Coronavirus: "Medidas decisivas" para que la economía siga teniendo pulso
Nadie puede cuantificar actualmente cuál será la magnitud del impacto del coronavirus en la economía. Algunos analistas, académicos y economistas se animan a anticipar una recesión global. Otros ya prevén que será incluso más profunda que en 2008. Esa incertidumbre es mayor en la Argentina, país hundido en la estanflación y envuelto en la desconfianza internacional en medio -nuevamente- de una remolona renegociación de su deuda externa.
Sin coordinación internacional, la respuesta de los estados fue más veloz que en la crisis de las hipotecas subprime. Ante los desafíos que plantea la inédita obligación del aislamiento social -personas que no pueden salir de sus casas a producir ni consumir- para la oferta y la demanda mundial en cadenas de valor globales, Estados Unidos, Francia, Italia, España y otros países presentaron planes inéditos de estímulo fiscal y monetario para evitar el quebranto de sus empresas privadas, lo que derivaría en un mayor desempleo y un aumento de la pobreza.
En la Argentina hay terminales automotrices que ya se preguntan cómo producirán sin insumos de sus plantas europeas, industrias alimenticias que consultan cómo nutrirán a sus fábricas con los cierres de fronteras de Brasil y Chile, pero también pymes que comenzaron a recibir ofertas por la sobreproducción de países agobiados por la pandemia. Del otro lado, hay trabajadores que no saben si cobrarán sus sueldos a fin de mes o cuentapropistas informales que directamente dejarán de poder acceder a alimentos sin sus "changas" mensuales.
El gobierno de Alberto Fernández planteó hoy soluciones económicas similares a las de los países desarrollados, pero a otra escala y con fuertes restricciones. "Alberto no tiene la billetera de Macron", describe con inclemencia un empresario de la alimentación.
En un marco de déficit fiscal primario, sin financiamiento y con una economía apagada, la única ventana para dar vitalidad a la demanda agregada es la emisión monetaria. Son dos puntos del PBI. "La maquinita" estaba restringida luego de un año de inflación que superó el 53% y en un país donde pocos quieren pesos, sobre todo en momentos de crecimiento de la brecha cambiaria (cerca de 40%), cuando el valor del peso frente al dólar es sostenido por un cepo y en un mundo en el que el "fly to quality" (vuelo a la calidad, esto es, los capitales invertidos en activos financieros se van a plazas más seguras) vuelve a ser la moneda corriente ante la incertidumbre.
A cuentagotas, el ministro Claudio Moroni anunció las licencias para amplificar el teletrabajo y su par Mario Meoni, restricciones en el transporte. Alejandro Vanoli (Anses) y Daniel Arroyo (Desarrollo Social) mostraron las medidas para paliar la crisis social: pago de un bono adicional de $3100 a los beneficiarios de la AUH y la asignación por embarazo, refuerzo de la asistencia a comedores escolares, comunitarios y merenderos; pago de un bono extraordinario de $3000 para las jubilaciones mínimas; un período de gracia en el pago de créditos de la Anses.
La circulación de personas y bienes hacen que una economía funcione. La pandemia frena la circulación. "Necesitamos que la economía siga funcionando", dijo el ministro de Economía, Martín Guzmán, esta tarde en conferencia de prensa, en la que junto a su par de Dessarrollo Productivo, Matías Kulfas, presentaron medidas para mitigar el impacto en la oferta, la demanda y en los precios de los bienes, y evitar así la ruptura de la cadena de pagos.
Guzmán anunció la eximición del pago de contribuciones patronales a los sectores del transporte, el turismo y el esparcimiento; la ampliación de los Repro (ayudas estatales a empresas para pagar salarios), el refuerzo de los subsidios al desempleo, la inyección de $100.000 millones para obras públicas y el relanzamiento del Procrear con 300.000 nuevos créditos.
Por su parte, Kulfas afirmó que habrá precios máximos por 30 días (se retrotraerán al 6 de marzo) para "evitar prácticas especulativas" en una canasta básica de alimentos, productos de higiene y medicamentos. "No hay fundamento para que aumenten", cuestionó.
Ya lo dijo el Presidente esta mañana: "Vamos a perseguir a todos los que aumenten los precios; el riesgo no puede ser negocio". Pese a que el Ministerio de Desarrollo Productivo comenzó inspecciones el fin de semana por los comercios y amenazó con aplicar la ley de abastecimiento, el miedo puede mas. En lo que va de marzo, la demanda de alcohol en gel aumentó aproximadamente un 570%, según datos de una cadena de farmacias.
El ministro de Desarrollo Productivo anunció además asistencia financiera por $350.000 millones para capital de trabajo, compra de insumos y para "darle liquidez a sector industrial y comercial". La tasa será fija al 26% anual. Ese monto alcanzaría para pagar una nómina salarial mensual. Habrá además créditos para productores de alimentos, limpieza, insumos médicos; para equipo tecnológico (teletrabajo), entre otros. También anunció una renovación del plan Ahora 12 por seis meses y la aceleración del pago de reintegros a la exportación.
Hoy la Unión Industrial Argentina (UIA) reunió a su comité de emergencia y confeccionó un documento de recomendaciones que hizo llegar al Gobierno, en el que reclama algunas medidas más ambiciosas. Aparecían medidas financieras (créditos blandos al capital de trabajo), laborales (los licenciados laborales no pagaran contribuciones patronales y flexibilización de algunas normas en las plantas) e impositivas (diferir impuestos y extender la moratoria actual, poder usar el impuesto al cheque como parte de pago de otros impuestos y suspender los pagos adelantados de ingresos brutos) para mitigar la crisis potencial.
"Estamos viendo una película de terror. Lo que vemos no pasó nunca", graficó un economista privado esta tarde. Se preguntó: "¿Qué pasará con el precio del petróleo (ya golpeado por la guerra comercial entre Arabia Saudita y Rusia) en un mundo que no usa aviones ni autos?". ¿Qué sería entonces de Vaca Muerta, la futura fuente de divisas de la Argentina? Ese camino es similar para el precio de las commodities, fuente actual de dólares para el país. El campo es un sostén clave del actual superávit comercial de la Argentina.
Ese cuadro de la balanza de pagos y la pandemia le ponen un interrogante a otro significante vacío: la sustentabilidad de la deuda, el mantra que menciona Guzmán. Nadie tenía en claro en la Argentina ni en Wall Street qué significaba antes de la llegada del coronavirus. Sólo se sabía que el Gobierno no quería hacer un nuevo ajuste y que buscaría aplicar una quita apreciable sobre sus pasivos, tal como avaló el FMI.
Ahora, con el mundo enfocado en una crisis global y los bonos locales en precios apetecibles para los fondos buitre, pocos se imaginan el modelo de una economía argentina retomando el crecimiento para poder luego pagar ese pasivo. Quizá fue ese repentino cambio de escenario -que aumenta las probabilidades de un default- lo que aceleró el acercamiento del Gobierno ayer a la Comisión de Bolsas y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) y anticipó el lanzamiento de una megalicitación de bonos en pesos prevista para las próximas semanas y anunciada a las corridas. Nadie sabe cuánto costará la crisis, pero todos admiten que el costo será elevado para todos. Quizás un poco más para la Argentina.
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