que había sacado a la acera mesitas con máquinas de escribir para que el público las ensayara", escribió. Se trataba de una sucursal de Olivetti. De inmediato, Watson insistió para que contrataran al mejor diseñador industrial de entonces, Eliot Noyes, que comenzó por renovar las oficinas y luego pasó a la comunicación.
Se inició entonces la fascinante historia de los logos de IBM, el primero de los cuales asomó en 1924; era un globo con el nombre International Business Machines, que duró hasta 1946. Le siguió una época de transición, cuando se produjo el salto tecnológico de las tarjetas perforadas a las computadoras.
"Un nuevo logotipo marcó el cambio, pero con poca fanfarria", informa Vaca de Osma. El antiguo globo fue reemplazado por las iniciales IBM, que en mayo de 1956 fueron actualizadas por el famoso diseñador Paul Rand. El propósito era darles un aspecto más sólido y "con más pie en la tierra", para que coincidiera con "la nueva realidad de la firma".
El siguiente retoque, encargado también a Paul Rand en 1972, muestra las ya famosas iniciales, pero cruzadas por barras horizontales, que representan velocidad y dinamismo. "Nació así uno de los logos más reconocidos e imitados del mundo", dice Vaca de Osma.Finalmente, en 2009, se decidió "liberar" el logo transformándolo en un elemento ilustrativo que reflejara la posición mundial de la empresa, y a la vez para lograr una mejor conexión del logo con los mensajes por transmitir.
El logo no se quedará quieto durante el año del centenario, porque irá acompañando la concreción de los proyectos en agenda. El de mayor envergadura es un megaservidor bautizado Watson, dotado de procesadores y de elementos de inteligencia capaces de "jugar" con la ironía y el humor. Concluye Vaca de Osma: "Contamos con una serie de iniciativas que nos permiten transmitir el mensaje del centenario, ya sea a través de las actividades de marketing de la compañía o del marketing digital".