Confianza en el peso, el divisor de aguas
Los analistas estiman que la Argentina necesita entre US$7000 millones y US$20.000 millones para cerrar el financiamiento hasta fines de 2019. Las diferencias no surgen por el déficit fiscal. Tienen que ver con visiones más o menos pesimistas sobre el roll over de las Letes en dólares y de las reservas necesarias para cancelar Lebac. O sea, el cálculo varía según el grado de confianza en el peso.
El problema es que cuesta recuperar la confianza... En lo que va del año, la demanda de divisas para atesorar es de US$2800 millones al mes y desde fines de 2015 acumula US$52.000 millones.
Pero esto no predice lo que ocurrirá. La unificación cambiaria de fines de 2015 se hizo en un contexto inadecuado, con fundamentos que no daban para tratar igual a los dólares financieros/turísticos que a los comerciales. Aquel retorno al bimonetarismo fue prematuro y pagamos muchos costos, pero las condiciones han cambiado.
Tras la convertibilidad y antes del cepo hubo una "coexistencia pacífica" entre peso y dólar, de 2003 a 2005, pero la paridad era de $42 a precios de hoy, un muro alto para huir. Después del cepo, por el endeudamiento, incluidas Letes y Lebac y por el deterioro del sector externo, hubo una transición en la que al principio sobraban pesos y, al final, faltaban dólares.
¿Cuánto cambiaron las condiciones? Hoy sobran menos pesos. El M2 (billetes y depósitos a corto plazo) pasó de 12,05% a 9,7% del PIB desde 2015 y las Lebac en manos de particulares equivalen al 17% de las reservas, contra el 52% de 2017. El programa de rescate comenzó a un costo manejable, sacrificando un dólar por cada 4 de demanda potencial. La inflación seguirá alta, pero puede hacerse más creíble el descenso de 2019.
Del lado de las divisas, la balanza de bienes y servicios reales pasó en 12 meses de un rojo mensual de US$517,5 millones a un saldo positivo de US$193 millones (promedio junio-julio). La gran demanda de billetes por atesoramiento persiste, y hay que ver cuál es el tipo de cambio que normaliza la variable. Puede no estar lejos, a juzgar por la renovación del 90% de las Letes.
También influye la política. Se necesita que Cambiemos y el Peronismo Federal acuerden el presupuesto 2019 y que desechen cualquier cepo. Reinstalarlo tendría efectos devastadores, ya que la brecha cambiaria y la inflación se dispararían mucho más allá de lo visto de 2011 a 2015.
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