Cuánto valen los datos que se dejan en internet
Mercado digital. Existe un debate creciente sobre la necesidad o no de que las grandes firmas tecnológicas paguen por usar información personal
NUEVA YORK.- En el mercado de los datos digitales, todos creamos información con valor cada vez que tocamos una pantalla o presionamos una tecla para hacer clic, buscar algo, marcar los me gusta, concretar compras y mucho más.
Entregamos datos por voluntad propia, a cambio de servicios gratuitos. Y la ganancia económica más grande va a parar a los gigantes tecnológicos como Google y Facebook. Su riqueza corporativa se basa en cosechar y comercializar información. "Imagina si General Motors no pagara por su acero, su caucho o su vidrio, por sus insumos", comenta Robert Shapiro, un economista que analizó el valor de los datos. "Eso sí pasa con las grandes empresas de internet. Es un gran negocio", dice.
Ahora hay un conjunto cada vez más grande de personas que buscan cómo alterar este escenario. Es un grupo dispar de académicos, economistas, tecnólogos y legisladores, cuyas posturas políticas van desde ser liberales moderadas hasta conservadoras en favor del libre mercado. Están buscando por diferentes vías. Algunos hicieron investigaciones para asignar valor a los datos personales, como un mecanismo para aportar información al debate público sobre cómo negociar un mejor acuerdo.
Otros proponen reconocer la información como un activo comercializable o como mano de obra, para ayudar a crear un mercado eficiente para los datos y retribuir una mayor riqueza digital a los individuos y la sociedad. Mark Warner, senador demócrata de Virginia, propuso, junto con otro senador, un proyecto de ley para exigir que las grandes empresas de internet informen regularmente a sus usuarios sobre los datos personales que recaban y que divulguen el valor que tienen.
"No estoy convencido de cuál debería ser la estrategia", comenta Warner, quien fue inversionista del sector tecnológico y es un crítico frecuente de la industria. "Pero el estado actual de inmenso desequilibrio de poder no puede seguir así", agrega.
La mayor cantidad de voces a favor de un mejor acuerdo sobre datos llega en medio de una escalada de reacciones negativas en contra de las grandes firmas tecnológicas y el manejo que le dan a la información de los usuarios.
Legisladores y reguladores de varios países están investigando el poder en el mercado de las empresas, su papel como guardianas de la comunicación y su manejo de los datos, en especial cuando no protegen la privacidad de los usuarios.
El 24 de julio, Facebook accedió a establecer nuevas capas de supervisión y a pagar una multa récord por violaciones a la privacidad. También reconoció que está siendo investigada por la Comisión Federal de Comercio por cuestiones antimonopólicas.
Además, el 23 de julio el Departamento de Justicia anunció que iba a comenzar a examinar el dominio sobre el mercado de los gigantes de internet para determinar si habían buscado suprimir a la competencia. No todo el mundo está de acuerdo con que sea un mal negocio para los consumidores que los servicios gratuitos se paguen con publicidad y datos.
Tan solo en Estados Unidos se calculó que el beneficio al consumidor por tener servicios gratuitos de internet fue de más de US$100.000 millones, según un artículo de 2012 cuyo coautor fue Erik Brynjolfsson, un economista de la Escuela de Administración Sloan del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Esa cifra sería mucho más alta ahora, debido al crecimiento de las ofertas en línea.
"En efecto, los consumidores reciben una enorme cantidad de valor gracias a esos servicios", afirma Brynjolfsson. No obstante, los defensores de un nuevo acuerdo en torno de los datos están ganando impulso a medida que se sabe más sobre el uso que dan las grandes empresas a la información personal.
Por ejemplo, darles información a Google, Facebook o Amazon no es solo una señal de interés o preferencia, sino también la materia prima para focalizar anuncios, guiar el comportamiento en línea y capacitar sistemas de inteligencia artificial como el reconocimiento facial.
A menudo, los consumidores no están al tanto de los muchos usos que se les dan a sus datos. Hasta ahora, la preocupación por la privacidad ha sido el objetivo principal, pero la atención de los legisladores comienza a posarse en la concentración de la riqueza de datos en manos de unas pocas empresas.
Un objetivo del proyecto que presentaron Warner y el senador republicano de Missouri, Josh Hawley, es "que los consumidores tengan idea del valor de los datos que están dando", explicó Warner. Calcular ese valor es complicado. Los estimados varían mucho, dependiendo de las suposiciones. El estudio reciente de la consultoría de Shapiro tomó en cuenta varios factores; entre ellos, el declive en la eficiencia de la publicidad en línea cuando la gente opta por no participar en la recolección de datos. El estudio calculó que el beneficio corporativo que produjo la recolección de datos personales de los estadounidenses fue de US$76.000 millones en 2018, un número que aumentará de forma drástica. Si el gobierno recaudara una cuota de 50% a las empresas que usan los datos de los estadounidenses, según Shapiro, podría haber una contribución significativa para reconstruir la infraestructura de la nación o apoyar programas de seguridad social.
Si se les pagara a los usuarios en forma individual, el monto habría sido de US$122 por persona en 2018. El estudio corrió a cargo de Future Majority, un centro de investigación que trabaja para el Partido Demócrata. La gente encargada de formular políticas hace lo posible para encontrar la manera de que las acciones del gobierno y las fuerzas del mercado se empleen para controlar el poder de los gigantes tecnológicos. En Canadá, Michelle Rempel, una integrante conservadora del Parlamento que representa a Calgary, duda que alguna vez los reguladores gubernamentales tengan la capacidad de seguir el paso de las grandes tecnológicas. Según Rempel, el gobierno tendrá que intervenir, pero más como un diseñador de reglas básicas que como un regulador.
"La meta debería ser ayudar a construir un mercado justo para los datos", propuso Rempel. Según los legisladores, esas reglas para construir el mercado incluyen derechos de propiedad para que los individuos controlen sus datos y requisitos de que las empresas permitan que los datos personales se puedan enviar con facilidad a otros servicios a solicitud del consumidor. Según ellos, estas medidas podrían abrir la puerta a una próspera comunidad de creadores de mercados de datos. Hoy ya hay algunas empresas emergentes que se encargan de recolectar, asegurar y vender datos personales de manera voluntaria. Aunque suenan prometedoras, por ahora son empresas novatas, sin muchos usuarios ni datos.
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