Con tasas más altas y el peso en caída, México se prepara para la era Trump
CIUDAD DE MÉXICO—El banco central de México subió el jueves las tasas de interés en momentos en que el país afronta las consecuencias de la caída del peso y la incertidumbre sobre la relación con su principal socio comercial.
La promesa del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (o Nafta, por su sigla en inglés), ha causado profunda ansiedad entre los líderes y la clase empresarial de México. EE.UU. absorbe el 80% de las exportaciones del país.
Algunas empresas ya están vendiendo activos, reduciendo gastos de capital y cubriendo riesgos cambiarios cuando el peso mexicano alcanza nuevos mínimos. La divisa llegó a retroceder 13% frente al dólar en los días posteriores a la elección de Trump.
Para el Banco de México, un peso más débil plantea un riesgo de inflación al aumentar los precios de las importaciones. La inflación ya supera la meta de 3% del organismo, a pesar de los tres aumentos de tasas realizados este año, incluyendo uno en septiembre, cuando Trump ganó en la primaria del Partido Republicano.
El banco central aumentó en medio punto porcentual su tasa de interés interbancaria para dejarla en 5,25%, luego de haber terminado el año pasado en 3,25%.
Los inversionistas y las empresas no se han quedado de brazos cruzados ante el alza de los costos de financiamiento.
Los inversionistas institucionales han comenzado a contactar a las compañías mexicanas para averiguar qué porcentaje de su deuda está en dólares u otra moneda extranjera. La caída del peso encarece el pago de esa deuda.
“Más allá del impacto a nivel estratégico, primero quieren evaluar el impacto financiero de un peso más débil”, dijo Carlos Madrazo, director de relaciones con los inversionistas de Grupo Televisa SAB.
Por primera vez en años, la principal cadena de televisión de México está reduciendo los gastos de capital vinculados a compras en dólares de equipos como cajas convertidoras o cable coaxial.
La llegada de capitales en general ya ha sentido un impacto. La inversión extranjera directa ascendió a los US$14.400 millones durante el primer semestre, de los cuales EE.UU. representó 35%. La cifra se encamina a caer 30% en comparación con el promedio anual de US$40.000 millones recibido entre 2013 y 2015.
Las fusiones y adquisiciones y las decisiones de inversión están siendo postergadas hasta que haya una mayor claridad sobre los planes de Trump, dijeron algunos banqueros de inversión. También es probable que se detengan las salidas a bolsa, al menos durante un tiempo. “Probablemente veremos algunos retrasos en las salidas a bolsa [planeadas], pero yo diría que serán retrasos, no cancelaciones. Tarde o temprano [esas empresas] necesitarán financiamiento”, dijo José Oriol Bosch, director general de la Bolsa Mexicana de Valores.
Para muchos en México, la idea de que el libre comercio con EE.UU. pueda estar en riesgo ha sido un shock. México apostó al libre comercio como el camino hacia el desarrollo y ha firmado 44 pactos comerciales, más que ninguna otra nación.
“México no tiene un Plan B para el posible impacto de un retiro estadounidense del Nafta”, escribió el miércoles Luis Arcentales, economista jefe de Morgan Stanley para América Latina, en una nota a los clientes.
Tras el triunfo de Trump, varios bancos de inversión y firmas de calificación de deuda redujeron sus estimaciones de crecimiento de México para 2017 desde alrededor de 2,5% a un rango de entre 1,7% y 1,9%. La Secretaría de Hacienda ha mantenido su proyección de una expansión de entre 2% y 3% el próximo año.
Es probable que el daño no se limite a los exportadores. Marcelo Melchior, presidente ejecutivo de Grupo Nestlé México, expresó su preocupación de que las medidas del nuevo gobierno de EE.UU. disminuyan las remesas de los inmigrantes mexicanos a sus familiares, lo que obligaría a sus principales clientes de la clase trabajadora a reducir sus gastos cotidianos. “Lo que más duele... no es tener certeza sobre el futuro”, manifestó.
Las empresas extranjeras que invierten en México también están revisando sus planes de negocios. Alexander Wehr, presidente y director ejecutivo de BMW Group en México, es parte de un puñado de ejecutivos de automotrices que se han visto obligados a replantearse sus estrategias.
La automotriz alemana comenzó en junio la construcción de una planta de US$1.000 millones en el centro de México, con planes para llegar a vender 150.000 sedanes de la Serie 3 al año, el 70% de ellos en EE.UU.
Trump ha amenazado con imponer aranceles a las automotrices que exporten a EE.UU. vehículos fabricados en México, o deshacer el Nafta por completo.
Wehr dijo que el compromiso de BMW con México es estable, pero añadió que la compañía analiza cómo ajustar su plan de negocios en función de la dirección que adopte el gobierno entrante en EE.UU. Indicó que la idea prioritaria es quedarse en México y exportar automóviles a otras regiones, incluyendo Europa, Asia y América Latina.
El impacto más significativo a corto plazo para las empresas mexicanas proviene del debilitamiento del peso. Una firma de desarrollo inmobiliario redujo el precio de los apartamentos que comercializa y trata de vender una torre de apartamentos sin terminar a otra constructora como una forma de maximizar su efectivo.
Algunas empresas dicen que no tienen la intención de aplazar sus planes de inversión. Arca Continental SAB, una importante embotelladora de Coca-Cola, informó que seguirá adelante con sus planes para comprar operaciones de embotellado en Texas, Nuevo México, Oklahoma y Arkansas. La operación consolidará su posición como el principal embotellador en la región fronteriza.
“Durante nuestros 90 años de historia como embotellador de Coca-Cola, hemos enfrentado más de 15 crisis. América Latina es así y en períodos de crisis continuamos con las inversiones”, dijo Ulises Fernández, director de Finanzas y jefe de relaciones con los inversionistas.
Wal-Mart de México, la mayor cadena minorista del país, ratificó sus planes para duplicar las ventas en ese mercado en un período de diez años. Añadió que no tiene deuda y que cuenta con US$925 millones en efectivo. “Nuestro plan no se ve afectado por el corto plazo”, señaló su portavoz Antonio Ocarranza.
—José de Córdoba y Anthony Harrup contribuyeron a este artículo.
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