Cómo tropezó Citigroup en México
El banco despide a 11 empleados, mientras afloran detalles de cómo Banamex desatendió las señales de alerta
Citigroup Inc. ha despedido a otros once empleados en relación con el presunto fraude que involucra a su filial mexicana y a la empresa de servicios petroleros Oceanografía SA de CV, en la que es hasta el momento la mayor respuesta del banco a este caso y, a la vez, una señal de que la investigación interna cobra fuerza.
El tercer mayor banco de Estados Unidos por activos reveló en febrero que su filial Banamex había perdido cerca de US$400 millones de los US$585 millones que había prestado a Oceanografía, indicando que la pérdida fue el resultado de un fraude. El mes pasado el banco había despedido a un empleado por el mismo asunto.
El miércoles, en una nota al personal, Michael Corbat, presidente ejecutivo de Citigroup, dijo que los 11 despidos adicionales incluyen cuatro directores generales, dos de los cuales eran jefes de negocios en México. "Varios otros em-pleados, tanto dentro como fuera de México" podrían enfrentar medidas disciplinarias, dijo Corbat.
La pérdida es otro golpe para Corbat en un año marcado por ganancias decepcionantes en el cuarto trimestre y por el rechazo de la Reserva Federal al plan del banco para distribuir ganancias entre los accionistas, una decisión que se fundó en parte en que Citigroup carecía de procedimientos adecuados para evaluar el riesgo en sus extensas operaciones internacionales.
El Departamento de Justicia y la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU, además de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México, investigan el caso.
El gobierno de México asumió el control de Oceanografía el 28 de febrero y puso bajo arresto domiciliario a Amado Yáñez Osuna, presidente ejecutivo de la compañía. Ni Yáñez Osuna ni otros ejecutivos de Oceanografía han estado disponibles para hacer comentarios desde que la compañía quedó bajo intervención oficial. Yáñez Osuna no ha sido acusado aún.
Los indicios de problemas en Banamex surgieron el 11 de febrero cuando los ejecutivos del banco supieron que Oceanografía llevaba dos años excluida de la posibilidad de obtener contratos de Pemex. La razón: Oceanografía no había presentado las garantías financieras adecuadas en el caso de que no pudiera cumplir con sus obligaciones contractuales, según Pemex.
Ejecutivos de Banamex solicitaron entonces una reunión con altos ejecutivos de Pemex y empleados de nivel inferior que se ocupaban de este tipo de cuentas, junto con los auditores de Banamex, para tener una idea de la exposición del banco a Oceanografía, según una persona que asistió a la reunión.
El alto volumen de facturas que Oceanografía tenía por cobrar ante Pemex debía garantizarle a Banamex que Oceanografía contaba con suficiente dinero. Pero cuando ejecutivos del banco visitaron Pemex en Ciudad de México se enteraron de que muchos de los 217 recibos que habían llevado a la reunión en cajas eran aparentemente inválidos, con firmas falsas, según una persona presente en el encuentro. Los recibos "parecían hechos en Microsoft Word", dijo la fuente.
Por años, Oceanografía utilizó sus contratos con Pemex para conseguir préstamos, según prospectos de una emisión de bonos y entrevistas con ejecutivos de bancarios. Pero entrevistas con ejecutivos de algunos de los principales bancos mexicanos, sumadas a las propias revelaciones financieras de Oceanografía, muestran que Banamex había aumentado los créditos a la empresa mientras otros bancos se los retiraban por temores de que la firma de servicios petroleros dependiera demasiado de Pemex.
La división mexicana del español Banco Santander tenía una relación comercial con Oceanografía en 2008, según un prospecto de emisión de deuda, pero la terminó en 2009. Grupo Financiero Banorte, el tercer banco de México, también re-dujo su relación con Oceanografía antes de que apareciera el tema de Banamex. Banorte colocó la empresa en una lista interna de observación en 2005, según una fuente al tanto, lo que significaba que cualquier relación con Oceanografía debía ser escrudiñada al detalle, pero preferiblemente debía evitarse.
Grupo Financiero Interacciones, que se especializa en financiar proyectos de infraestructura y es el décimo banco comercial de México por préstamos, decidió en 2001 dejar de trabajar con Oceanografía, según ejecutivos de la empresa familiarizados con la situación, después de otorgarle préstamos durante un año. Una fuente al tanto de la decisión dijo que esta se tomó luego de que el banco detectara inconsistencias en la información que Oceanografía proveía, como lo que el banco calificó de acuerdos falsos con Pemex en supuestos documentos oficiales de la empresa.
En 2005, los auditores del gobierno descubrieron que Oceanografía había entregado lo que calificaron como documentos falsos de Pemex al banco de desarrollo del gobierno Bancomext para obtener un préstamo de US$27 millones. Los pagos de los préstamos provenían de Oceanografía, cuando el acuerdo estipulaba que Pemex debía pagarle directamente a Bancomext, según una fuente al tanto de la auditoría del gobierno. Al ser confrontado con la disparidad, Oceanografía se apresuró a pagar la deuda y Bancomext dejó de trabajar con ella, según una fuente al tanto de la auditoría. Bancomext no quiso comentar.
Oceanografía también tenía una relación turbulenta con sus proveedores. Desde 1994, empresas con sede en EE.UU. han pre-sentado al menos 30 demandas en contra de Oceanografía en cortes federales del país.
En sus demandas, los proveedores se quejaban de pagos incumplidos y equipos faltantes.
The Wall Street Journal