Crearon un club de cerveza, venden por Internet y facturan más de $3 millones por año
Con el boom de las cervecerías artesanales de los últimos años, los negocios y comercios vinculados a su consumo multiplicaron su crecimiento. Los bares y birrerías se popularizaron quizás como nunca antes. Para aprovechar los beneficios del redituable emprendimiento, Gerardo Raiden, un abogado tucumano de 42 años, experto en empresas tecnológicas y software, junto a Horacio Andres, un economista graduado en la Universidad Di Tella, de 36, se asociaron hace cuatro años.
Con una inversión inicial de U$S6000, muchas horas de trabajo y el desarrollo de un software como pilar del negocio, crearon Bierful, el club de la cerveza artesanal.
El club ofrece a sus socios variedades únicas de cervezas provenientes de diferentes regiones del país. "Arrancamos en setiembre de 2015, interesados en la cerveza artesanal y en el modelo de suscripción que creemos que es en donde está la clave del proyecto. En 10 días habíamos lanzado la página web y una semana más tarde ya teníamos los primeros suscriptores", recuerda Raiden sobre los comienzos. "Lo empezamos como un proyecto alternativo de fin de semana, porque ambos nos dedicábamos a otras cosas y no estábamos listos para dar el salto, pero nos dimos cuenta de que sin mucho esfuerzo lográbamos conseguir clientes", cuenta.
"Apuntamos a cervezas que no sean fáciles de conseguir de distintas provincias como Salta, Catamarca o Mendoza, y que hayan pasado por un exhaustivo proceso de selección. Desde que empezamos estamos constantemente a la caza de novedades. Tenemos registradas más de 190 etiquetas distintas, de más de 70 micro cervecerías diferentes", asegura.
Un meticuloso proceso de control determina cuáles logran pasar el corte, para ofrecer productos de alta calidad artesanal. Se envían packs de cervezas a socios de toda la Argentina.
Pero la calidad y novedad de las cervezas es solo una parte del corazón del negocio. "Queríamos segmentar a los clientes y ofrecerles un pack único, para que ellos pudieran valorar lo que recibían y nosotros pudiéramos ajustar el pack que les enviábamos", explica Raiden. Con ese objetivo desarrollaron un software que les permite gestionar el negocio y evaluar los productos para conocer cuáles se ajustaban más a los gustos de cada socio. "Cuando tuvimos el año pasado la gestión del software listo, decidimos dar el salto para dedicarnos 100% al negocio", explica.
El paso clave ocurre cuando los clientes reciben sus packs. Allí, el software les permite valorar el producto recibido –llevan registradas 43 mil valoraciones-, lo que ayuda a obtener métricas del mundo on line de algo proveniente del off line. "Buscamos crear relaciones de largo plazo con los clientes, porque podemos invertir más y monetizar a un socio que se va a quedar con nosotros por bastante tiempo. Es información muy potente, no solo para poder segmentar sino también para predecir comportamientos. Si alguien empieza a bajar el nivel de valoración del producto o está perdiendo engagement, podemos actuar en consecuencia", asegura Raiden sobre las bondades de la tecnología aplicada.
Cuando tuvimos el año pasado la gestión del software listo, decidimos dar el salto para dedicarnos 100% al negocio
La estructura del negocio es muy pequeña. Bierful cuenta con un depósito en el partido de San Martín (provincia de Buenos Aires), donde se reciben las cervezas de todo el país y realizan los envíos a todas las provincias, con excepción por el momento de Tierra del Fuego. Las entregas se coordinan automáticamente desde la web, lo que reduce las necesidades de atención al cliente. Para entregar puerta a puerta los packs ofrecidos, en la Ciudad trabajan con transportistas free lance y con empresas logísticas en el resto del país. Las oficinas están ubicadas en un espacio de coworking en Palermo, donde se reúnen los socios, una persona se ocupa del depósito y otra de la atención al cliente.
Actualmente, Bierful cuenta con más de 500 suscriptores y el mayor nivel de actividad comenzó sobre fines de 2017 y comienzos del año pasado. "Con una inversión baja nuestro foco fue aprender sobre el modelo a desarrollar, el software es nuestro principal aliado. Es un equipo muy chico pero nos permite llegar a muchas suscripciones. El objetivo es finalizar 2019 con 2700 socios. En 2018 cerramos con alrededor de $3,5 millones de facturación y este año esperamos multiplicar por diez nuestros ingresos", asegura. Para alcanzar ese ambicioso objetivo, abrieron una primera ronda de inversiones que les permitirá potenciar el club de la cerveza junto a otros proyectos también en pleno desarrollo.
Encontrar a los proveedores en los comienzos no fue tarea sencilla. Descubrir pequeños productores artesanales de todos los rincones del país, les tomaba mucho trabajo. Significaba rastrear las diferentes marcas, probarlas, contactarlas y pedirles muestras. "Hoy se invirtió un poco la ecuación. Son ellos los que nos contactan porque no solo comprenden el valor del canal de ventas, sino también la posibilidad de conocer más sobre las valoraciones de sus propios productos. Es un ciclo virtuoso donde aprenden de nuestro software por los comentarios de manera directa", sostiene. Gracias a que las cervecerías les envían sus muestras, Bierful tiene stock para hacer frente a los pedidos de los próximos tres meses.
En 2018 cerramos con alrededor de $3,5 millones de facturación y este año esperamos multiplicar por diez nuestros ingresos
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