Cortes de luz: el AMBA tiene uno de los peores servicios eléctricos de la región
La duración promedio de cortes de luz por cliente por año es de 8,7 horas para los usuarios de Edenor y de 13 horas para los de Edesur, que supera ampliamente el de otras capitales de América Latina; la falta de inversión por el congelamiento de tarifas es el principal motivo
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LA NACIONSofía Diamante
Como todos los veranos, cuando el termómetro indica temperaturas superiores a los 30 grados durante varios días seguidos, queda al descubierto la fragilidad del sistema eléctrico. Con las altas marcas del último fin de semana, el registro oficial arrojó un pico de cerca de 250.000 usuarios sin luz en el AMBA. Las imágenes de cortes en las autopistas y calles de vecinos en reclamo por el restablecimiento del servicio se vuelve recurrente, así como la situación de los comercios que tiran mercadería porque los alimentos quedaron sin la refrigeración necesaria y de las personas mayores que son asistidas.
El Gobierno responsabiliza de esta situación a las empresas. En particular, la pelea ahora se desató contra Edesur. En cambio, las compañías remarcan que sus ingresos están prácticamente congelados desde hace más de tres años: se les dieron aumentos de 31%, cuando la inflación acumulada superó el 300%.
El aumento de tarifas que implementó el Gobierno en los últimos meses no ayudará en el corto plazo a evitar los cortes de luz. Los incrementos otorgados fueron destinados a reducir el gasto en subsidios energéticos, no a aumentar las inversiones.
Según los registros oficiales, la duración promedio de cortes de luz por cliente por año es de 8,7 horas para los usuarios de Edenor y de 13 horas para los de Edesur. Este promedio supera ampliamente el de otras capitales de la región. En Bogotá y Lima, por ejemplo, la duración promedio de los cortes de luz está entre 6 y 6,5 horas, mientras que en Santiago de Chile, la media es de apenas 2,5 horas. Entre los países desarrollados, el corte de luz es de una hora en Estados Unidos, mientras que en Europa es de apenas 7 minutos al año.
La Argentina tenía en la década del 90 el menor promedio de duración de cortes de luz por usuario por año de la región, con 6 horas. Pero luego de años de mantener las tarifas congeladas, que hizo derrumbar las inversiones en el sistema, ese promedió llegó a alcanzar las 44 hora en 2014.
Alcanzado ese promedio, el entonces segundo gobierno de Cristina Kirchner comenzó a recomponer lentamente los cuadros tarifarios, para entregar el mandato a fines de 2015 con un promedio de cortes de luz de 32 horas de duración, muy superior a las 6 horas que había heredado su marido, el expresidente Néstor Kirchner, en 2003.
Durante los cuatro años de gestión de Mauricio Macri, luego de aplicar fuertes aumentos de tarifas, la duración de los cortes de luz bajó al promedio de 14 horas por usuarios por año. Además de mejorar el servicio, el Estado también redujo el gasto en subsidios energéticos, que pasó de 3% del PBI (US$18.961 millones) en 2015 a 1,4% (US$5953 millones) en 2019.
En los primeros tres años de gestión de Alberto Fernández, el Gobierno decidió mantener las tarifas congeladas durante todo 2020, pero el incremento en subsidios no se sintió porque los precios del gas se derrumbaron por el efecto de la pandemia.
Durante los dos años siguientes, el Gobierno otorgó incrementos tarifarios muy por debajo de la inflación y de la devaluación de la moneda, pese a que los precios del gas se dispararon por el efecto de la invasión de Rusia a Ucrania y por la falta de inversión en producción de gas en los meses de pandemia. Los subsidios a la energía alcanzaron los US$11.862 millones en 2022, según estimaciones de la consultora Economía & Energía.
La duración de los cortes de luz, sin embargo, se mantuvo estable en 13 horas de promedio en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Esto se debió a que, por falta de actualización de las tarifas, las empresas distribuidoras se endeudaron con el Estado para mantener el nivel de las inversiones, lo que explica parte del incremento en los subsidios. Al 30 de septiembre último, Edenor registraba una deuda de $486.419 millones y Edesur, de $219.615 millones, que después fueron negociadas con la Secretaría de Energía y se implementó un plan de pagos.
Según los últimos balances trimestrales que presentaron ambas empresas en la Comisión Nacional de Valores (CNV), Edenor acumuló una pérdida operativa en los primeros nueve meses del año de $18.107 millones, mientras que Edesur tuvo una pérdida de $9712 millones.
Mientras tanto, las empresas aconsejan poner el aire acondicionado a 24 grados para un consumo más equilibrado y alternarlo con un ventilador, que consume hasta 12 veces menos. También recomiendan cerrar puertas y ventanas, para evitar el ingreso de aire del exterior al ambiente climatizado; el uso de cortinas, aleros o toldos en las ventanas, que ayuda a reducir el gasto de energía para climatizar un ambiente; mantener climatizado solo los ambiente en uso y limpiar periódicamente los filtros del aire para evitar pérdidas de energía.
Por Sofía Diamante
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