Coronavirus: Los chinos copan el mercado del arte
En el último informe de Art Basel y UBS, la torta del mercado de arte global registra el avance chino. Las porciones más grandes son para Estados Unidos y China, que protagonizó un veloz "sorpasso" y dejó atrás a Gran Bretaña, histórico centro de ventas desde que James Christie fundó en el siglo XVIII una casa de subastas para vender libros y muebles heredados. El panorama ha cambiado radicalmente y nadie lo sabe mejor que el equipo de Art Basel. El relojito suizo abrió una sucursal de la feria en Hong Kong en 2010, para servir a la clientela asiática que compra de todo.
Los asiáticos aman la pintura impresionista. Basta recordar que el hombre que batió todos lo récords en ese segmento del mercado fue el papelero nipón Rioei Saito, cuando pagó, en los tempranos '90, más de US$150 millones por dos obras museum quality: Retrato de Gachet, de Van Gogh, y Moulin de la Galette, de Renoir. Ahora, pasamos de los yenes a los yuanes.
En China hay un 5% por ciento de nuevos ricos, gente que accedió a bienes de alto consumo: viajes, carteras de Vuitton y una foto con la Mona Lisa, en el Louvre. Ese pequeño porcentaje de chinos ricos da un número superior a los 60 millones de potenciales clientes que van de las tarimas de las subastadoras, a las ferias de arte y a las galerías Premium, como Gagosian, Perrotin y Hauser & Wirth, todas abrieron puntos de venta en Hong Kong.
El "sorpasso" chino tuvo su eco mediático cuando Li Yiqian (1963), un ex taxista que hizo fortuna en el circuito financiero, compró Desnudo recostado, un soberbio Modigliani, por US$170 millones. Fue noticia en todos los medios planetarios. Tiene una fortuna de US$1500 millones. Como campaña de marketing personal le salió barata. A la nota de tapa sumó un detalle marketinero: pagó con la tarjeta de crédito para sumar millas y llevar a su familia de viaje. ¿Cuento chino? Poco importa.
En 2014, el extaxista había pagado US$36 millones por una taza de porcelana de la Dinastía Ming. Al día siguiente fue noticia, fotografiado tomando el té en el millonario pocillo.
Los chinos son los grandes animadores de las ferias, aman (amaban) viajar. Si bien el circuito está cerrado por coronavirus, crece la oferta online.
Esta consecuencia inevitable de la pandemia que nos toca vivir, y que tuvo su origen en China, favorece a los compradores del Lejano Oriente. Comprar arte online es para ellos un ejercicio cotidiano. No se puede ir todos los días hasta el Rockefeller Center para ver qué vende Christie's. Además, ahora todo está cerrado. Y lo estará por largo rato.
En los últimos diez años, más de una docena de galerías occidentales abrieron sus puertas en el distrito de Dashanzi, conocido también como distrito 798, en Pekín. Una antigua zona industrial que toma el modelo del este de Londres, del Lower Manhattan o de Allapattah, en el gran Miami. La velocidad con que los chinos copian es proverbial.
En Pekín, están Pace Wildenstein, París-Pekín Photo, Gagosian, Hauser & Wirth. Venden lo que buscan los coleccionistas de cualquier parte del mundo: Basquiat, Baselitz, Joan Mitchell, Jeff Koons, y Cy Twomby; pero también Zhan Huang y Li Wei.
El gran motor del mercado es el coleccionista individual, todavía no hay grandes museos mediáticos como en los países árabes, pero la rematadora Poly Auctions, fundada en 2005, quiere competir con los gigantes del mercado. Se estima que los chinos compran arte por más de US$4500 millones por año. Es un número.
Los padres de los coleccionistas de hoy compraban Picasso y Cézanne. Los hijos hablan inglés, se visten en Saville Row y compran George Condo y Zeng Fanzhi. Entre las marcas chinas récord se registran los 60 millones de euros pagados en 2018 por Juin-Octobre, 1985, de Zao Wou Ki, artista chino de la vieja guardia, educado en Francia, que cotiza entre los top ten.
En las tarimas de Sotheby's Hong Kong, un coleccionista anónimo pagó US$12,1 millones por Blooline, Big Family, de Zhang Xiaogang. No hay un artista latinoamericano contemporáneo que cotice en semejante cota. Una señal más para entender de qué se habla cuando se hace referencia al crecimiento a "tasas chinas" del mercado.
En arte contemporáneo hay que anotar un nombre: Zeng Fanzhi. Su Última cena fue rematada en US$23,3 millones. Por ahora, China está en modo pausa. Pero... en el horizonte está Art Basel Hong Kong que ya tiene fecha puesta: será del 25 al 27 de marzo de 2021.
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