Cuatro tips para generar excedentes mensuales de dinero
En función de los ingresos y los gastos, el objetivo es mejorar nuestras finanzas personas para poder vivir mejor
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Las palabras “consejos” y “finanzas” en una misma oración suelen convertirse en un imán para muchos lectores, quienes inmediatamente esperan información precisa acerca de dónde y cómo invertir su dinero para volverse ricos apostando poco y pensando menos.
Así es como, al notar que la columna va por otros carriles, el interés del lector promedio decae en forma drástica, sobre todo porque se exige cierto esfuerzo para adquirir conocimientos.
Ahora miremos el vaso medio lleno: hay mucha gente que sabe que el patrimonio de una persona no sube por arte de magia, sino que demanda tiempo y, sobre todo, disciplina. También, acciones bien direccionadas.
En consecuencia, hoy repasaremos cuatro tips para generar excedentes mensuales, organizados en función de los ingresos y los gastos. El objetivo es obtener ingresos pasivos que nos permitan vivir mejor.
¡Comencemos!
1) Debemos generar al menos tres fuentes de ingresos distintas
La mayoría de la humanidad está acostumbrada a trabajar en relación de dependencia a cambio de un salario o ser cuentapropista y obtener ingresos similares a los de un asalariado. Resulta muy difícil convencer a la gente de generar otro tipo de ingresos. Sin embargo, como vimos en notas anteriores, existen varias fuentes alternativas para incorporar a nuestras vidas.
Ejemplos de ellas son:
— Ingresos Pasivos Financieros: plazos fijos, bonos, staking de stablecoins, etc. — Ingresos Pasivos Monitoreados: emprendimientos propios que no demanden demasiado tiempo en el mediano plazo, que puedan ser automatizados y se puedan monitorear. — Ingresos Pasivos Propietarios: alquiler de propiedades, cocheras, maquinaria, etc. — Ingresos Pasivos Patentados: regalías por la creación de franquicias, autoría de libros, etc.
En total, sumando los ingresos tradicionales, ahora tenemos cinco fuentes de ingresos posibles.
El primer objetivo a cumplir es generar ingresos de dos de ellas, para luego sumar una más. De esta forma, estaremos diversificando nuestras fuentes, reduciendo el riesgo económico si una no funciona y liberando tiempo para dedicarlo al ocio o proyectos de vida.
2) Debemos tener metas de aumento de ingresos a largo plazo
Si estás obteniendo ahora el 100% de tus ingresos por tu trabajo en relación de dependencia, no suena realista pensar que de acá a un mes vas a estar generando el 50% de tus ingresos totales (en términos reales) por ese trabajo y una cifra similar por otra fuente.
Para tener éxito, un objetivo financiero debe ser cuantificable, realista y extraordinario. Si hablamos de ganar más dinero, debemos especificar cantidad o porcentual exacto en términos reales, es decir, por encima de la inflación. Otra opción es medirlos directamente en dólares, prometiendo no deprimirnos.
En segundo lugar, una meta financiera debe ser realizable y realista. Ponerse objetivos inalcanzables es la manera más rápida de frustrarse y autoboicotear cualquier plan de metas.
En tercer y último lugar, un objetivo debe ser extraordinario. ¿No se contradice esto con lo anterior? De ninguna manera: entendemos el término extraordinario como algo fuera de los logros ordinarios y cotidianos. El objetivo debe revestir cierto grado de dificultad que abra, hasta el momento, brechas de efectividad entre lo deseado y lo obtenido.
3) Debemos evitar tres tipos de gastos
La inflación está cada vez más cerca de alcanzar el 100% anual. El dinero parece derretirse en nuestras manos y lo que nos queda sirve para comprar cada vez menos cosas. Entonces, ¿en qué conviene gastar y en qué no?
Existen tres gastos que es necesario evitar independientemente del contexto en que nos encontremos. Lo bueno es que resulta sencillo identificarlos.
i) Gastos Hormiga: las comidas no siempre deseadas fuera de casa, la compra de billetes de lotería, los cigarrillos, el pago de comisiones por uso cajeros automáticos de bancos donde no tenemos cuenta, lavar el auto muy seguido para mostrarlo siempre reluciente, la solicitud y renovación de tarjetas de crédito adicionales que se utilizan poco, el mantenimiento de varias cuentas bancarias cuando podríamos tener una sola, las gaseosas o cafés al paso, las golosinas del kiosco, la bijouterie que se guarda en el cajón, los pañuelitos descartables y los snacks son solo algunos de estos pequeños gastos casi invisibles que conviene evitar y que, en la sumatoria, pueden representar hasta el 25% de nuestro presupuesto mensual.
ii) Gastos Diferidos: se realizan mayoritariamente con tarjeta de crédito. Se disfrutan en el presente bienes y servicios que se pagarán más adelante. Luego, cuando haya que afrontar el pago, el disfrute habrá desaparecido y no recordaremos cómo fue o por qué estamos abonando tanto dinero en forma mensual. El riesgo radica en caer en la denominada “trampa de la deuda”, ese laberinto de las finanzas personales del que resulta complicado salir. Dejar para mañana el pago de algo que consumimos hoy es una muy mala costumbre, incluso en economías inflacionarias como la nuestra, donde hay quienes creen erróneamente que comprando en cuotas le ganan a la suba de precios.
iii) Gastos Derivados: se llaman así porque derivan siempre de un gasto primario. Por ejemplo, si compro una mascota, debo ponderar no solo el costo de adquirirla, sino también el costo mensual del mantenimiento (comida, veterinario y más). Un auto, una moto o un departamento en la Costa también exigen erogaciones periódicas y encima no nos expresan cariño… El problema es que muchas personas tienen en cuenta solo el costo de adquisición de un bien y olvidan lo que sigue. Otras, en afán de justificar la compra, se terminan mintiendo y calculan los gastos derivados con valores muy inferiores a los reales.
4) Debemos llevar un control meticuloso de los gastos
Anotar los gastos diarios y mensuales es fundamental para la salud de nuestras finanzas personales. En este punto, te invito a discriminar tus Gastos Totales (GT) en Gastos Fijos (GF) y Gastos Variables (GV) para saber con exactitud en qué se te va el dinero todos los meses. De esta manera, vas a poder ajustar las tuercas para reducir los GT, a fin de generar excedentes (ahorros) que faciliten la inversión. Básicamente, los GF son todos los gastos mensuales que inevitablemente debés afrontar: comida, vivienda, celular y transporte, entre otros. Los GV son aquellos gastos que muchas veces podés optar entre concretarlos o no: ocio, esparcimiento, ropa, productos del kiosco, etc. Como GT es igual a la suma de GF y GV, reduciendo al menos un 10% en cada uno te encontrarás con excedente mensual que podrás destinar a la inversión y el ahorro. Claro que, para ello, debés pensar primero dónde conviene ajustar y eso solo podés hacerlo correctamente si realizás un mapeo de tus gastos totales.
Conclusión
Supongamos que seguiste estos consejos y lograste generar tus primeros excedentes mensuales. Ahí no habrá terminado tu misión, sino todo lo contrario: habrás abierto la puerta para comenzar a transitar el camino de las finanzas personales saludables.
Lo que sigue es saber dónde invertir esos ahorros de manera tal que puedas incrementar en el tiempo su poder de compra. Así estarás convirtiendo al ahorro en capital de inversión.
Ahora, antes de agradecerte y saludarte hasta la próxima semana, te invito a leer esta columna que escribí semanas atrás sobre el tema.
¡Hasta pronto!
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