Crisis eléctrica: millonarias pérdidas de Edenor y Edesur
Por tarifas congeladas y mayores costos, resignaron en conjunto casi $ 1500 millones en el trimestre; ahora esperan alzas tarifarias como las del gas
Acorraladas por el congelamiento de sus ingresos y por gastos en aumento debido a la inflación, las mayores compañías eléctricas del país parecen estar a punto de dar su último suspiro en el marco de una crisis económica y operativa que las aqueja desde hace años.
Las distribuidoras Edenor y Edesu r, que en conjunto atienden a más de 20 millones de personas en la Capital y el Gran Buenos Aires, presentaron ayer a la Comisión Nacional de Valores (CNV) sus balances del primer trimestre, con resultados ruinosos.
Edesur, por caso, anotó un rojo de 1117,7 millones de pesos, algo que la condujo a las puertas de una eventual reducción de su patrimonio neto. En comparación con el mismo período del año pasado, sus pérdidas se incrementaron casi un 200 por ciento.
La suerte para Edenor no fue mucho mejor. Sus resultados para los tres primeros meses del año arrojan un quebranto de 738,56 millones de pesos, un 44% más que los $ 510,43 millones de 2013.
Ambas empresas mencionan los mismos argumentos a la hora de explicar sus pérdidas: mientras que sus gastos crecieron de manera galopante de la mano de la inflación, las tarifas se mantuvieron prácticamente congeladas durante la década kirchnerista.
En la carta que les dirigió a los accionistas de la empresa en la presentación de sus balances anuales de 2013, a principios de este año, Ricardo Torres, presidente de Edenor, remarcó que el período "se caracterizó por una profundización de las serias dificultades económicas y financieras que, ya en el ejercicio anterior, advertíamos que traerían aparejados el congelamiento tarifario y el continuo incremento de los costos que siguen afectando nuestra actividad". Por el lado de los egresos, la mayor crítica apunta a los salarios, que sólo el año pasado se incrementaron un 39,7 por ciento. Nada cambió en el sector eléctrico desde que Torres escribió esas palabras hasta ahora, por lo que la situación se profundizó.
En cambio, el sector gasífero, que atravesaba una situación similar, obtuvo un ajuste tarifario a partir de abril. Es lo que ahora esperan las eléctricas.
Las pérdidas no sólo son una mala noticia para sus accionistas. Aunque no lo reconocen con frecuencia en sus documentos públicos, esa situación les ocasiona problemas a la hora de hacer inversiones que sostengan el servicio.
Aguas arriba
Edenor y Edesur son las dos compañías más importantes del sector de distribución eléctrica. En el principio de la cadena están los generadores, que producen la electricidad, quienes también muestran números complicados. Al menos así lo atestiguan los balances de dos de sus mayores exponentes, como las usinas metropolitanas Endesa Costanera y Central Puerto. La primera, propiedad de la italiana Enersis, perdió $ 313,1 millones entre enero y marzo, con lo que casi triplicó los quebrantos que había registrado para el mismo período del año pasado. Mientras que Puerto, de Sadesa, una compañía de la familia Miguens-Bemberg y Guillermo Reca, ex banquero de Merrill Lynch, perdió otros 55 millones de pesos, poco menos que los $ 77,4 millones del primer trimestre del año pasado.
La precariedad del sector eléctrico provoca enormes problemas en la cadena de pagos. Desde 2012, Edenor, Edesur y otras 20 distribuidoras comenzaron a estirar cada vez más sus pagos a Cammesa, la compañía administradora del mercado, encargada de cobrarles a las distribuidoras. Entre ambas le deben 4300 millones de pesos a esa empresa mixta, que hoy conducen un grupo de funcionarios que responden al ministro de Economía, Axel Kicillof. Si se suman a otras empresas, los saldos impagos se acercan a los 10.000 millones de pesos.
Aunque Cammesa critica esa actitud, la replica a través de la falta de pagos a los generadores, que reconocen en esa demora una parte sustancial de sus problemas.
Para Edenor y Edesur, la falta de pago a Cammesa es su principal carta para evitar un colapso total de su operación, dado que se financian con la falta de pago de la energía que les venden a sus clientes. Es una conducta que divide las aguas en el Gobierno. Mientras el ministro de Planificación, Julio De Vido, la acepta, otros funcionarios consideran que es nociva para el largo plazo. Para las empresas es un paliativo del que no saben cuánto durará.ß
Qué dicen las empresas
- Edesur
"Este esfuerzo inversor, sin embargo, se verificó en el marco de una creciente insuficiencia de recursos, consecuencia de no haberse producido, una vez más, aumento alguno en el Valor Agregado de Distribución."
- Edenor
- "El período se caracterizó por una profundización de las serias dificultades económicas y financieras que, advertíamos, traerían aparejados el congelamiento tarifario y el incremento continuo de los costos."
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