Cuánto gastamos para ahorrar: muchas veces los descuentos salen caros
La mayoría de los clientes de tarjetas bancarias acumulan costos administrativos que superan lo que logran ahorrar
"El 28% de los hogares compra en lugares donde tienen descuento con sus tarjetas de crédito o débito", según una encuesta de la consultora de consumo Kantar. De la mano de los incentivos y cuotas sin interés, los argentinos suman tarjetas de crédito de distintos bancos y clubes de beneficio que son altamente valorados por los consumidores, pero en pocos casos son un buen negocio.
En la Argentina había en diciembre pasado 47 millones de tarjetas de crédito activas y representaban 1,6 plásticos por habitante, considerando a la población mayor de 18 años. Pero si el dato se recalcula considerando sólo la población bancarizada, el número estaría en 2,3 tarjetas por persona, con lo cual una pareja acumularía casi cinco plásticos. ¿Cuánto descuento efectivamente reciben esos clientes para poder afrontar los gastos que les insume tener el producto bancario? ¿Cuántos de esos descuentos no los tienen disponibles a través de programas de fidelización de los que ya son clientes?
La renovación anual de una tarjeta de crédito tiene un costo que ronda los $ 750, pero a eso hay que sumarle el gasto administrativo, cercano a los $ 50 mensuales, lo que supone unos $ 1350 anuales. Y no se está considerando los costos del seguro de vida y los intereses de la refinanciación en los que caen entre el 25% y el 30% de los clientes cada vez que no pueden pagar el total del resumen. Con dos plásticos, una persona promedio desembolsa más de $ 3100 anuales para conseguir "ahorros".
Considerando que el descuento más ofrecido es del 20%, el usuario de un plástico debería consumir más de $ 31.000 anuales en productos o servicios con descuentos, pero además debería tener por lo menos la mitad de esa cifra en cada uno de sus plásticos. Esto ocurre muy pocas veces porque hay una tarjeta que "manda" en la billetera, como dicen los expertos en marketing financiero, y las otras quedan acumuladas detrás de la primera y tienen un uso ocasional.
Pero, además, los descuentos deberían usarse plenamente, porque en muchas ocasiones tienen un límite de reintegro por operación o por mes.
En los bancos grandes y con programas de descuentos muy agresivos hay clientes que sacan ventaja de los beneficios y son los llamados heavy users, porque más del 50% de las compras las realizan en comercios que ofrecen descuento y muchos de ellos no pagan mantenimiento ni renovación porque tienen el paquete de servicios financieros incluido en su cuenta sueldo, según explica Alejandro Cortese, jefe de producto de tarjetas de crédito de Santander Río.
En el Banco Galicia agregan que un cliente promedio ahorra el 10% de lo que consume y el resumen de cuenta promedio es de $ 5000, por lo que tiene un beneficio de $ 500 por mes y de $ 6000 al año, lo que sobrepasa largamente los costos de mantenimiento.
En contraposición a los heavy users, hay cerca de un 40 por ciento de tarjetahabientes que tiene un bajo nivel de transacciones y no logra recuperar en "descuentos" el gasto que les representa tener el servicio. Sin embargo, un mismo cliente puede ser un heavy user de un plástico de un banco y un cliente inactivo de otro, al que le aceptó una tarjeta porque tenía un beneficio que lo tentó para una compra grande, como un electrodoméstico, o en una marca de indumentaria de la que es muy fiel, pero que luego usa esporádicamente. Ve un gran beneficio en el momento de tomar el plástico, pero luego, con el paso del tiempo, lo que acumula son más costos que ahorros.
Es que las tarjetas pelean el lugar en la billetera y la que tiene el beneficio más utilizado es la que queda arriba de todas las demás y la que concentra el uso.
Frente a esta multiplicación de los plásticos (y sus descuentos) los especialistas recomiendan controlar el gasto anual de renovación y administración mensual de la tarjeta, para chequear si se repaga con el nivel de gasto en comercios con descuento. Otra opción es priorizar el débito cuando el descuento está disponible en las dos opciones, porque el gasto que insume este plástico es menor e incluye la devolución del 5% del IVA.
También es importante identificar cuáles son los plásticos que ofrecen los descuentos más atractivos en rubros sensibles. Supermercados y combustible son los descuentos más aprovechados y que garantizan el repago para el cliente, porque son imprescindibles y frecuentes.
Para defender sus programas, desde que se generalizaron los descuentos, los bancos comenzaron a reforzar sus programas de fidelización, que otorgan premios por consumo. Cortese explica que una vez que un cliente realiza un canje de puntos por premios comienza a consumir entre 30% y 40% más con el plástico y permanece más tiempo como cliente en la entidad financiera.
Los clientes tienen que revisar bien sus cuentas, porque pueden estar gastando mucho para ahorrar muy poco.
Las claves de los descuentos
Controlar el gasto de renovación y administración de cada tarjeta, para chequear si se repaga con los descuentos.
Supermercados y combustible son los descuentos más aprovechados y que garantizan el repago para el cliente, porque son imprescindibles y frecuentes.
Priorizar los pagos con tarjeta de débito porque incluyen la devolución del 5% del IVA.
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