Consumo: un número negativo persigue al Gobierno en el año electoral
La Cámara de Comercio y Servicios presentó un nuevo índice; muestra dos trimestres consecutivos de caída en el consumo y prevé un estancamiento o mayor descenso este año
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La propaganda oficial asegura que la economía creció desde la asunción de Alberto Fernández. Un nuevo indicador, que presentó la Cámara de Comercio y Servicios hoy por la mañana, contradice el discurso del Gobierno en un aspecto clave. Durante la presidencia del Frente de Todos, el consumo no creció más allá del nivel que dejó Mauricio Macri en 2019 y se deprimió respecto de 2018.
Al comparar el año pasado con anteriores, surge que hubo una recuperación marcada desde la depresión sufrida durante 2020, pero un estancamiento respecto del consumo en los últimos cuatro años. En comparación con 2018, una caída de 3,39% y de 2019, 0,31% -un empate-.
Además, los últimos dos trimestres del año anterior mostraron una profundización del descenso, con -1,7% en septiembre y -4,5% en diciembre.
La caída del consumo es un dato preocupante para el Gobierno que, se supone, debería estimularlo en un año electoral.
En cuanto a los distintos sectores, durante esta gestión, se observan importantes caídas del consumo en Indumentaria y calzado y Recreación y cultura, entre enero de 2020 y el mismo mes de este año. Los desplomes fueron de 19,7% y 16%, respectivamente.
En cambio, creció el consumo principalmente en Vivienda, alquileres y servicios públicos (13,4%), lo que significa que representan un gasto mayor en el bolsillo de los hogares. Transporte y vehículos trepó 5,4% y el resto de los consumos cayeron 0,3% en este período.
El nuevo índice también mostró un avance de 5,5% del consumo de enero 2023 en términos interanuales. Sin embargo, esto se debe a una baja base de comparación heredada de la pandemia, lo que explica parte de la tasa de crecimiento observada en el mes. “En este sentido, el nivel de consumo de los hogares en enero de 2023 no logró empatar el valor de 2019, punto de comparación previo a la disrupción ocasionada por el coronavirus, ubicándose 0,3% por debajo del mismo”, explicaron desde la CAC.
Añadieron que otro de los factores que explica la “magra performance relativa del índice en enero” se vincula con la capacidad de compra de los hogares. Los indicadores mostraron una contracción mensual de más de 6% (descontando el efecto aguinaldo, diciembre estuvo por encima de la media de los últimos meses debido a la superposición de un conjunto de bonos de asistencia social) y una baja de 1,6% en la comparación interanual.
El informe presentado por la entidad arrojó un duro pronóstico para este año.
Las restricciones externas impuestas por la dinámica inflacionaria y la falta de divisas, generan limitaciones para fomentar la actividad. “El Gobierno es un malabarista haciendo equilibrio”, dijo Matías Bolis Wilson, jefe de Economía de la organización, que aportó una estimación propia clave: cada punto del PBI requiere de un aumento de tres puntos de las importaciones.
Para la CAC, se espera un año con caída en el poder de compra de los hogares como consecuencia de la “falta de dinamismo económico, una inflación que se sostendría en niveles elevados y un proceso de recomposición tarifaria que aún se encuentra en marcha”. En esta línea, el IC mostró en enero una caída desestacionalizada de 0,3% frente a diciembre (es decir, descontando los efectos estacionales habituales del consumo a lo largo del año).
“Las condiciones económicas están mostrando un estancamiento estructural. Esperamos que el nivel de actividad se planche. Y que consumo empate o caiga este año. Depende que pase con el campo”, explicó Bolis Wilson, en referencia a que la dinámica agroexportadora determinará la disponibilidad de dólares del Banco Central para descomprimir las restricciones para comprar al exterior, siendo que entre el 80% y el 90% de las importaciones se utilizan en la cadena productiva.
Se anticipa un segundo trimestre con malas noticias en el consumo debido a que los mejores niveles de actividad transcurrieron en el mismo del año pasado, con lo cual una menor base de comparación provocará peores cifras en los meses venideros.
“A los empresarios no nos preocupa la economía, estamos acostumbrados a remar en dulce de leche. Nos preocupa la política, el escenario es más complejo. No están haciendo las cosas que hay que hacer”, destacó Mario Grinman, presidente de la entidad.
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