Con miras a regresar a la bolsa,GM cambia a su presidente ejecutivo
General Motors dijo que reemplazaría a su presidente ejecutivo con un miembro de su junta directiva que no tiene experiencia en el sector automotriz pero con buena reputación en Wall Street, una decisión sorprendente pero que parece destinada a allanar el camino para que las acciones de la automotriz vuelvan a negociarse en bolsa.
GM dijo que Daniel Akerson, un ejecutivo de 61 años conocido como un experto en lograr acuerdos en el sector de telecomunicaciones, asumirá el liderazgo de la compañía a partir del primero de septiembre. Akerson reemplazará a Edward E. Whitacre Jr., ex presidente ejecutivo de AT&T que estaba jubilado cuando el gobierno del presidente Barack Obama le encargó que supervisara la reorganización de la compañía, financiada por el gobierno estadounidense, tras su paso por el tribunal de bancarrota.
Whitacre, de 68 años, seguirá siendo presidente de la junta directiva de GM hasta diciembre, cuando cederá también este cargo a Akerson.
El cambio de liderazgo se anunció después de que GM reportara una ganancia neta de US$1.300 millones en el segundo trimestre gracias al alza de las ventas de vehículos —especialmente camiones— y precios más altos en Norteamérica. Esta cifra sigue a la utilidad de US$865 millones en el primer trimestre, y es su mejor resultado desde el segundo trimestre de 2004.
El cambio en la cúpula de la mayor automotriz de Estados Unidos forma parte de un plan puesto en marcha en las últimas semanas por la junta directiva de GM para presentar una imagen clara del equipo de gestión de la compañía ante los inversionistas en momentos en que planea volver a los mercados bursátiles. La medida también contempla la venta de parte del 61% de la automotriz que actualmente está en manos del gobierno estadounidense.
Whitacre anunció hace tiempo su intención de dejar GM después de que el fabricante de vehículos volviera a cotizar en bolsa.
Personas familiarizadas con el asunto dijeron que la junta de GM tomó la decisión sin consultar con el gobierno estadounidense, que inyectó más de US$50.000 millones en la compañía para rescatarla.
Sin embargo, la salida de Whitacre se anunció en medio de una intensificación en la tensión entre la compañía y Washington, dijeron fuentes cercanas. El gobierno de Obama quiere que GM lance pronto una oferta de acciones, quizás incluso antes de las elecciones legislativas de noviembre, pero la automotriz no se ha comprometido a cumplir este plazo.
Una salida a bolsa de GM daría probablemente al presidente Barack Obama la oportunidad de decir que los rescates de GM y de Chrsyler Group LLC están funcionando, especialmente en carreras electorales clave en estados que se inclinan al Partido Republicano donde existe mucho escepticismo sobre los rescates financieros.
El gobierno podría vender al menos US$10.000 millones de sus acciones en GM, según una persona cercana al asunto.
Akerson, quien desde julio de 2009 se ha desempeñado como director ad¬ministrativo de la firma especializada en la compra apalancada de empresas Carlyle Group, es conocido como un gerente firme, de mano dura y a menudo implacable, cualidades que les parecieron atractivas al grupo de la Casa Blanca encargado de recatar al sector automotor durante la crisis financiera. Fue el go¬bierno de Obama el que lo reclutó a mediados del año pasado para que formara parte de la junta directiva de GM.
Desde que se unió a la automotriz, ha hecho escuchar su voz como uno de los promotores de cambios drásticos, dijeron fuentes cercanas al ejecutivo. Akerson jugó un papel clave en la salida del ex presidente ejecutivo de GM Frederick "Fritz" Henderson, dijeron las mismas fuentes.
Con Akerson al volante, GM puede seguir adelante con sus preparativos para llevar a cabo una oferta de acciones y para poder ofrecer a los inversionistas un panorama más claro de la estrategia de la compañía.
GM podría presentar este mismo viernes a las autoridades bursátiles la documentación necesaria para llevar a cabo la salida a bolsa.
Akerson ha pasado la mayor parte de su carrera en el sector de telecomunicaciones.
El jueves, Akerson indicó que su estilo de gestión no será radicalmente diferente del de su predecesor. El ejecutivo dijo a la prensa que "comparte la misma visión".
En el segundo trimestre, la facturación de la automotriz subió 43% a US$33.000 millones, gracias a un aumento de 50% en la producción global de vehículos, ayudada por el fin de la recesión en EE.UU. y en las economías en desarrollo.
Su división norteamericana logró unas ganancias operativas de US$2.177 por cada vehículo producido. Sin embargo, sus operaciones internacionales no están generando las mismas utilidades: la compañía ganó tan sólo US$562 por cada auto vendido en América del Sur, Asia y otros mercados internacionales. Sus operaciones europeas perdieron US$483 por vehículo.