"Madoff" argentino. La ingeniería de los estafados para recuperar un proyecto
En 2017, un año antes de que el empresario Enrique Blaksley fuera detenido por estafa y lavado de dinero, un grupo de alrededor de 20 personas que habían comprado lotes en uno de sus desarrollos inmobiliarios constataron por su cuenta lo que ya sospechaban. Los fondos del proyecto se habían utilizado para cubrir insolvencias del grupo Hope Funds, propiedad de Blaksley, y las obras todavía no habían ni siquiera empezado. Con 540 lotes vendidos, el barrio privado Verazul, en Pilar, era todavía un pedazo de campo virgen.
Los compradores encontraron un elemento a favor: la tierra era propiedad de un fideicomiso y no estaba alcanzada por las deudas de Hope Funds ni comprometida judicialmente. Así, luego de muchos meses de trabajo, decidieron organizarse en un consorcio de cooperación, aportar dinero voluntariamente paraque el administrador fiduciario -ajeno a Hope Funds- pudiera retomar el proyecto. Ahora, rebautizado Blü – Comunidad del lago, la construcción del barrio está en marcha y se pondrán a la venta los lotes remanentes en abril próximo.
El promotor original del proyecto, Enrique Blaksley, es conocido como "el Madoff argentino" por utilizar la mismas metodología delictual que el norteamericano Bernard Madoff, el estafador de la mayor trama piramidal en la historia de Wall Street, condenado a 150 años de prisión en 2009.
Blaksley seducía a clientes con un alto perfil mediático -su empresa Hope Funds fue auspiciante del equipo de polo La Dolfina y participó de las gestiones para las visitas a la Argentina de Usain Bolt y Roger Federer- y, sobre todo, con una abundante tasa de interés. Según consignó la Justicia, llegó a captar fondos por $550.000 millones.
Muchos de los 540 compradores de los lotes de Verazul ya habían pagado el total y otros estaban muy avanzados con el pago cuando se enteraron de la estafa. Según cálculos del abogado a cargo de la reactivación del proyecto, Daniel Silva, el proyecto inmobiliario había recaudado alrededor de US$30 millones en ventas, que desaparecieron.
Según explicó a LA NACION, los pagos hechos al promotor anterior fueron plenamente reconocidos por el nuevo consorcio. Es decir: quienes habían comprado un lote ahora lo tendrán, aunque no exactamente el mismo.
Para poner en marcha el proyecto se contrató al estudio Bodas Miani Anger (BMA), que rediseñó por completo el master plan. "En ese proceso, y respetando los cambios en legislación ambiental que se hicieron en los últimos años, desaparecieron los lotes que habían comprado y aparecieron nuevos, lo que obligó a un proceso de canje", dice Silva.
Además, se cedieron 15 hectáreas para hacer una reserva ambiental y los lotes se redujeron de los 911 planificados originalmente a 650. Cuando culmine ese proceso, la intención es comenzar a comercializar los lotes restantes, de entre 700 y 5000 metros cuadrados. Se estima que esto ocurrirá entre abril y mayo próximo.
Habrá cuatro categorías de lotes a la venta, que comercializa Keller Williams: perimetrales (de US$80 por metro cuadrado), internos (US$110 por metro cuadrado), sobre el lago ($220 por metro cuadrado) o chacras (US$450 por metro cuadrado).
"El proyecto tiene una densidad poblacional tres veces menor a la permitida según las normas de ordenamiento territorial vigentes ya que esa fue la voluntad general de los fiduciantes, que siempre pensaron en un barrio muy integrado con lo natural y con el menor impacto posible", dice Silva. El abogado asegura que los vecinos tienen un gran sentido de comunidad y que si bien mantienen contacto con el juzgado que lleva la causa de la estafa Hope Funds, quieren dejar atrás ese capítulo.
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