Costa Rica ya no es el único imán para atraer a jubilados de EE.UU.
Cuando Steven y Robin Fine comenzaron a buscar una casa en América Latina para empezar su jubilación, buscaron lugares en México y Costa Rica, ambos destinos populares para retirados estadounidenses. Durante un viaje hace dos años, también decidieron pasar por Panamá.
"Pensamos que Panamá sería el lugar que nos gustaría menos", señaló Steven Fine, de 51 años, un ex ejecutivo de comunicaciones, "pero fue el que nos gustó más".
La combinación de apartamentos de lujo, buenos restaurantes y hospitales modernos atrajo a la pareja a la Ciudad de Panamá, donde hace un año y medio invirtieron US$1,1 millones, más unos US$250.000 en renovaciones, en un apartamento en la última planta de un edificio de 48 pisos con vistas al Pacífico. Ahora viven allí a tiempo completo.
Países de América Central como Panamá, Belice y Nicaragua compiten cada vez más con Costa Rica y México para atraer a jubilados de Estados Unidos y Canadá y personas que buscan una segunda vivienda. Los nuevos complejos de lujo, equipados con spas, restaurantes, marinas y campos de golf, se están propagando. Las constructoras afirman que están usando más materiales de calidad y que agregan lujos diseñados para atraer a compradores con alto poder adquisitivo.
Estos países ofrecen paquetes de residencia y exenciones de impuestos y tarifas que imitan el programa para pensionados de Costa Rica, que fue lanzado en 1971 y contribuyó a sentar las bases para un auge de emigración de jubilados de EE.UU. y Canadá. Nicaragua aprobó una ley así en 2009, ofreciendo a los extranjeros jubilados ventajas impositivas sobre toda clase de bienes, desde autos a materiales de construcción. El año pasado, Panamá, que desde hace tiempo cuenta con un programa para jubilados, creó un camino a la ciudadanía para residentes retirados y presentó un nuevo programa de residencia para personas que están por debajo de la edad de jubilación, el cual ha reducido los requisitos para invertir en propiedades, negocios y otros emprendimientos.
"El mensaje de esta ley es simple", dijo el abogado panameño Manoj Chatlani de Panama Offshore Legal Services. "Es: ‘Ven-gan a Panamá’".
La cantidad de estadounidenses que reciben sus pagos de jubilación en Panamá saltó 65% a 2.164 personas entre 2006 y 2011, el año más reciente del que hay información. En Nicaragua, la cifra se más que duplicó en el mismo período, desde 595 a 1.322 personas. En Belice, la cantidad era demasiado pequeña para que las autoridades de EE.UU. llevaran la cuenta en años anteriores. Pero en 2011 fue de 560 personas.
En la última década, el explosivo crecimiento de Panamá —el Producto Interno Bruto ha registrado un aumento interanual promedio de 8,5% desde 2008, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional— han atraído trabajadores y empresas estadounidenses a Ciudad de Panamá. Ahora, las firmas de construcción locales están cortejando a otro grupo, concen-trándose en desarrollar comunidades con abundantes comodidades fuera de la ciudad para atraer jubilados de EE.UU. y Canadá.
Boquete, una ciudad a unos 65 kilómetros de la frontera con Costa Rica, ofrece comunidades cerradas de lujo, un grupo esta-blecido de residentes extranjeros, temperaturas frescas de montaña y un paisaje de selva tropical. Justin Harper, copropietario de Playa Chiquita Development Corp., está desarrollando unos 800.000 metros cuadrados de tierra virgen a poco más de 30 kilómetros al este de Boquete. La comunidad, Bella Vista del Mundo, tiene 76 parcelas y planea construir un hotel boutique, un spa, piscinas, canchas de tenis y rutas para montar a caballo. Las casas unifamiliares con vistas a las montañas y al Pacífico pueden ser construidas por el desarrollador por unos US$400.000.
David Hatton Urriola, de 43 años, se mudó a Boquete hace tres años desde Kansas y estableció Panama Connection Real Estate, que ofrece tours, ayuda para mudanzas y ventas de bienes raíces a extranjeros. Entre las propiedades que tiene en venta actualmente está ‘La Pagoda’, una casa de 624 metros cuadrados, donde en su momento veraneó el líder militar Manuel Noriega, quien ahora cumple una condena de prisión de 20 años. La casa, con un precio de US$2,3 millones, está a 25 minu-tos en auto de un aeropuerto internacional, que está en obras de ampliación.
Belice, un pequeño país de habla inglesa con unos 330.000 habitantes, es popular desde hace años como destino para hacer buceo y ecoturismo. Las propiedades de lujo tenían que construirse a medida hasta principios de la década de 2000, cuando las constructoras comenzaron a levantar "una casa aquí y otra allá", indicó Hugo Moguel, presidente de la Asociación de Agentes de Bienes Raíces del pais.
Ahora, los desarrolladores están intentando promocionar a Belice como un lugar para que los jubilados vivan a todo lujo. Proyectos nuevos incluyen el Sanctuary Belize, un complejo de 5,665 hectáreas que se planea completar en tres años y tendrá 2.000 parcelas residenciales, 250 condominios y mansiones y una marina con capacidad para hasta 250 barcos.
De los 600 terrenos que han vendido hasta ahora en Sanctuary, 80% fueron comprados por estadounidenses, indicó Luke Chadwick, socio de Eco-Futures Development.
En medio del auge del turismo e impulsado por una reducción de un impuesto a las transacciones de extranjeros en 2006, ha habido un boom de los proyectos de condominios de lujo, en especial en la isla de Ambergris Caye, popular entre los extranjeros.
"Hay condominios frente al mar que tendrán ascensores, algo que no existía en Belice. La mayoría de los compradores son estadounidenses en edad de jubilarse", indicó Dmitri Ioudine, dueño de Coldwell Banker Ambergris Caye Ltd.
A pesar de sus avances con los jubilados estadounidenses y canadienses, estos países aún no atraen la misma cantidad de personas que destinos consagrados como México y Costa Rica. En 2011, más de 50.000 estadounidenses cobraron sus pagos de jubilación en México y más de 5.000 lo hicieron en Costa Rica. Pero la cobertura en los medios de la guerra contra el narcotráfico y la violencia en México están comenzando a llevar a los estadounidenses a otros destinos.
América Central, sin embargo, tiene sus propios problemas con la delincuencia. El Departamento de Estado de EE.UU. calificó de "crítica" la tasa de crimen en Nicaragua y la tasa de asesinatos en Belice como "extremadamente alta", aunque concentrada en la Ciudad de Belice y no en áreas turísticas. En Costa Rica, delitos como los robos y atracos sin uso de violencia han aumentado en los últimos años. Panamá, por su parte, sigue siendo relativamente seguro frente a otros países de la región, agrega el informe oficial de 2013.
Nicaragua representa el intento más reciente por captar el interés de los estadounidenses. En Guacalito de la Isla, se está cons-truyendo un complejo costero de 6.503 hectáreas, con 600 residencias, una piscina, un restaurante y un gimnasio.
A dos horas de viaje en auto desde el aeropuerto internacional de Managua, el proyecto incluye un plan para abrir un pequeño aeropuerto para 2015. Las primeras viviendas empezarán a entregarse a sus dueños en septiembre. Las unidades de cuatro dormitorios, cuatro baños y piscina se vendieron por entre US$700.000 y US$750.000, indicó Jeff Lawrence, director de bienes raíces.
"Ahora mismo, los compradores son 85% nicaragüenses y 15% de EE.UU.", sostuvo. "Existe una barrera educacional para nosotros, para convencer a la gente de que Nicaragua es segura y un paraíso tropical".