Covid: incertidumbre porque la ola de contagios afecta a cada vez más fábricas y servicios en el país
Distintas cámaras industriales y sectores productivos alertan por el creciente ausentismo
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Esta vez, el parate económico podría imponerse por los hechos y no por decisiones del Gobierno. Del almuerzo tripartito entre el Ministerio de Economía, empresarios y sindicalistas, llevado a cabo ayer en la terraza del Palacio de Hacienda participó Carla Vizzotti, la ministra de Salud. Su presencia buscó llevar calma al sector productivo ante el avance de la tercera ola: Guzmán quiso garantizarles a los representantes industriales que la estrategia de salud y actividad están yendo de la mano y no se están evaluando cierres que vuelvan a paralizar la economía.
Sin embargo, el freno se está convirtiendo en una amenaza concreta para las fábricas, comercios, empresas y pymes, sin importar la toma de decisiones de las autoridades sanitarias. La ómicron está comenzando a poner en jaque las líneas de producción y la atención a los clientes por el ausentismo del personal.
Las peluquerías llaman para cancelar turnos, los médicos suspenden consultas, los negocios a la calle cierran las persianas porque no tienen quién los atienda y los jefes buscan la manera de generar cronogramas para mantener a flote la productividad. LA NACION consultó a cámaras industriales, de servicios y entidades para determinar el impacto y las consecuencias de la nueva suba de casos en la economía real.
De acuerdo con la Unión Industrial Argentina, el ausentismo está rondando el 20%. No solo se debe a los contagios, sino también a las pautas de aislamiento para contactos estrechos. “Hoy hay mucho presunto sospechoso. Hay que acortar el período, no son suficientes cinco días de aislamiento porque es una semana entera de trabajo. Tras la autorización de los autotests, estamos pidiendo que se nos faculte a realizarlos en los ámbitos de trabajo”, comentó Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA.
Para algunos sectores, la situación no es grave aún debido a que tenían contemplado el período de vacaciones. En ciertos casos, se conjuga favorablemente con frenos en la producción para el mantenimiento de las plantas.
Las alertas se agravarían en las próximas semanas con la vuelta a la normalidad laboral, cuando los stocks destinados a enero estén en puntos críticos. “Si se mantiene este nivel de los últimos días, en las próximas semanas vamos a tener problemas. Estaremos en riesgo de interrupciones de líneas de producción o demoras, que ya están ocurriendo, pero todavía no impactarán en el consumo”, agregó Funes de Rioja.
De acuerdo con el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, hay empresas que están registrando ausentismos de hasta 50%. Por ejemplo, cuatro de cada 10 empleados de Acerias Berisso S.A., una fundición de metales de la provincia de Buenos Aires, no están yendo a la planta. El grupo NH, instalado en el conurbano, cerró oficialmente sus puertas por la cantidad de faltas.
La situación más crítica se da en las empresas de consumo masivo, las que llenan las góndolas. Las plantas trabajan 24 horas y las máquinas no pueden detenerse. “Si continúa como viene creciendo, en los próximos 15 a 20 días va a faltar mercadería porque las fábricas tienen que cerrar. Nos quedamos sin gente porque los contactos estrechos se dan permanentemente. Vamos a pasar a un período de incertidumbre porque van a estar todos contagiados”, alertó Rosato, quien solicitó esta semana generar un Comité de Crisis junto con el Gobierno, empresarios y sindicatos para evaluar y tomar acciones para evitar una caída en la producción.
“Los costos se incrementarán y traerá problemas en la producción, si es que generamos una acción preventiva que acompañe los protocolos implementados”, afirmó. Además, señaló que “la ausencia laboral por presuntos contagios es multiplicador y las ART no las consideran dentro de la cobertura de salud”.
En el transporte, por un lado, las empresas de logística están buscando evitar focos internos de contagio en los galpones y para ello deben reorganizar situaciones de riesgo de contagio, como almuerzos y descansos. Según Roberto Rivera, director ejecutivo de FADEEAC, se considera volver a un esquema de “clusters” en el que hay rotación completa de personal cada cinco días.
Por otro lado, el problema más crítico ocurre en el transporte de cargas. “La merma en la capacidad laboral existe. No llegamos al promedio de 20% de ausentismo porque los choferes se cuidan mucho, particularmente los que no están en relación de dependencia, porque el que se queda en la casa aislado, no cobra. Hay preocupación, tenemos que estar alertas. Vamos a tener que restringir transportes”, explicó a LA NACION.
“Es un caos total. Está afectando a los talleres de costura para la producción de las próximas temporadas y, en los locales de ropa, en la atención de los vendedores”, dijo Claudio Dreschler, presidente de la Cámara de Indumentaria.
En el sector de servicios gastronómicos la alarma es doble. “Nos vimos sumamente afectados no sólo por la baja de los empleados, sino porque cuando estábamos empezando a repuntar la gente empezó a aislarse”, contó Maximiliano Zecca, propietario de la cervecería 1825.
La suba de casos trae aparejado otro problema: la cobertura por enfermedad. La Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) denunció que las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo (ART) se están negando a cubrir al personal enfermo apegándose a un decreto del año pasado que contempla la cobertura del personal esencial únicamente sanitario y policial.
Adicionalmente, crece la preocupación en las empresas por dos problemas adicionales. En primer lugar, por el personal que alega ser contacto estrecho sin posibilidad de controlar fehacientemente si es cierto. Un empresario, que prefiere mantener su identidad reservada contó a LA NACION que hay empleados que se reincorporan de un aislamiento preventivo, van a trabajar un día y el siguiente vuelven a reportar un contacto estrecho.
En segundo lugar, el personal de vacaciones que reporta estar contagiado provoca una suspensión en su período y pasan a estar cubiertos por enfermedad, por lo que deben reintegrarles días de descanso en el futuro fuera de los cronogramas preestablecidos por las empresas, alargando el tiempo fuera de su puesto de trabajo.
“La mayoría de las empresas está de vacaciones en estos días, con lo cual no se ve aún impacto en la producción. Pero se está viendo cómo impactan los aspectos organizacionales, como ser si las vacaciones quedan suspendidas por contacto estrecho (no se contabilizan los días como vacaciones) o no se contabiliza solamente con confirmación de caso positivo”, explicaron desde la Asociación de Fábricas de Autopartes. Lo mismo ocurre en el sector de la industria electrónica.
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