Contrapunto entre la industria y el Gobierno por los detalles del acuerdo Mercosur-Unión Europea
La publicación por parte de Cancillería de los textos que conforman el acuerdo Mercosur-Unión Europea, anunciado en Bruselas el 28 de junio pasado, ya provocó un contrapunto entre algunos sectores y el Gobierno: parte de la industria dice que, si no se solucionan los problemas macroeconómicos, el convenio traerá más inconvenientes que oportunidades. Por su parte, la voz oficial retruca que mejorar la competitividad es tarea de todos.
Así, Juan Cantarella, Gerente General de AFAC, Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes, opinó que, más allá de lo que se especifica en los 20 puntos dados a conocer ayer, todo acuerdo terminará siendo una oportunidad o una amenaza en función de lo que se haga en materia tributaria, modernización laborar y continuidad en la mejora de la infraestructura. "Sin avances en eso, estaremos complicados", afirmó.
En tanto, Ariel Schale, director ejecutivo de la Fundación Pro Tejer, que representa a parte de los textiles, comentó: "Salir a firmar acuerdos de las ambiciones y compromisos que se están asumiendo, sin que se resuelvan los problemas de agenda de no competitividad sistémica de la economía argentina, nos va a traer más problemas que oportunidades". Y agregó: "El que se tiene que poner los pantalones cortos, para entrenar y solucionar estos temas, es el Gobierno, no nosotros".
Dante Sica , ministro de Producción y Trabajo de la Nación, recogió el guante y señaló que el Gobierno no es el único que tiene que trabajar para lograr mayor competitividad. Y apeló a una metáfora futbolera para responder a quienes le traspasan toda la responsabilidad: "La pelota no solo está de nuestro lado, sino que está en la cancha y todos tenemos que jugar: las provincias, los empresarios, los trabajadores, el Gobierno. De nuestra parte, todo el trabajo en macroeconomía apunta a lo que nos piden, que es bajar la inflación y tener un tipo de cambio competitivo".
A su vez, Marisa Bircher, secretaria de Comercio Exterior de la Nación, dijo que lo publicado ayer es un 80% del acuerdo. "Lo que está faltando es la lista de ofertas, que es lo que está esperando la industria y se va a dar a conocer en unos días, porque tiene un poco más de demora. La famosa letra chica es lo que salió ayer y no es nada diferente de lo que venimos contando hasta ahora, sino que son especificaciones en el caso de cada capítulo del acuerdo", explicó la funcionaria.
Compensaciones y subsidios
Desde el sector vitivinícola, Francisco Do Pico, director de Relaciones Institucionales de Peñaflor, que representa 30% de la exportación de vino argentino, ve como positivo el acuerdo y dice que remueve un obstáculo más que tiene el país para exportar vino. Pero destaca que hay que trabajar en la competitividad logística, la presión tributaria, eliminación de retenciones, la suba de reintegros y cuestiones de largo plazo como la inversión en promoción internacional, donde otros países competidores hacen mucho y la Argentina hace poco y nada."Igual, vale aclarar que ya somos competitivos hoy", remarcó.
Otras voces de la industria vitivinícola adelantaron que analizan que sería conveniente algún tipo de compensación frente a los subsidios europeos a sus productores. "Uno de los temas que falta aclarar es cómo se va a compensar el hecho de que la producción de vino en Europa esté fuertemente subsidiada (España dio subsidios por 300 millones de euros en 2018, mientras que Francia e Italia dio subsidios por unos 250 millones). Tenemos que charlar eso y ver cómo se va solucionar, a más tardar en 2020", comentó Eduardo Sancho, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi).
Sancho acota que, más allá del tema subsidios, está el tema de la quita total de las retenciones a la exportación, y el del trabajo para lograr mayor competitividad en los fletes, porque el costo entre Mendoza y Buenos Aires, por ejemplo, es superior al costo entre Buenos Aires y Ámsterdam. Además, está la necesidad de contar con un tipo de cambio conveniente, porque, según dijo, no se puede seguir jugando con esa variable todos los días, según la conveniencia política.
Ante estas inquietudes, Bircher respondió que en el acuerdo hay una cláusula de salvaguarda y va a existir siempre la posibilidad de plantear alguna disconformidad, si se observa que hay fraude o subsidio inadecuado para un sector. "Vamos a poder reclamar todo lo que genere competencia desleal", prometió.
Sin embargo, Schale agregó más leña al fuego y dijo que gran parte de su opinión sobre el acuerdo se puede expresar en preguntas: "¿Qué vamos a exportar, 60% de tasa de interés? ¿Una carga fiscal equivalente a 100% del costo de nuestros productos? ¿Las tarifas de energía dolarizadas más caras de la región? ¿60% de inflación? ¿Todo eso vamos a exportar?", dijo.
"No te convertís en Alemania firmando un papel"
Desde Pro Tejer sostienen que el desafío no lo tiene el sector industrial, sino la política pública argentina. "Acá compite el estado argentino contra el poderoso estado industrial europeo. Nosotros, con nuestra fábrica, le competimos al mejor país del mundo, pero la tarea pendiente la tiene el Gobierno. Porque vos no te convertís en Alemania o Corea firmando un papel. Esto se lo decimos todos los días al Gobierno", enfatizó.
Sin perder la calma, Sica dejó en claro que no hay nada oculto en estos 20 puntos que se conocieron ayer. "Se publicó en inglés, porque es lo que se estila y queríamos dar la información lo más rápido posible. Estamos haciendo toda la mirada legal, que queden bien los puntos y las comas, que todo lo que pusimos sea lo que quisimos poner. Después se hace la traducción y luego se eleva a los Congresos", indicó el ministro.
En respuesta puntual a los textiles, Sica cuenta que lo que se acordó fue lo que pidieron, basado en un acuerdo privado de los textileros de todo el Mercosur con los textileros de Europa . "Pusimos lo que nos pidieron: desgravación a ocho años manteniendo las reglas de origen. Eso lo reconocen todas las cámaras brasileñas del sector", remarcó.
Bircher refuerza esa argumentación y cuenta que, desde que se firmó el acuerdo, ya se reunió con 25 cámaras (con todos los industriales). "En algunos casos terminan ganando y en otros casos tienen un tiempo para mejorar su productividad, pero en todos pudimos respetar las líneas rojas que nos plantearon de cara al acuerdo. Ellos entienden que hay que ponerse a trabajar ya para mejorar la competitividad, por ejemplo actualizando sus reglamentos técnicos, ya que muchos venían atrasados", expresó.
Cantarella igual insistió en que hay cosas en las que el gran socio del Mercosur saca ventaja y que acá hace falta otra actitud oficial con respecto a ciertas debilidades macroeonómicas. "Brasil ya sancionó su reforma laboral, que es muy parecida a la de España. Está simplificando tributos y sacó media sanción de reforma previsional. No podemos seguir dilatando los tiempos", reclamó.
Sica también dedicó unas palabras a este sector. "En autopartes pusimos la desgravación a 12 años, que nos parece muy razonable. Todos tienen plazos. Ahora, esos plazos hay que aprovecharlos. Necesitamos todos ponernos a trabajar en competitividad para estar preparados, porque Europa no compite por precio, sino por calidad", concluyó el Ministro.
"Cosas interesantes"
En lo que hace a la letra de lo publicado anteayer por Cancillería, Marcelo Elizondo, analista y consultor en negocios internacionales, dijo que el documento es muy jurídico, aunque tiene algunas "cosas interesantes". "Por ejemplo, en el capítulo Intercambio de bienes se establece que las partes se comprometen a no mantener, implementar o reimplementar subsidios a la exportación en productos exportados agrícolas o en insumos agrícolas para una exportación", señaló.
En el mismo capítulo se consigna que "tampoco se mantendrán o introducirán créditos a la exportación, o garantías, seguros o ayudas equivalentes a subsidios en productos agropecuarios o insumos agropecuarios para otras exportaciones, a menos que se enmarquen en las reglas de la OMC (Organización Mundial de Comercio)".
Otro punto importante es que el Mercosur abrirá sus mercados de obras públicas a empresas europeas (se trata de empresas que pueden concurrir a una licitación para obras públicas, que competirán en igualdad de condiciones con las locales. En tanto, tal como dijo Bircher, en el capítulo 4 ("Defensa comercial"), se prevén las condiciones de aplicación de salvaguardas y los procedimientos al efecto para los casos en los que sea preciso acudir a ellas.
Elizondo subraya que en los contenidos del acuerdo y por lo que ha sabido hasta ahora (mucho de lo firmado no se ha hecho público), se prevé que se eliminan 91% de los aranceles que Mercosur impone hasta hoy a productos europeos (equivalen hoy a 40.000 millones de euros de exportaciones europeas al año, según ha dicho la UE). La UE, mientras, elimina 92% de sus aranceles a productos provenientes del Mercosur.
Los aranceles de la UE a productos del Mercosur, precisa Elizondo, se reducirán casi inmediatamente. En el caso de productos industriales del Mercosur se reducirán a 0% los aranceles de ingreso en la UE para el 80% de ellos. Aunque algunos otros productos dependerán de cuotas dentro de las cuales se bajará el arancel, y fuera de ellas se mantendrá el arancel actual, como en el caso de la carne, que reducirá aranceles en cuotas de 99.000 toneladas anuales (bajará hasta 7,5%); aunque fuera de este cupo por separado se reducirá a 0% el arancel a pagar para el ingreso de la carne de Cuota Hilton (hoy pagan 20% y Argentina exporta hoy 29.500 toneladas en esa cuota).
Otras medidas que se han conocido se refieren a las denominaciones de origen. En este sentido, el Mercosur accede a respetar 357 denominaciones de origen europeas (por ejemplo el queso manchego, el vino rioja, el champagne o el jamón de Parma) y Europa deberá hacer lo mismo con muchas del Mercosur (como cachaza brasileña o vinos de Mendoza).
El acuerdo también expresa que las partes respetarán los derechos laborales según los estándares de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), así como la libertad de asociación sindical de los trabajadores y la eliminación del trabajo forzado y el infantil.
En una relevante parte del compromiso reciproco, según analizó Elizondo, se prevé que los derechos de propiedad intelectual son reconocidos y respetados y en ellos los secretos comerciales, así como las normas sobre copyright. Y también las partes se comprometen a eliminar barreras al comercio electrónico entre ellas.
En el capítulo "Servicios", otro de los destacados por Elizondo, se reafirma el compromiso de liberalizar el comercio de los servicios en el marco de las regulaciones de la OMC (no se prohíben servicios en manos de empresas del estado ni subsidios en esa materia). Y se garantiza el derecho de las partes de disponer de regulación para obtener objetivos públicos. Se mantienen las autonomías de los países para regular en la materia. Pero se prevé que cada parte concederá (en la mayoría de los servicios, que están listados) a empresas de las otras partes signatarias un trato igual.
Otros capítulos de relevancia, entre los publicados anteayer por Cancillería, son: "Resolución de controversias", "Subsidios", "Competencia", "Obstáculos técnicos al comercio", "Normas sanitarias y fitosanitarias" y "Defensa comercial". "Algo curioso es que sobre propiedad intelectual está solo el título, pero no hay nada publicado", resaltó Elizondo.
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