Aranceles en EE.UU. Cuál será la estrategia del país para enfrentar las medidas
Para la Argentina, la decisión de Donald Trump de subir los aranceles a las importaciones de aluminio y del acero fue una decisión "inesperada". Pero, ante esa situación, en medio de un cambio de Gobierno, el oficialismo activó todos los mecanismos para frenar las medidas de Estados Unidos que afectan a la industrial local en medio de la guerra comercial entre Trump y China.
"Nosotros no devaluamos en forma voluntaria para tener una ganancia de competitividad", dijo esta mañana en un desayuno con periodistas el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que diferenció lo que ocurrió en la Argentina de lo que para Trump es una estrategia comercial de China. Tiempo atrás, el gobierno estadounidense cuestionó a China por "manipulación de su moneda". Según Sica, el caso argentino no es similar y "no debería haber represalias".
Ese es el contenido de la carta que el Gobierno le hizo llegar al embajador de la Argentina en Estados Unidos, Fernando Oris de Roa, y que ya tiene en su poder la administración de Trump, más precisamente al secretario de Comercio de EE.UU., Wilbur Ross.
En los últimos dos años, informó el Gobierno, las exportaciones de acero y aluminio a ese país significaron US$1200 millones. La medida anunciada ayer por Trump vía Twitter implica un costo para dos empresas argentinas: Tenaris (del Grupo Techint) y Aluar.
"Brasil y la Argentina han estado impulsando una devaluación masiva de sus monedas, lo cual no es bueno para nuestros agricultores. Por lo tanto, con vigencia inmediata, restableceré los aranceles de todo el acero y aluminio que se envíe a los EE.UU. desde esos países", escribió ayer por la mañana en su cuenta de la red social del pajarito el presidente norteamericano.
En mayo de 2018, la Argentina había logrado quedar exceptuada de los aranceles a la importación de acero (25%) y aluminio (10%) impulsados por Trump. El acuerdo estableció cupos de exportación libres de gravamen, con un tope de 180.000 toneladas anuales, tanto para acero como para aluminio.
Sica señaló que mañana, en la cumbre del Mercosur que se llevará a cabo en Brasil, mantendrá una reunión bilateral con sus pares de gobierno brasileño, con quienes intentará comenzar a tejer una estrategia en conjunto para hacer frente a las medidas de EE.UU. El ministro descartó además que el Gobierno avanzara en algún cambio sobre el arancel común externo. "No va a haber una definición sobre eso", ratificó Sica.
Según el funcionario, cada país llevará su diagnóstico y "algunos ejercicios de simulación", pero no habrá cambios que condicionen al próximo gobierno, menos sin el apoyo del sector privado. "Hubiéramos necesitado más tiempo", adelantó Sica sobre esa negociación que generaba muchas dudas entre los industriales argentinos, pero también entre los brasileños.
El ministro de Producción y Trabajo contó que hubo reuniones en los últimos días para trabajar sobre el tema del arancel aunque reconoció que "no alcanzó el tiempo" para una definición sobre qué pasará con el Mercosur. Sin embargo, los actores se pusieron de acuerdo sobre una metodología de trabajo para mejorar los actuales impuestos a las importaciones que llegan por fuera del bloque, decisión que no implica un cambio de normativa inmediata.
"La agenda de apertura unilateral al resto del mundo con la que insistía Jair Bolsonaro hasta hace pocos días, y que recibió el rechazo de voceros del gobierno argentino entrante, no debería paralizarse por esas disidencias", dijo a LA NACION el economista del Ieral Jorge Vasconcelos . "Las señales que vienen de afuera y la dinámica interna de los países miembros parecen ratificar que ha sido una buena idea avanzar con el acuerdo de Mercosur-Unión Europea, para no tener que estar a merced de la pulseada EE.UU.-China".
"Pero, además, después de varios años la economía de Brasil ha comenzado a recuperarse. El tercer trimestre dio una variación anualizada del PBI de 2,4% contra el segundo trimestre desestacionalizado. En ese nuevo contexto, el gobierno de Brasil debería ser más consecuente con su enfoque aperturista, pero comenzando por 'casa', es decir, por alentar el comercio intramercosur", señaló el economista.
"Hubo un cambio estratégico en Brasil", dijo Sica y agregó: "La habitual paciencia estratégica es hoy una paciencia cero. Estamos ante un Brasil distinto, que está cambiando su matriz, que busca ser mas liberal e integrada al mundo", agregó el ministro sobre lo que le espera al presidente entrante, Alberto Fernández, que ya tuvo sus encontronazos con Bolsonaro.
Sica además ratificó que en la cumbre del Mercosur que se realizará en los próximos días, el Gobierno tiene la intención de firmar una "hoja de ruta" para la "convergencia regulatoria", que facilite el acceso a los mercados brasileños por parte de las empresas argentinas. En principio, según adelantó el ministro, sería para los sectores automotor y alimentario. El plan de acción comenzaría a implementarse el año que viene.
Balance y cambios pendientes
En el encuentro, que sirvió de balance de su año y medio en el Gobierno, el ministro de Producción y Trabajo dijo además que deja cinco leyes en el Congreso para debatir sobre la situación de la producción en el país: la ley pyme, un proyecto para incentivar inversiones, bajar las multas por la ley de empleo, de trabajo joven y otro para la agencia de formación.
Sica señaló que son necesarias "reformas estructurales", como las que impulsa Brasil, vinculadas a la logística, las regulaciones (impuestos) y el mercado laboral. Señaló que "el contexto político" fue el que frenó el blanqueo laboral que había trabajado con la CGT. "Las estructuras gremiales son más fuertes que las empresariales", dijo el ministro, que justificó que los sindicatos tienen más permanencia en el tiempo y capacidad de financiamiento.
El ministro dijo que los convenios colectivos deben cambiar de la mano del avance tecnológico, algo que ya prometieron los gremios al presidente electo, Fernández. "No puede ser que los convenios sean eternos", dijo Sica, que recalcó que deberían discutirse cada cuatro años, sobre todo teniendo en cuenta los derechos colectivos, no lo individuales. En ese sentido, reclamó un debate sobre los nuevos trabajos que surgen a través de las plataformas tecnológicas.
Sobre la transición con los funcionarios de Fernández dijo: "No hay ninguna transición. No tuvimos contactos. No hay contraparte. Dejaremos los teléfonos abiertos el fin de semana", agregó Sica. Fernández dijo hoy que hará su anuncio del gabinete el viernes a las 18.
"La mitad de los trabajos que se perdieron en la industria tuvieron que ver con el cambio tecnológico", aseguró Sica, que recordó las declaraciones que hizo días atrás Armando Cavalieri, secretario general del gremio del comercio, sobre el mismo tema. Y reconoció que entre el 80% y el 70% de las promesas de inversión que se hicieron no se ejecutaron por problemas con la macroeconomía y por falta de incentivos en los marcos regulatorios.
En ese sentido, celebró el acuerdo que el Mercosur impulsó con la Unión Europea (UE) y estimó que el mismo "garantiza (a las empresas) reglas de juego" hacia el futuro.
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