Cómo se fraguó la pelea entre Apple y el FBI
Tim Cook, presidente ejecutivo de Apple, y James Comey, director del FBI, se reunieron el mes pasado para analizar cómo Washington y Silicon Valley podían colaborar para combatir el terrorismo.
Durante el encuentro, llevado a cabo el 8 de enero en San José, California y al que asistieron el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, y la Fiscal General de Estados Unidos, Loretta Lynch, Cook exhortó a los funcionarios a que reconozcan públicamente los beneficios de la encriptación, según fuentes al tanto de las discusiones.
El jefe de la Oficina Federal de Investigaciones dijo que las compañías deberían trabajar con el gobierno para diseñar una forma de obtener acceso aprobado por los tribunales a los datos necesarios para las investigaciones.
Ninguno de los dos mencionó su entonces secreta disputa sobre un iPhone que pertenecía a Syed Rizwan Farook, uno de los atacantes que llevaron a cabo el tiroteo del 2 de diciembre en San Bernardino, California, según fuentes al tanto. La semana pasada, el enfrentamiento salió a la luz pública después que un juez ordenó a Apple que ayudara al Departamento de Justicia a sortear las barreras de seguridad del teléfono.
Ahora, Cook y Comey son los referentes en un debate sobre el balance entre la seguridad y la privacidad, que se despliega tanto ante la opinión pública como en la Justicia.
En cuestión de horas entre la noche del domingo y el lunes en la mañana, cada uno usó Internet para presentar sus razones.
"No podemos mirar a los sobrevivientes a los ojos o a nosotros en el espejo, si no seguimos esta pista", escribió Comey en el blog Lawfare. Añadió que desbloquear el teléfono es importante porque podría tener pistas para hallar a otros terroristas.
Cook respondió con un correo electrónico a sus empleados, el cual fue compartido con periodistas y en el cual califica la solicitud del gobierno como "un precedente peligroso que amenaza las libertades civiles de todos". El ejecutivo instó a los fiscales que retiraran su pedido y sugirió que el gobierno forme una comisión para hacer frente a los espinosos problemas que presenta el creciente uso de la encriptación.
"Todo el mundo concuerda en que esta es una pregunta importante", aseguró Theodore Boutrous, un abogado externo de Apple, en una entrevista el lunes. El Congreso y el presidente, agregó, deben hallar un equilibrio entre la privacidad de los ciudadanos y las necesidades de las fuerzas del orden. Se cree que Apple presentará su respuesta oficial al gobierno ante la corte el viernes.
Por ahora, el público parece estar del lado de Comey. Una encuesta publicada el lunes por el Pew Research Center encontró que para el 51% de los encuestados Apple debería ayudar al gobierno a desbloquear el teléfono de Farook, frente a 38% que dijo que no y 11% que no tenía una opinión.
La postura de Cook y de muchos altos ejecutivos de Apple respecto de la privacidad y la seguridad se ha endurecido a lo largo del tiempo, según fuentes al tanto. Apple ha adoptado medidas de seguridad más estrictas y ha encriptado una mayor cantidad de los datos de los usuarios. Cook cree que la privacidad es un derecho humano básico que Apple necesita respaldar, dijeron.
Cook no cederá si siente que tiene la razón, según personas que han trabajado con él. En una entrevista de 2014 con el periodista Charlie Rose, el ejecutivo dijo que "tendrán que sacarnos en una caja antes que permitamos" que personas ajenas a la empresa, incluyendo la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), creen una "puerta trasera" para acceder a los datos personales de los usuarios.
Una portavoz de Apple se abstuvo de hacer comentarios, se rehusó a permitir el acceso a Cook para una entrevista y se limitó a referirse a la carta del ejecutivo.
Cook tiene colgadas fotografías de Martin Luther King Jr. y Bobby Kennedy en su oficina, debido a que respeta su disposición a tomar posturas basadas en principios, que a veces fueron impopulares, sobre temas importantes, dijo. Durante un discurso de 2013 en Naciones Unidas, repitió una frase de King: "siempre es la hora correcta para hacer lo correcto".
Comey también se ha granjeado una reputación de ser alguien que no teme defender sus principios. Fiscal de carrera que se convirtió en alto funcionario del Departamento de Justicia durante el gobierno de George W. Bush, se le conoce por negar en 2004 la aprobación de programas de vigilancia indiscriminados hasta que se presentaran cargos. Aunque el desacuerdo se desarrolló en secreto en aquel entonces, se reveló con el tiempo que él y otros amenazaron con renunciar.
El jefe del FBI repite frecuentemente su mantra de "es difícil odiar de cerca". Esa es su forma de decir que la gente que tiene disputas debe sentarse y enfrentar sus diferencias cara a cara, debido a que esta es la mejor forma de llegar a un acuerdo, asevera.
En su lucha con Apple, Comey está sometiendo a prueba ese principio, aunque hasta ahora sin señales de éxito.
En la reunión de enero, las dos partes hablaron en términos generales, según fuentes al tanto. El encuentro no generó resultados e incluso hizo que las posturas de ambas partes se endurecieran.
Las declaraciones públicas de Comey y Cook refuerzan la perspectiva de que ambas partes son conscientes de que cualquier decisión legal en el caso probablemente no será permanente debido a que Apple u otras empresas podrían desarrollar nuevos programas que protejan los datos de manera más segura y hagan que las viejas reglas sean obsoletas.
Muchos representantes de las fuerzas del orden reconocen que la tecnología siempre estará un paso delante de la ley. Por esa razón, argumentan, es incluso más importante que la opinión pública influya en la forma en la que empresas como Apple crean sus dispositivos.
—Sara Randazzo contribuyó a este artículo.
Daisuke Wakabayashi y Devlin Barrett
The Wall Street Journal