Crisis energética: el Gobierno compró apenas uno de los 70 barcos de gas que necesita para el invierno
A esta altura de 2021, en un contexto global mucho mejor, ya se había adquirido prácticamente la mitad de lo requerido; este año, el precio y la disponibilidad del combustible son dos incógnitas
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Para pasar el último invierno, la Argentina necesitó de 56 barcos de GNL. Los preparativos para afrontar el frío empezaron temprano. En marzo de 2021, la empresa estatal Ieasa, continuadora de la petrolera estatal Enarsa, salió al mercado y compro prácticamente la mitad de lo que necesitó para todo el año. Un año después, los mismos planificadores sólo se hicieron uno de los 70 barcos que necesitan. Y lo que es aún más preocupante: el mundo cambió.
Hace un año, según un comunicado de la Secretaría de Energía, la Argentina compro 24 embarques de GNL de los 56 que necesitó en todo el año. Eran momentos de salida de la pandemia y las previsiones de necesidad de importación de energía eran menores a las actuales. Este año, se requieren 70 de aquellos barcos; se compró uno, y a marzo le quedan cuatro días hábiles.
El 18 de marzo de 2021, Ieasa informó que la principal ganadora de la licitación fue la británica BP, con 15 cargamentos; seguida por la holandesa Gunvor, con cinco; la francesa Total, con dos, y la singapurense Trafigura y la española Naturgy, con uno cada uno. En la subasta se presentaron 14 compañías internacionales que ofertaron un precio ponderado promedio de US$6,50 por millón de BTU (unidad de medición británica que se usa en el sector) cuando los cálculos de la Secretaría de Energía estimaban el precio en US$7,25 por millón de BTU.
Un año antes, para el abastecimiento en medio de la pandemia, la necesidad fue mucho menor. Fueron seis subastas para comprar 33 embarques, muchos de ellos en esta época. En ese momento, Trafigura fue la que más vendió, con 12, y le siguieron BP y Total, con seis cada una. Luego, la estadounidense Cheniere, con tres; Gunvor, con dos, y la suiza Glencore, e YPF, con una carga cada una. El precio de 2020 fue US$2,33, en promedio, por millón de BTU.
Pero ahora la cosa cambió. El mundo es otro y las góndolas de GNL, si bien los especialistas dicen que no tienen faltantes, exhiben otros precios. De aquellos 8,33 dólares de promedio en 2021 se pasó a un valor, producto de la guerra y de las restricciones al gas ruso, de alrededor de 45 dólares en millón de BTU.
A su vez, la resolución que tomó la Unión Europea de limitar las importaciones de gas natural desde Rusia sumaron nuevos jugadores al mercado. Por caso, en España se ha disparado la compra. El año pasado llegaron entre noviembre y marzo unos 86 buques metaneros; para este año se prevén 146 metaneros en el invierno 2022. Pero si bien Europa está en contra estación y el invierno del hemisferio norte no coincide con el del hemisferio sur, varios países, como España, han decidido acopiar en sus reservas para no tener sobresaltos cuando llegue el frío. No la tendrá fácil la Argentina.
Hace pocos días, el secretario de Energía, Darío Martínez, envió una carta al ministro de Economía, Martín Guzmán, para reclamar fondos necesarios para la importación de combustibles y para cancelar compensaciones o subsidios. En esa comunicación, el funcionario confirmó que la Argentina ha importado un buque metanero y 16 cargamentos de gasoil para generar energía, y que, de mantener la sequía presupuestaria, “no se podrán pagar esas compras que arribarán al país en marzo”.
La carta, además, torna relevante cada uno de los movimientos de las dos partes involucradas en el problema económico. Por un lado, Martínez y su gestión de la energía; por el otro, Guzmán y sus metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si ante las primeras compras, que no reflejaban aún los precios de la guerra, ya hay reclamos de dinero, pues vale preguntarse qué pasará cuando deban cancelarse los 69 barcos restantes en pleno invierno.
Actualmente, Ieasa tiene en marcha una licitación para la provisión de gas. Los pliegos se abrirán el 14 de abril. Entonces se conocerá el verdadero costo de la energía en el invierno. Y, por sobre todo, habrá un concreto reporte de cuáles son los stocks disponibles para cubrir la demanda. Luego, claro, vendrá la hora de la verdad cuando haya que pagarlos. O la hora de los dólares, para ser más exactos.
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