Crece el perfil del número 2 de Ford como sucesor de Mulally
Mark Fields, el director de operaciones de Ford Motor Co., parece encaminado a convertirse en el próximo presidente ejecutivo de la automotriz y ya hay indicios de que la compañía lo está preparando para asumir un papel más público en la empresa.
Si bien Alan Mulally se ha comprometido a seguir en la presidencia ejecutiva de Ford hasta fines de 2014, los medios de comunicación han sugerido últimamente que podría estar siendo cortejado por Microsoft Corp., que está buscando un nuevo líder para reanimarse en medio de un estancamiento. Esto podría colocar a Fields, de 52 años, en el volante antes de lo anticipado.
Fields, que ascendió al segundo puesto de Ford en diciembre, ha pasado casi un año haciendo un tour global de las operaciones de la empresa: visitó China, Sudamérica y Europa, y revisó el progreso en la construcción de plantas y lanzamiento de productos. "Es increíblemente energizante recorrer el mundo y conocer a esta comunidad de Ford", dijo hace poco.
En un evento reciente, Fields dijo que el presunto interés de Microsoft en Mulally no es una distracción y que no planea asumir la conducción de Ford en el corto plazo. "Estoy absolutamente enfocado en mi función como director de operaciones, dirigiendo el día a día, trabajando con el equipo para impulsar la excelencia operativa. Esa es mi única prioridad", apuntó.
Hasta ahora, Fields generalmente se ha mantenido alejado de eventos públicos y entrevistas. Es una estrategia inteligente, opina Jeffrey Sonnenfeld, decano asociado sénior en la Facultad de Negocios de la Universidad de Yale.
"Cuando no están completamente protegidos, surgen problemas. Actuar como presidente ejecutivo antes de obtener el título siempre lleva a envidia entre colegas y confusión pública sobre la claridad de quién está a cargo", señala Sonnenfeld.
En el último año, Fields ha ejercido su influencia en Ford principalmente dirigiendo las reuniones de la empresa para repasar los planes de negocios, que se llevan a cabo todos los jueves. Mulally le traspasó esta responsabilidad el pasado diciembre. Estas reuniones son "fundamentales para cambiar la cultura en Ford", indicó Fields en una entrevista a principios de 2013, durante la Feria del Automóvil en Detroit.
Las sesiones han sido elogiadas por abrir el flujo de información dentro de la empresa, pues permiten a los jefes de las diferentes divisiones del negocio dar actualizaciones sobre el estatus de sus proyectos.
Fields, que obtuvo una maestría en administración de empresas en la Universidad de Harvard, ascendió rápido en la compañía. En 2000, Ford lo puso a cargo de la automotriz japonesa Mazda Motor Corp., en la que en ese entonces tenía una participación controladora.
Mazda tuvo buen desempeño bajo su mandato. Después, Fields fue transferido para dirigir las divisiones de Jaguar y Land Rover de Ford y, a continuación, todas las operaciones europeas de la automotriz, antes de ser trasladado en 2005 de vuelta a América del Norte por el entonces presidente ejecutivo William Ford Jr. Su misión era clara: hacer que las operaciones norteamericanas fueran rentables.
Su plan de restructuración de 2005, denominado The Way Forward (El camino hacia adelante), no fue lo suficientemente lejos, por lo que se vio obligado a profundizar los recortes que había contemplado. En su primera fase al frente de las operaciones en Norteamérica, Fields fue criticado por utilizar el jet privado de Ford para viajar de Detroit a su casa en Florida, mientras al mismo tiempo ejecutaba un doloroso plan de recortes, que incluía la clausura de fábricas y el despido de muchos trabajadores.
Cuando Mulally fue nombrado presidente ejecutivo en 2006, pocos esperaban que Fields sobreviviera. Pero Mulally lo dejó al mando de la división de América del Norte, que volvió a la rentabilidad, otorgándole mayor credibilidad a Fields por sus esfuerzos de reestructuración. Ahora, la división de América del Norte regularmente genera una ganancia récord.
En 2008, Ford registró una pérdida total de US$14.600 millones, la mayoría en América del Norte. El año siguiente, la empresa logró una ganancia de US$2.700 millones, encabezada por la misma división. Ford ahora se esfuerza por cumplir con la demanda por sus vehículos y ha contratado a casi 10.000 trabajadores en los últimos años.
Al igual que Mulally, Fields también le da importancia al uso de herramientas de medición del desempeño. Y aunque no tiene un título de ingeniería, le gusta participar en el desarrollo de los productos.
Cuando estaba al frente de las operaciones de América del Norte, Fields, que también dirigió las de Sudamérica, aparecía en mensajes semanales de video que se enviaban a los trabajadores para mantenerlos al día sobre el negocio y la industria de Ford.
Sonnenfeld, el decano asociado de Yale, que conoce bien a Fields, piensa que el ejecutivo está satisfecho ejerciendo como director de operaciones hasta que llegue su momento.
"No hay evidencia de que Mark esté frustrado", señaló. Eso se debe en parte a que "le está yendo muy bien", especialmente con los concesionarios de Ford, añadió. "Está haciendo buena parte del trabajo pesado en el diseño de autos y el refinamiento", indicó.
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