Cuánto poder de compra perdieron las jubilaciones en un año y medio
El índice de inflación acumuló en 18 meses un alza de 70%, mientras que los haberes avanzaron por detrás y en diferentes porcentajes, según el rango de de ingresos; qué bonos compensatorios se pagaron hasta ahora y cómo impacta en los bolsillos el ajuste hecho por el Gobierno sobre el gasto previsional
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En el último año y medio la inflación fue de alrededor de 70%. Según los datos oficiales informados por el Indec, entre enero de 2020 y mayo de este año, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló un incremento de 65,3%. Si a eso se le agrega que en junio hubo un alza de entre 3% y 3,5%, según las estimaciones de los economistas (la cifra del instituto se conocerá pasado mañana), entonces la inflación de 18 meses, al hacer el cálculo de manera acumulativa, llega al citado 70%.
En ese período, las jubilaciones y pensiones del sistema nacional acumularon subas nominales de entre 63,9% (en el caso del haber mínimo) y el 50,6% (en el caso de la jubilación máxima que otorga la Anses). Con esas cifras, el ingreso más bajo tiene hoy un poder de compra que es, aproximadamente, un 3,6% inferior al de inicios de 2020, en tanto que el haber más elevado perdió alrededor de 11,5% de su valor en términos reales.
En el medio, los haberes de diferentes montos perdieron poder de compra en un nivel de entre uno y otro de los dos porcentajes mencionados. Por ejemplo, alguien que al inicio de 2020 cobraba $50.000, percibe ahora un ingreso con el que puede comprar un 10% menos de bienes y servicios que un año y medio atrás. Y, en este caso, no se recibieron ni se recibirán, según lo previsto, pagos adicionales para intentar compensar ese efecto.
Para las jubilaciones y pensiones de montos más bajos, el Gobierno otorgó bonos compensatorios, como el de $5000 que los pasivos con ingresos de hasta dos veces el haber mínimo de pasivos percibirán el mes próximo. En 2020 hubo uno en enero, de hasta $5000, y otro en abril, de hasta $3000, que fueron cobrados por quienes percibían el haber mínimo y por quienes cobraban algo más (de manera de evitar que con un ingreso superior llegara al bolsillo, en esos meses, menos dinero que el que recibirían los del ingreso básico).
Este año, ya con el estreno de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, se pagaron dos bonos extraordinarios, de hasta $1500 cada uno, en abril y mayo. Fue para compensar que, en marzo pasado, el primer incremento resultante de la ley promovida por el Gobierno fue de 8,07%, mientras que en el primer trimestre la inflación alcanzó un 13%. En este caso, se les otorgó el adicional de $1500 a quienes cobraban hasta $30.857 (cifra equivalente a una vez y media el haber mínimo) y, además, montos menores a esa cifra a quienes tenían un haber de hasta $32.357.
A partir de la decisión de suspender por todo 2020 la fórmula de movilidad de la ley 27.426, de diciembre de 2017, el Gobierno de Alberto Fernández concretó un ajuste sobre las jubilaciones y pensiones. Según la modalidad de actualizaciones que no se aplicó, todas las jubilaciones deberían haber aumentado el año pasado un 42%; en cambio, subieron entre 24,3% y 35,3%, por debajo de la inflación, que llegó a 36,1%. En 2018 y 2019, de la fórmula primero suspendida y luego derogada había resultado una caída del poder de compra de 13% y de 1,7% en cada año, respectivamente. Para 2020, la cuenta arrojó un aumento nominal superior al de los precios, pero la fórmula estuvo suspendida y se otorgaron subas decididas en forma discrecional por el Poder Ejecutivo.
Quienes tienen ingresos considerados medios y altos son, entonces, quienes se vieron afectados por una mayor pérdida de valor real, algo que ocurrió por la decisión política de otorgar, en marzo de 2020, aumentos diferenciados según el nivel de ingresos. Eso no volvió a ocurrir, pero la estrategia de dar bonos solo a un grupo de jubilados (mientras que todos pierden frente a los precios) provoca también, de alguna manera, la consecuencia de un achatamiento de la pirámide de ingresos.
El efecto del ajuste de 2020 se trasladó al actual 2021 y tendrá también su impacto en los años próximos. Porque si bien ahora rige una nueva fórmula para darles movilidad a los ingresos, los porcentajes que surgen de ella se aplican sobre haberes más bajos respecto de lo que serían en el caso de no haberse suspendido el año pasado el cálculo legal. El tema está ahora en discusión en el ámbito judicial y ya se conocieron sentencias de diferentes partes del país, con distintas resoluciones según el caso.
En los primeros cinco meses de este año, el gasto en prestaciones previsionales fue, en términos reales (es decir, según las cifras corregidas por inflación), un 9,4% mas bajo que el del mismo período de 2020, según informó días atrás LA NACION, sobre la base de un informe del Ieral de Fundación Mediterránea.
Además de los aumentos de jubilaciones por debajo del nivel de inflación, influyó el hecho de que se redujo significativamente la cantidad de altas de jubilaciones del sistema de la Anses otorgadas en los últimos tiempos. En los 15 meses transcurridos entre enero de 2020 y marzo de 2021, el promedio mensual de nuevos jubilados fue de 10.300, contra una cifra de 20.700 correspondiente a los 36 meses previos (2017 a 2019), de acuerdo con los datos del boletín trimestral de la Secretaría de la Seguridad Social de la Nación.
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