Con dinero y lobistas, una firma malasia quiere competir con Las Vegas en Miami
Una firma malasia de juegos de azar quiere construir lo que sería el mayor casino del mundo en un cotizado terreno en la costa de Miami. Para lograrlo, ha invertido US$450 millones en bienes raíces, se ha comprometido a participar en la reconstrucción de una autopista y ha contratado a 23 lobistas para que consigan la promulgación de una nueva ley de juegos de azar en el estado de Florida.
El objetivo de la costosa campaña de Genting Bhd es construir un resort de casinos de US$3.800 millones, con seis torres, 50 restaurantes y un centro comercial con vista a la Bahía Biscayne.
La ley actual de Florida restringe el juego a las carreras de caballos, las máquinas tragamonedas en los hipódromos y siete casinos operados por la tribu indígena Seminole. (En muchos estados de Estados Unidos el juego es ilegal, pero las reservas indígenas no se rigen por las mismas leyes, así que uno de sus recursos para generar ingresos es abrir casinos. Por esto, muchos casinos del país son propiedad de grupos indígenas.) No obstante, la compra de terrenos de Genting y sus esfuerzos de lobby parecen haber reactivado los proyectos de nuevos casinos, muchos de ellos en punto muerto cuando la legislatura de Florida cerró sesiones en mayo por las vacaciones de mitad de año.
En octubre, legisladores estatales presentaron un proyecto de ley que autorizaría la construcción de tres casinos en los condados de Miami-Dade y Broward, en el sur de Florida, una medida que Genting espera que le permita obtener una licencia de juegos de azar.
"Pensamos que todo está alineado y que esto va a salir adelante", dijo Christian Goode, director financiero de Genting en EE.UU. "Queremos ser un actor".
La compañía, cuyo portafolio incluye un casino de US$4.700 millones en Singapur, ha estado buscando la forma de expandirse a EE.UU., a medida que más estados se plantean abrir las puertas al sector de las apuestas con la esperanza de reducir sus déficits presupuestarios y las altas tasas de desempleo. Al mismo tiempo, algunos de sus rivales en el país están agobiados por las deudas.
Con todo, muchos advierten que la notoria campaña —que es más vistosa de lo habitual en una industria que suele preferir hacer los esfuerzos de presión tras bambalinas— corre el riesgo de provocar a la oposición, que incluye a conservadores sociales y los intereses de algunas empresas.
"Desde luego que parece que Genting se ha lanzado a un ataque frontal con este asunto del lobby", señaló el republicano Dean Cannon, presidente de la Cámara de Representantes del estado de Florida y una de las figuras clave en el debate. "Si su estrategia irá en su favor o en contra está por verse", añadió. La legislación propuesta podría allanar el camino para que Florida, que atrae muchos turistas estadounidenses y de otros países, compita con Las Vegas como una meca de los juegos de azar.
Las arcas llenas de efectivo de Genting le dan ventaja sobre muchos operadores de casinos de EE.UU. sobrecargados de deuda tras embarcarse en un frenesí de construcción y compras apalancadas justo cuando el sector empezó a declinar en el país. La empresa, que empezó con un casino en Malasia pero que ahora tiene presencia en una amplia gama de industrias, reportó US$15.000 millones en ingresos y US$3.400 millones en ganancias el año pasado.
Genting asegura que su resort crearía miles de empleos en Miami- Dade, un condado con una tasa de desocupación de 0,7%, y una nueva fuente de ingresos impositivos en un estado que enfrenta un enorme déficit fiscal el próximo año.
Sin embargo, conforme se ha ido intensificando el debate sobre el casino, líderes locales cuestionan cada vez más la envergadura del resort, su impacto en el tráfico y la posibilidad de perjudicar a otras empresas de la región.
Entre los grupos que se oponen a la aprobación de la ley de casinos se destacan la Cámara de Comercio de Florida y Walt Disney Co., cuyos parques de diversiones en Orlando podrían enfrentar competencia.
"La estrategia (de Genting) parece limitarse a apilar dólares sobre dólares", señaló Mark Wilson, presidente de la Cámara de Comercio de Florida, que recibió una oferta de una contribución de muchos miles de dólares pero que declinó. "Creo que apostaron a que Florida estaba en venta. Esa es una jugada osada".
Alexandra Berzon y Arian Campo-Flores
The Wall Street Journal