Cómo serán desde marzo las asignaciones por hijo para trabajadores en blanco
En los últimos tiempos, la desactualización del régimen provocó exclusiones recurrentes de cientos de miles de chicos; qué cambia ahora y qué montos se percibirán hasta mayo
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A partir de marzo, la asignación por hijo menor de 18 años para trabajadores asalariados formales será cobrada por quienes perciban mensualmente hasta $404.062, siempre que el ingreso total del hogar no supere los $808.124 (en bruto). Esas cifras reemplazarán a las de $158.366 y $316.731 que, hasta el actual mes de febrero, son los ingresos máximos permitidos (individual y del hogar, respectivamente) para acceder a esta prestación del régimen contributivo de la seguridad social.
Además, los importes que se reciben por los hijos tendrán un reajuste de 13,2% o de 17,04%, y se actualizarán los valores de los ingresos mínimos y máximos de cada uno de los cuatro tramos que tiene el esquema del salario familiar y que define que, a mayor ingreso del hogar, menor es la asignación a percibir. Los importes serán, dependiendo del ingreso total del hogar, de $2410, $4675, $7732 y $11.465.
El jueves último, el ministro de Economía, Sergio Massa, y la directora ejecutiva de la Anses, Fernanda Raverta, anunciaron una medida que –si bien no fue presentada de esa manera– tiende a corregir una fuerte distorsión del sistema que surgió y se agravó en los últimos tiempos.
Concretamente, se decidió que, a partir del mes próximo (para el cual ya estaba prevista una actualización del esquema, pero diferente a la anunciada), el ingreso máximo mensual que puede tener un asalariado en blanco para cobrar por hijos menores será siempre equivalente a la remuneración más baja alcanzada por el impuesto a las ganancias. Por eso, ahora regirá la mencionada cifra de $404.062. Otra condición será que lo percibido en total por los integrantes del hogar no sea mayor a ese monto multiplicado por dos. Esos topes se actualizarán cada vez que se reajuste el piso salarial para tributar.
La dinámica de exclusión de los últimos años
En los últimos años se generó una dinámica negativa por la cual, luego de cada marzo –el único mes en que se hacía una actualización del ingreso máximo que habilita a estar en el sistema– la cantidad de chicos con derecho a la asignación disminuyó de manera significativa.
El dato más reciente del boletín estadístico de la Secretaría de Seguridad Social indica que solo entre el tercer y el noveno mes de 2022 el número de prestaciones cayó más de 21,6%, lo cual significó la pérdida del derecho a cobrar asignaciones por casi 700.000 chicos. Y, si bien aún no hay cifras disponibles, se estima que al mes actual el número de prestaciones caídas supera el millón.
La razón por la cual ocurre esa dinámica es que los padres de esos chicos pasan a cobrar, en algún mes del período, montos superiores a los permitidos para acceder a las prestaciones. Los umbrales de ingresos, según las reglas hasta ahora vigentes, se mantenían (y se mantienen aún, hasta este mes) congelados durante un año entero, a la vez que, en un contexto de alta inflación, los reajustes nominales de salarios para intentar seguir la suba de precios se hacen cada vez más frecuentemente. Así, se provocó que, con ingresos de igual o de inferior poder adquisitivo que antes, muchas familias dejaran de cobrar asignaciones. Y esa distorsión le permitió al Gobierno concretar un ajuste fiscal durante los períodos en que se fueron dando las bajas.
El empalme que ahora queda establecido entre el régimen del salario familiar y el de Ganancias había sido previsto años atrás. El efecto buscado por aquel esquema era que no se dejara de cobrar la asignación mientras no se estuviera alcanzado por el tributo, que permite la deducción por hijo para aliviar la carga fiscal. Pero eso quedó totalmente desarticulado por efecto de la reforma de Ganancias impulsada por Massa y aprobada por el Congreso en 2021.
En el reciente anuncio se afirmó que, en marzo, unos 900.000 chicos, hijos de más de 600.000 trabajadores, serán incorporados al sistema. Sin embargo, se trata en una enorme medida de los mismos menores que fueron excluidos del derecho a la asignación en los últimos meses, por efecto de la desactualización de los montos de ingresos topes que habilitan a cobrar. Mientras que en marzo de 2022 la Anses liquidó 3.166.101 asignaciones por hijos menores a empleados en blanco, en septiembre (dato más reciente disponible) el número se había reducido a 2.483.309. En solo seis meses habían caído ya 682.792 beneficios. Y luego, el efecto continuó, porque el tope siguió sin modificaciones hasta este mismo mes.
Ese efecto de “derechos laborales en el sube y baja” se venía dando en los años previos. Para marzo de 2022, el Gobierno también había anunciado que –por efecto de la actualización de los topes de ingresos que se concretó según la normativa entonces vigente–, más de 900.000 chicos se incorporarían al régimen. Pero no se aclaró que, en realidad, una cantidad aún mayor de hijos había sido excluida en los meses previos. De hecho, entre abril de 2021 (un mes después de la actualización del ingreso tope) y febrero de 2022 (el período previo al último reajuste de las condiciones para cobrar), la Anses había dejado de abonar 1.018.503 prestaciones, según datos oficiales. Entre abril de 2020 y febrero de 2021, en tanto, el número de prestaciones disminuyó en 673.663 casos, mientras que en marzo de 2021 se volvió a incluir a 586.224 menores.
La regla que hasta ahora regía para el reajuste del ingreso máximo que habilita a cobrar indica que debe usarse el mismo parámetro que rige para actualizar el esquema de Ganancias. Se trata del porcentaje de variación interanual, a octubre, de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte). Eso se previó así, dada la intención de que un sistema empalme con el otro. Por una ley aprobada en 2015, es incompatible el cobro de la asignación con la deducción por hijo de Ganancias. Así, se buscó evitar superposiciones y, a la vez, lograr que por todos los menores exista una prestación. La tercera pata del esquema estatal es la Asignación Universal por Hijo, cobrada por desocupados, trabajadores informales y personas empleadas en el servicio doméstico.
¿Por qué se alejaron el piso salarial para pagar Ganancias y el ingreso tope para obtener las asignaciones? Durante 2021, una ley estableció un nuevo piso salarial para quedar alcanzado por el impuesto y definió ese umbral por fuera del mecanismo de cálculo y actualizaciones que regía para la carga fiscal. A partir de la determinación de una primera cifra que marcó cuál sería el sueldo más bajo sujeto al tributo, luego sí, se estableció la actualización de ese importe según la variación del Ripte. En los últimos años, ese piso de remuneraciones para tributar tuvo reajustes en diferentes momentos, a manera de anticipos de la actualización anual, que sigue haciéndose según la evolución del índice de remuneraciones (el Ripte). Mientras tanto, sin embargo, el ingreso máximo para cobrar el salario familiar quedaba congelado durante todo un año.
Ahora, esto último se corrige: cada vez que se eleve el piso para tributar, subirá el techo para percibir la asignación por hijo.
¿Qué ingresos se consideran para evaluar el tope?
Si bien se trata del sistema de pagos para trabajadores dependientes, para definir si corresponden las asignaciones –en función de las condiciones vigentes en cada período–, se consideran ingresos de diferente tipo.
Para ver si se está, a partir de marzo, por debajo o por arriba de los umbrales de $404.062 (monto por persona) y de $808.124 (monto por hogar) se observan las remuneraciones brutas y las sumas no remunerativas de los empleos dependientes, excluyendo el aguinaldo, los pagos por horas extra y el eventual plus por zona desfavorable. Pero, también se suman los ingresos que eventualmente tengan los padres por alguno o algunos de los siguientes conceptos, según informa la Anses: trabajo en calidad de autónomo o monotributista (se observan las rentas de referencia), jubilación, pensión, prestación por desempleo, plan social, asignación familiar por maternidad y prestación contributiva o no contributiva de cualquier tipo.
Las asignaciones condicionadas por los topes de ingresos son, además de las mensuales de hijos menores y de prenatalidad, las previstas por nacimiento o adopción de hijos y por matrimonio, y la ayuda escolar anual para hijos menores. En cambio, no rigen los topes para los cobros por hijos con discapacidad.
Además de los asalariados formales, están incluidos en el sistema los monotributistas de las categorías A a la H (en el caso de la asignación por hijos menores) y de todas las categorías (por la prestación correspondiente a hijos con discapacidad).
Los montos que regirán entre marzo y mayo
Más allá del reajuste del ingreso máximo que habilita a estar en el sistema, en marzo se actualizarán los importes a percibir y los ingresos topes de cada uno de los cuatro tramos de la tabla. Estos ítems están sujetos a reajustes cada tres meses, según el mecanismo de movilidad de las prestaciones previsionales y sociales. Por eso, las nuevas cifras regirán entre marzo y mayo.
La suba será de 17,04%, aunque en dos de los tramos el porcentaje será inferior. Esto es así porque se dejará de pagar un complemento mensual (salvo que haya un nuevo anuncio que modifique la situación).
El cuadro quedará de la siguiente manera para los valores generales (para determinados lugares del país rigen montos diferentes): si el ingreso total del hogar es de hasta $177.554, la asignación por hijo será de $11.465 (hasta este mes, el importe más bajo es de $9795 y se le agrega un refuerzo de $331, para cumplir con un monto garantizado de $10.126 y, por eso, el aumento real será de 13,2%); si el ingreso es de entre $177.554,01 y $260.403, el cobro mensual será de $7732 (hoy es de $6606 y se suma un adicional de $224 para llegar a la garantía de $6830).
En el tercer tramo, para los hogares donde se percibe un ingreso de entre $260.403,01 y $300.645, el cobro por hijo será de $4675 y, en el cuarto escalón (ingresos de entre $300.645,01 y $808.124), de $2410.
En los dos escalones de la tabla en los que se ubican quienes tienen ingresos más reducidos, hasta este mes se están cobrando los complementos consignados más arriba. Se trata de montos que se liquidan desde 2021 para dar cumplimiento a la garantía de un ingreso mínimo por hijo de $10.126 y de $6830, en cada caso. La normativa que estableció esos importes mínimos mensuales fijó el final de su vigencia en el período en el cual, dadas las actualizaciones trimestrales, las asignaciones propiamente dichas (sin refuerzos) superen las cifras garantizadas. Eso ocurrirá el mes que viene.
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