"Confidencial". El informe sobre el virus que encendió la alarma entre empresarios
Jueves pasado al mediodía. Las discusiones públicas en la Argentina estaban dominadas por el coronavirus,aunque el presidente Alberto Fernández aún no había ordenado la cuarentena total. En ese momento de transición un informe elaborado por funcionarios del Ministerio de Salud para utilizar como documento de trabajo, aunque sin el rótulo de "oficial" ni precisiones certeras, comenzó a circular por ámbitos públicos y privados.
El trabajo era confidencial, según señala la marca de agua que atraviesa cada una de sus hojas, pero rápidamente comenzó a expandirse entre los principales ejecutivos del país. Varios de ellos reconocen, cinco días después, que fue una de las herramientas que les hizo tomar dimensión de qué se estaba gestando, al menos desde la mirada de la Casa Rosada.
El documento tiene 17 páginas y se titula Plan Estratégico para la Pandemia de COVID-19. Los hombres de negocios, según la historia que reconstruyó LA NACION, no recalaron tanto en el plan de acción que sugería -menos radical que el que finalmente se terminó aplicando-, sino en los cuatro eventuales escenarios que planteaba el trabajo con respecto a la proliferación del virus en el país, parcialmente reproducidos por diversos medios de comunicación el último fin de semana. Eran los siguientes:
- Un escenario pesimista, que contemplaba la duplicación de los casos cada tres días sin aplanamiento de la curva, como se está observando en Europa.
- Un escenario optimista, que pronosticaba la evolución de los casos según el comportamiento del ratio de incremento diario de China, entendido acá como un ejemplo de éxito.
- Un escenario intermedio tardío, que consideraba la duplicación de los casos cada tres días hasta el 15 de abril y un comportamiento posterior según el ratio de China, con base en lograr el aplanamiento en la curva que tuvo ese país, pero a partir de mediados del mes próximo.
- Un escenario intermedio temprano, que consideraba la duplicación de los casos cada tres días hasta el 31 de marzo y un comportamiento posterior según el ratio chino. Sería lograr el aplanamiento que logró el país asiático a partir del 1° de abril, cuando vence la cuarentena dispuesta por el Gobierno.
Los empresarios consultados sostienen que recibieron el documento de funcionarios y aseguran que llegó a manos de Alberto Fernández, algo que no fue confirmado oficialmente. De todas maneras, el jueves por la noche el Presidente anunció la cuarentena total por 14 días.
El informe se hizo teniendo en cuenta la evolución de la situación en China y Corea del Sur, dos de los países que mejor lidian con la pandemia, así como también los resultados que obtuvieron las naciones que presentan las peores tasas, como algunas de las europeas, entre las que se destacan Italiay España.
El trabajo contempló, según sostiene, las medidas adoptadas por diversos países y sus resultados, entre otros elementos.
Según los criterios anteriores, el documento sostiene que la Argentina podría esperar el logro de un aplanamiento de la curva que permitiría llegar a junio con unos 250.000 casos de personas infectadas. Eso, sumado a la implementación de determinadas medidas, permitiría atender la demanda en el sistema de salud. Se trata de una de las grandes batallas a las que los países se enfrentan con la pandemia, dado que una aceleración de los casos deja sin recursos médicos a una nación, algo que puede significar la diferencia entre una vida o una muerte.
En cambio, si se las tomaba tardíamente -después del crecimiento exponencial de la tasa-, por caso, el riesgo se elevaría sustancialmente, los casos se medirían en números que superen los millares y el sistema sanitario argentino se vería colapsado.
Las dos opciones anteriores -la última fue desde el principio un escenario hipotético y pesimista-, hoy están descartadas, según confirmó LA NACION con fuentes cercanas al ministro de Salud, Ginés González García, debido a la dinámica que adquirió la pandemia en la Argentina. Ocurre que el Gobierno dispuso la cuarentena antes que otras naciones al mismo nivel de casos y las cifras de infectados, si bien están creciendo, no contemplan aún los efectos del distanciamiento dispuesto hace seis días.
Con el correr de las horas el informe no oficial, confidencial y difundido a unos pocos por parte de algunos integrantes del Gobierno ya había alcanzado a casi todos los hombres importantes de las principales compañías del país. Varios de ellos reconocieron ante la consulta de LA NACION que generó repercusión interna y los preparó para la cruda etapa que seguiría, no sólo en términos sanitarios, sino también económicos y comerciales.
Los efectos nocivos del distanciamiento social sobre la economía estuvieron entre los cuestionamientos de políticos y empresarios en el principio de la pelea de cada país contra el coronavirus. Algunos casos destacados son los de Gran Bretaña y de Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro pidió ayer la reapertura del comercio, de las escuelas y el fin del confinamiento masivo, pese a que el país tiene 46 muertos.
Una discusión similar se desarrollaba en ámbitos empresariales locales hasta principios de la semana pasada, pero la sucesión de los hechos cambió el foco de las conversaciones. De hecho, tras la difusión del documento se profundizaron distintos canales abiertos entre compañías de todo tipo y el Ministerio de Salud para acercar propuestas que permitan responder con mayor velocidad a las urgencias que presente la pelea contra el coronavirus.
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