Cómo se gestó la reunión entre Guzmán y los empresarios más importantes del país
La reunión debía ser secreta. O así buscaban mantenerla, sobre todo para comenzar a construir un vínculo de confianza. Y la confianza requiere confidencialidad. ¿La idea? "Pelotear" sobre la negociación de la deuda y el futuro de la economía pospandemia. Pero, como suele ocurrir, se filtró a los medios. Así, ya todos saben que el ministro de Economía, Martín Guzmán, conversó más de una hora, ayer a las 15, con los principales empresarios del país.
Luego, para disimular que el contacto había evitado informar incluso a los encargados de prensa y asuntos públicos del Gobierno y de las empresas, llegó la foto oficial. Esa misma imagen trajo otras preguntas, particularmente sobre presencias -no virtuales- en la mesa al lado de Guzmán. Una fue la del sacerdote jesuita Rodrigo Zarazaga. El politólogo fue el principal origen de la idea de crear un puente entre el ministro y el poder económico local.
Tal intención fue creciendo con los días y llegó a Guzmán -que alguna vez se cruzó en Estados Unidos con el cura mientras éste estudiaba en Berkeley y Harvard, y el funcionario lo hacía en Columbia- a través del exAnses Rodrigo Ruete y de Pablo Salinas, dos funcionarios de Economía hoy cercanos a Guzmán y hombres de antigua relación con Zarazaga a través del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS), que el experto dirige.
Zarazaga además ya mantenía contactos con el grupo de empresarios que participó virtualmente de la reunión. Casi todos colaboran con el proyecto de asistencia alimentaria en el conurbano bonaerense que lidera el sacerdote. La iniciativa se llama "Seamos Uno". Guzmán incluso felicitó a los hombres de negocios por ese apoyo en medio de la pandemia. Fue antes de que el presidente Alberto Fernández pidiera públicamente modificar el impuesto a las Ganancias. La reforma tributaria con impuestos "progresivos" que piensa Guzmán a la par del Presupuesto 2021 probablemente vuelva a encontrar a las partes con otros ánimos.
La reunión con los empresarios fue vía Zoom. Por eso sorprendió la presencia de Zarazaga en el Palacio de Hacienda. No estuvo solo acompañando a Guzmán. El presidente de la petrolera Vista Oil & Gas, Miguel Galuccio, también estuvo allí. El exnúmero uno de YPF en tiempos de Cristina Kirchner se convirtió en una especie de consejero empresarial del ministro de Economía. Luego de que la idea de "pelotear" con empresarios llegara a manos de Guzmán, la iniciativa germinó con una consulta del ministro al dueño de Vista sobre la conveniencia de concretarla. Galuccio afirmó que era importante que el ministro escuchara a las empresas en momentos en que está cerrando el proceso de reestructuración de la deuda y cuando la pandemia está hundiendo la economía.
"Era importante pensar en el día después. Empezar a pelotear con los actores que son los que toman las decisiones, que los conozca", contaron a LA NACION.
Los empresarios ratificaron el impacto negativo que tendría para sus empresas -y su capacidad de financiamiento- un nuevo default de la deuda del país. Guzmán, por su parte, volvió a poner el foco en su intención de lograr un cierre positivo para el acuerdo, aseguró que esa posibilidad se aceleró luego del traspié del 8 de mayo, aunque aclaró que aún hay diferencias. Dio un panorama de 30 minutos sobre el proceso sin violar los acuerdos de confidencialidad, sin salirse para nada de la letra que repite públicamente en su habitual libreto y recalcó, más allá de los tiempos, la necesidad de cerrar un acuerdo que sea sostenible para el país.
Guzmán también planeó sobre la situación de la economía en medio de la pandemia y luego escuchó a cada uno de los empresarios para entender la experiencia sectorial. "La actitud de todos fue muy buena y respetuosa", contaron a LA NACION. El ministro contó que se estaba trabajando en algunos sectores estratégicos de la economía en el pospandemia, en especial, con los sectores energético y algunos vinculados a la industria nacional.
Entre los presentes virtuales estuvieron Paolo Rocca (Techint), Verónica Andreani (Grupo Logístico Andreani), Enrique Cristofani (Banco Santander), Luis Pagani (Arcor), Carlos Miguens Bemberg (Bemberg Holdings) y Federico Braun (Supermercados La Anónima). "Si las diferencias no son grandes hay que acelerar el acuerdo de la deuda sin dar más vueltas", fue el mensaje que, según contaron a LA NACION, llegó al ministro de parte de los empresarios, que aunque no recibieron precisiones sobre el avance de la negociación valoraron el diálogo.
"En general, los empresarios quedaron contentos con la charla", revelaron a este medio, aunque todos consideran al ministro algo críptico en sus definiciones. "Martín es ese estudiante que, cuando todos se van al bar después de diez horas de clases, vuelve a trabajar a su computadora", lo describieron. "Como primer paso fue importante", añadieron.
Todos buscaron dar el ejemplo. Pasó con Rocca, presidente del Grupo Techint, que durante el Zoom vistió un mameluco industrial. Zarazaga le preguntó si se veía bien vestido así y el empresario más importante del país dijo que ante la reapertura de las fábricas con protocolos, en medio de la pandemia, "las medidas de seguridad las tienen que tomar todos, del primero al ultimo".
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