Con un salario informal, hoy se puede comprar la mitad de los alimentos que hace seis años
Esta pérdida de poder adquisitivo de los segmentos de menores ingresos se reflejará en un aumento de la pobreza y la indigencia, según indican los analistas; también los registrados vieron una merma en su capacidad de compra en un 30%
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El elevado índice de inflación de 8,4% que dio a conocer hoy el Indec derrama sus efectos sobre toda la economía, y uno de los sectores que se ve más afectado es el de los trabajadores informales, que desde 2016 han perdido en términos reales el 50% del poder de compra de alimentos, algo que se verá reflejado en los índices de pobreza e indigencia.
Según un análisis elaborado por el economista Patricio Canalis, del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), desde que el Indec mide consistentemente salarios y canastas, jamás el ingreso de los informales había estado tan alejado de la evolución de la canasta de alimentos (así como de la canasta básica total). “Es de esperar que esto impacte de lleno en los números de pobreza, y sobre todo indigencia, para el primer semestre de 2023, que es un mes antes de las elecciones”, comentó el especialista.
En el trabajo de Idesa se puede ver que, considerando la evolución desde diciembre de 2016 hasta marzo de 2023, los salarios de los informales (“el salario de los pobres”) perdieron un 47% de capacidad de compra frente a los alimentos. “Es decir, hoy pueden comprar la mitad de alimentos que hace cinco años”, concluyó Canalis.
Está claro que lo que más influye en esta situación es el hecho de que uno de los rubros que más aumentan dentro del IPC es el de Alimentos y bebidas, que en el abril subió 10,1% luego de dos meses previos a un promedio de 9,6%. En este sentido, Claudio Caprarulo, economista de la consultora Analytica, señaló: “Eso golpea más al bolsillo de quienes menos tienen y le demanda más gasto social al Gobierno para hacer control de daños. Por caso, la AUH cubriría el 24,8% de una canasta básica total de un menor de 18 años, 2,5 puntos porcentuales menos que el mes pasado”.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social, de la Universidad Católica Argentina (UCA), dijo que ya en diciembre el nivel de pobreza era de 41% y que ese índice aumentará, pero no tanto como debería esperarse de acuerdo a la inflación, debido a que se ha creado cierto empleo. “Esto mismo ha hecho que no se haya dado un alza importante en la indigencia, porque los programas sociales constituyen un piso y las changas que se generan en el empleo informal, hacen que los segmentos que viven de esto estén sosteniendo mejor la situación, que las clases medias bajas, que no tienen planes sociales”, explicó.
Salvia agregó que hay un sistemático aumento de la pobreza, que ya en abril llegó a 43%, cifra que quedará como piso si esto no se soluciona. “Entre 2015 y la actualidad 4,5 millones de personas cayeron en la pobreza; y éstas eran de clase media. El deterioro que se consolida con este proceso inflacionario implica que se sigue derramando la clase media hacia la pobreza, porque los de niveles inferiores están protegidos por los planes sociales y el circulante monetario que genera la inflación”, indicó.
Canalis agregó que, si bien la pérdida de poder adquisitivo es una tendencia que se mantuvo constante en los últimos seis años, y eso explica la evolución en la pobreza, la fuerte suba desde febrero en alimentos de consumo básico (carne, huevos, verduras) aumentó la pérdida. “Y el dato de hoy no hace más que profundizar el problema, porque es muy difícil que los salarios informales superen esa cifra mensual. Típicamente, cuando la inflación toma fuerza, los salarios corren por detrás”, analizó el economista.
Pero no solo los salarios informales sufren la inflación, ya que, aunque en menor medida, los registrados también se fueron erosionando en los últimos años. En su caso, el informe de Idesa revela lo siguiente: “En estos seis años, perdieron 27% de capacidad de compra en alimentos. Y tampoco están exentos de caer en la pobreza. Es cada vez más habitual el fenómeno del trabajador en blanco que no llega a fin de mes”, explicó Canalis.
Por su parte, un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), midió la pérdida del poder adquisitivo de los distintos sectores, respecto de diversos rubros. En el caso de Indumentaria y calzado, por ejemplo, se concluyó que el poder adquisitivo del salario de los trabajadores privados formales tuvo una caída de 30,2% entre 2017 y 2022; el de los empleados públicos perdió 33,5%, mientras que el de los informales, 44,9%.
En tanto, al medir el poder adquisitivo de los distintos sectores con relación a los servicios de salud y medicamentos, se observa que la pérdida de los formales privados fue de 22,8%, también entre 2017 y 2022; la de los públicos, de 26,5%, y la de los informales, 39,2%.
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