Precios Cuidados. La idea insignia de Kicillof pierde brillo con la nueva política anti inflación
Hoy se cumplen cinco semanas de la fecha límite que había fijado la Secretaria de Comercio para negociar los aumentos de los 311 productos que integran la canasta de Precios Cuidados y las empresas fabricantes siguen a la espera del llamado de los funcionarios. La combinación de cuarentena, recesión económica y congelamiento masivo de precios está provocando lo que no logró el gobierno de Mauricio Macri: terminar con el plan de los Precios Cuidados que fue una de las medidas más populares de la gestión de Axel Kicillof en su paso por el Ministerio de Economía. Lo más llamativo es que el ocaso del programa se está dando bajo la conducción de funcionarios surgidos del propio riñón de Kicillof y de su entonces exsecretario de Comercio, Augusto Costa.
En el Gobierno explican que el plan de Precios Cuidados sigue vigente, aunque en los hechos está claro que su importancia quedó relegada a un segundo plano ante la decisión que se tomó en el inicio de la cuarentena de congelar los precios de más de 2300 artículos de alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza.
El congelamiento –que se presenta con el nombre de Precios Máximos- vence el próximo martes, aunque en el sector todos los jugadores –fabricantes y supermercados-dan por descontada una nueva prórroga de 30 días. A falta de menos de una semana, el único interrogante pasa por saber si la prórroga será acompañada por la autorización de algún aumento para las empresas proveedoras.
La Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal) ya le hizo llegar al Ministerio de la Producción un pedido para aplicar una suba general del 5%, aunque en la Secretaría de Comercio Interior que preside Paula Español se mostraron muy reacios a conceder cualquier suba.
La inflación de abril que se conocerá oficialmente mañana se ubicará por debajo del 2% y será la más baja de los últimos dos años. En el gobierno están convencidos de que los Precios Máximos jugaron un papel clave en esta desaceleración. "De entrada, los controles de precios siempre tienen algunos resultados. Incluso pasó con el congelamiento de Guillermo Moreno de 2013 que en los primeros meses funcionó muy bien, pero en realidad lo que hizo acumular aumentos para más adelante", señaló Luciano Cohan, economista de la consultora Seido.
En el medio de esta negociación de los aumentos, los Precios Cuidados pasaron a ocupar un papel muy secundario no solo en la agenda oficial sino también en la lista de preocupaciones de los propios empresarios.
"Todavía no nos llamaron para negociar qué va a pasar con los aumentos autorizados en Precios Cuidados, pero la verdad es que nos preocupa más lo que va a pasar con el resto de los productos que tengo congelados", señaló un fabricante de alimentos que integra prácticamente desde su lanzamiento el programa de Precios Cuidados. Más pragmática, una fuente cercana a la negociación sentenció: "Pandemia mata a revisión trimestral".
La presión por lograr un aumento de precios en los productos congelados quedó clara en el último balance de Molinos Río de la Plata que sin ningún tipo de prurito informó en la presentación de sus resultados que las pérdidas por $114 millones que sufrió en el primer trimestre del año se explicaban por "la imposibilidad de trasladar los aumentos de costos a los precios de su cartera de productos".
Los supermercados, por su parte, alertan de que la política de no autorizar las subas en Precios Cuidados y congelar el resto de los artículos de la canasta básica pueden terminar provocando problemas en el abastecimiento de las grandes cadenas. "Los proveedores saben que con restringirnos la entrega y cambiarnos las condiciones comerciales a nosotros zafan, porque redireccionan sus entregas a canales no controlados que además vienen con muy buena performance", explicaron en una cadena de supermercados.
La idea de que los controles de precios son más difíciles de aplicar entre los pequeños comercios explica que los alimentos frescos –cuya mayor demanda se concentra en comercios específicos de barrio, como verdulerías, carnicerías o panaderías en detrimento de los grandes supermercados- hayan sido los que muestran los mayores aumentos en las últimas semanas.
Según la medición de la consultora Tomadato,en abril los productos de la canasta básica registraron un incremento promedio del 3,3%, pero las mayores subas se dieron en los alimentos frescos, como frutas y verduras (9,5%), pescados (8,7%) y los productos de panadería (4,7 por ciento).
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