Efectivo. La cuarentena trajo una complicación impensada para algunos comercios
En una economía con alta inflación, mucha informalidad y poca costumbre al uso de medios de pagos electrónicos, la utilización de dinero en efectivo es una incomodidad para los comercios, que se ve agravada en este contexto de limitada operación bancaria por la cuarentena obligatoria.
Sucede que acumular dinero físico es costoso, porque incluye el conteo del efectivo, el traslado a los tesoros de los bancos, el almacenaje y el servicio de seguridad. Mientras que en otros países son gastos menores, en la Argentina para los bancos significan el segundo mayor costo después del pago de salarios.
Para los comercios ocurre algo similar. Y, en este contexto de aislamiento obligatorio, los supermercados, las farmacias y las estaciones de servicio –los pocos sectores que continúan abiertos al público– tienen tres formas de depositar el efectivo recaudado: pactar un horario con los gerentes de las sucursales bancarias para llevar el dinero, pasarse horas colocando el efectivo en las terminales de autoservicio o utilizar el servicio de transporte de caudales, que, por su elevado costo, solamente es rentable para las grandes empresas.
"Es un problema grave. Un operador que trabaja con nosotros tenía que depositar $1,8 millones en el banco. Fueron tres personas en dos autos al banco. Una se quedó afuera haciendo guardia, mientras que en dos terminales de autoservicio los otros depositaron los billetes. Tardaron dos horas", contaron en una compañía petrolera.
Si la pyme hubiera optado por el servicio de transporte de caudales, la comisión promedio que debía pagar era de entre 1,5% y 2% del valor total trasladado, lo que equivaldría a entre $27.000 y $36.000.
"En las sucursales bancarias no hay atención al público de ningún tipo. Ni el gremio ni el Banco Central lo quieren. Entonces no se puede abrir el lugar para recibirle el efectivo a las grandes cadenas. Las terminales de autoservicio (TAS) tienen capacidades limitadas y solo permiten hasta 40 billetes. Es un problema que no podemos resolver momentáneamente", explicaron en un banco privado.
En los últimos días, sin embargo, comenzó a ver un trato más personalizado por parte de los bancos públicos y las empresas arreglan un horario con el gerente de la sucursal para recibir el dinero, sobre todo en el interior del país.
"Desde el miércoles se empezó a trabajar de mejor manera con el efectivo y los depósitos en general. Principalmente con el Banco Nación, que tiene atención personalizada para las actividades encuadradas en excepción dentro del decreto. De esta forma podemos acceder a los depósitos de efectivo dentro del banco. Ayer, además se agilizó el depósito de cheques con la reapertura del clearing. Se hace de la misma manera en el Banco Nación y a través de cajeros automáticos en bancos privados. En líneas generales, no estamos teniendo problemas con el efectivo", indicó Carlos Gold, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha).
Las estaciones de servicio son uno de los sectores que más sufren el efectivo, ya que todavía el 40% de los clientes paga la carga de combustible en cash. Una alternativa que encontraron para atenuar este problema es alquilar cajeros automáticos extrabancarios para colocar la recaudación.
"Desde la imposición de la cuarentena, la venta de nafta y gasoil bajó entre 80% y 85%, mientras que el consumo de la tienda cayó entre 60% y 70%. No se está recaudando mucho efectivo y se incentiva el uso de medios electrónicos como alternativas de pago, como las tarjetas de crédito, débito o Mercado Pago. El efectivo se coloca en los cajeros automáticos o se arregla con el banco el horario para depositarlo", señaló Hernán Landgrebe, de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra).
Por disposición del Banco Central, las entidades bancarias están trabajando en el lugar con plantilla súper reducida. Desde que ayer se posibilitó de nuevo la operatoria de descuento de cheques, apenas va a las sucursales el personal jerárquico: los responsables operativos, los tesoreros y los gerentes. Los gremios del sector controlaron rigurosos que esto sea así.
Las terminales de autoservicio permiten que se deposite en promedio no más de $50.000. Esto ocurre por dos razones: por seguridad y por un tema de espacio físico, ya que no entran más de 50 billetes promedio por transacción. En los últimos años, con la emisión de billetes de mayor denominación, se pudo ampliar el monto máximo, pero la inflación de 50% promedio anual carcome esa ventaja.
En las grandes cadenas de supermercados y farmacias, los bancos envían el servicio de transporte de caudales para recolectar el efectivo. "Las transportadoras toman directamente los depósitos de las empresas, recuentan el dinero por nosotros, nos dicen cuánto es y lo acreditamos en las cuentas de esas empresas, mientras que las transportadoras lo utilizan para reponer cajeros", explicaron en otro banco.
Por tal motivo, los grandes comercios no tienen tantos inconvenientes con el efectivo. "La empresa de caudales retira el dinero y, si no lo puede dejar en el banco, lo devuelve al comercio, porque ellos tienen un seguro de tránsito, no de guardia o de custodia. La mayoría de los bancos están aceptando el efectivo. También nos quita un poco de presión poder ofrecer el extra cash, para sacar dinero de la línea de caja, o utilizar los cajeros recicladores", comentaron en una cadena grande de supermercados, que igualmente señalaron que las pequeñas cadenas del interior estaban con problemas para ubicar el efectivo.
Los supermercados chinos, por su parte, cuyas ventas en efectivo representan entre el 75% y el 80%, indicaron que utilizan el dinero para pagar a proveedores. "El tema con las tarjetas es que los bancos tardan 22 días en acreditarnos el pago cuando la operación es con la de crédito, y entre 8 y 10 días con la de débito. Con la inflación que hay, cuesta no tener el dinero para reponer la mercadería. Después, para depositar el efectivo, la mayoría de las terminales no aceptan depósitos de más de $50.000. Lo que hacemos es utilizar los cupones que nos dan los mayoristas. Pero igualmente, con la cuarentena, estamos vendiendo muy poco, no hay mucha rotación. Y lo poco que tenemos de efectivo, lo canjeamos con los proveedores", concluyó Yolanda Duran, presidenta de la Cámara empresarial de desarrollo argentino y países del sudeste asiático (Cedeapsa).
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