Con el precio mínimo, Escocia amenaza el negocio de licores
La industria mundial de bebidas alcohólicas se prepara para una decisión de una corte escocesa que posiblemente siente precedente y que determinará si el gobierno puede establecer un piso al precio de sus productos.
El gobierno de la semiautónoma Escocia sancionó en 2012 una ley que fija un precio mínimo de 50 peniques (unos 72 centavos de dólar) para todas las bebidas alcohólicas por unidad equivalente a 10 mililitros de alcohol puro. El llamado precio por unidad mínima, o MUP (por su sigla en inglés), apunta a frenar el consumo excesivo de alcohol mediante un aumento considerable del precio de las bebidas alcohólicas más baratas del mercado.
Por ejemplo, un caja de 20 latas de cerveza Foster’s de 440 mililitros (15 onzas) por unidad cuesta actualmente 11 libras esterlinas (US$16) en las tiendas escocesas de las cadenas minoristas Tesco PLC y J Sainsbury PLC. La legislación elevaría el precio de cada paquete a por lo menos 22,44 libras esterlinas.
Si bien hay partes de Canadá que tienen algún tipo de precio mínimo por unidad, la implementación de la ley convertiría a Escocia en el primer país que aplica un precio mínimo por unidad de alcohol. Unos pocos países tienen un precio mínimo a las bebidas alcohólicas, pero no por unidad, lo que permite a los consumidores comprar productos más baratos.
Al sector le preocupa que la puesta en marcha de esta ley en la patria del whisky siente un prece-dente internacional que pudiera desencadenar una ola de regulaciones similares a las de empaquetado común en la industria del tabaco. La semana pasada, Canadá inició un proceso para despojar de toda imagen a los paquetes de cigarrillos. Medidas similares han sido tomadas en Australia y el Reino Unido. Wells Fargo estima que alrededor de 20 países están considerando políticas de este tipo.
"Si perdemos, yo esperaría ver MUP y sistemas similares, justificados por cuestiones de salud, no sólo en Escocia sino con el tiempo y paulatinamente, en muchos lugares de todo el mundo", dijo David Frost, director ejecutivo de la Scotch Whisky Association, un grupo de la industria cuyos miembros incluyen a Diageo PLC y Pernod Ricard SA.
Gales, que al igual que Escocia es parte del Reino Unido pero tiene autonomía para dictar sus propias leyes, inició el año pasado una consulta sobre el establecimiento de un precio mínimo para el alcohol. El parlamento de Irlanda tramita una ley de unidad de fijación de precios mínimos. Estonia considera implementar un plan parecido. Ejecutivos de la industria están preocupados de que los países que luchan para contener los costos sociales y fiscales del alcoholismo, como Corea del Sur y Tailandia, podrían justificar políticas más duras si Escocia impone el precio mínimo por unidad.
En mayo de 2012, el Parlamento de Escocia sancionó la ley que establece un piso de 50 peniques para la venta por unidad de alcohol. Ochenta y seis legisladores votaron a favor de la medida; el único que votó en contra dijo más tarde que lo hizo por error.
La industria del alcohol atacó la ley como ilegal e ineficaz, diciendo que no contendrá el consumo excesivo de alcohol, pero que en cambio obligará a los bebedores responsables a pagar más. En julio de 2012, la Scotch Whisky Association presentó una denuncia ante la Comisión Europea, argumentando que el establecimiento de precios mínimos podría "distorsionar artificialmente el comercio en el mercado de las bebidas alcohólicas, en contra de la legislación de la UE". También presentó una medida de amparo contra la ley ante el tribunal civil más importante de Escocia, la Corte de Sesión de Edimburgo. En su presentación, la organización dijo que la ley viola las obligaciones del Reino Unido establecidas por el tratado de la UE.
El caso pasó varios años yendo y viniendo entre Escocia y la Unión Europa. El martes, la Corte de Sesión llevará a cabo una audiencia y se espera que tome una decisión antes de agosto.
"No creemos en castigar a la mayoría de las personas que beben con responsabilidad", dijo una portavoz de Diageo, el fabricante de bebidas más grande del mundo y la mayor destilería de whisky escocés.
El establecimiento de un piso de precios "es un implemento muy crudo", dijo el director gerente para el Reino Unido de Pernod Ricard, Denis O’Flynn. "Creemos que la responsabilidad personal y la educación es la forma de abordar el problema del consumo responsable".
La industria logró hacer fracasar el precio mínimo por unidad en Inglaterra. En marzo de 2012, el primer ministro británico, David Cameron, se había comprometido a introducirlo. "Cuando la cerveza es más barata que el agua, es demasiado fácil que la gente se emborrache con alcohol barato en casa antes de poner un pie en el bar", dijo Cameron, que llevó a cabo una consulta sobre el nivel al que debía fijarse el precio mínimo. El primer ministro dijo que un piso de 40 peniques por unidad podría anualmente resultar en 50.000 delitos y 900 muertes menos relacio-nadas con el alcohol hacia finales de la década.
La industria del alcohol reaccionó con rapidez. SABMiller PLC encargó tres informes a centros de estudios que cuestionaron la eficacia de los precios por unidad mínima y destacaron la importan-cia del rol de los padres en criar niños que crezcan con responsabilidad como bebedores.
En julio de 2013, Browne anunció que el gobierno estaba archivando su plan de precios por unidad mínima, citando insuficiente evidencia sobre su efectividad.
"El precio mínimo por unidad sigue siendo objeto de examen en espera del resultado del caso legal entre el gobierno de Escocia y la Scotch Whisky Association y cualquier aplicación en Escocia", dijo una vocera del Ministerio del Interior del Reino Unido.
Las variantes de fijación de precios basadas en la gradación alcohólica han sido eficaces en los casos en los que han sido implementadas, dicen investigadores de la salud.
El alcohol es un tema especialmente candente en Escocia, donde el año pasado las ventas fueron 20% más altas que en Inglaterra y Gales, según datos divulgados la semana pasada por el Servicio Nacional de Salud de Escocia. El alcohol mata a seis escoceses al día y los bebedores escoceses tienen el doble de probabilidades de morir de problemas de salud relacionados con el alcohol que el resto de los habitantes del Reino Unido, según datos de la Acción Escocesa de Salud sobre Problemas de Alcohol, un grupo financiado por el gobierno.
"No soy un abstemio, pero me preocupa que el alcohol barato esté arruinando y costando la vida de muchos de mis compatriotas", dijo Alex Salmond, quien fuera líder del Partido Nacional Escocés cuando la ley de precio unitario mínimo fue aprobada por el Parlamento en 2012.
The Wall Street JournalTemas
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