Cómo la firma Doppler Labs está creando la realidad aumentada que se escucha
La compañía se prepara para lanzar unos auriculares inteligentes que filtrarán los ruidos no deseados y a la vez permitirán interactuar con los sonidos que nos rodean
Estoy tratando de escuchar por sobre el ruido de un restaurante atestado al cofundador y CEO de los Doppler Labs, Noah Kraft, que me explica todo sobre los nuevos mini-auriculares inteligentes de su compañía, pero la cacofonía de los comensales que charlan y el tintineo de los cubiertos es abrumadora. No entiendo una palabra. Entonces, de pronto, desaparece el ruido de fondo, y la voz de Kraft me llega fuerte y clara.
Se siente un poco mágico, aunque no estamos en un restaurante en realidad. Me están haciendo una demostración en la sede de Doppler en San Francisco y el ruido de fondo era una simulación, bombeada a mis oídos -y luego silenciada- vía un enredo armado de auriculares, micrófonos, circuitos y otros componentes sujetos a mi cabeza y que caen por mi cuello.
Doppler planea sacar este truco del laboratorio el mes próximo e iniciar la distribución de un par de mini-auriculares inalámbricos de atractivo diseño que incorporan la misma tecnología destinada a permitir a cualquiera en cualquier parte neutralizar el ruido de un restaurante real. Unidos a un teléfono inteligente, los mini auriculares Here One que costarán US$ 300 bajarán música por streaming y atenderán llamadas. También serán capaces de remezclar el audio de su mundo en una variedad de modos sutiles y sofisticados, apagando sonidos específicos -el llanto de un bebé, las voces de colegas parlanchines- y usando indicios, tales como el lugar en el que se encuentra, para sugerir la configuración apropiada de filtros.
Los auriculares tendrán la capacidad de agregar efectos, tales como el eco para la música en vivo, haciendo que un club de barrio suene más como una gran sala de concierto. Y si está en una sala de concierto, podrá agregar a la música comentarios por streaming, o incluso permitirle a usted escuchar las conversaciones tras bambalinas de un artista. Incluso podrá escuchar la transmisión de un partido mientras corre, sin bloquear el sonido del tráfico de la calle.
Todo esto resulta en una nueva forma de realidad aumentada -a Doppler le gusta llamarlo "escucha estratificada"- que tiene la posibilidad de ser tanto práctica como socialmente aceptable. Los anteojos Google Glass fracasaron, en parte, porque llevar una pantalla de computadora delante de los ojos resultó ser un modo torpe y molesto de interactuar con el resto de la sociedad. Pero la gente ya anda por ahí con auriculares en los oídos: ¿Por qué no cambiarlos por un par diseñado para mejorar el mundo en vez de para simplemente desconectarse auditivamente de él?
Kraft y el cofundador y presidente ejecutivo de Doppler, Fritz Lanman, encabezan un equipo de 65 personas que se afanan por lanzar Here One a tiempo para las fiestas de fin de año. Pero sus ambiciones son suficientemente elevadas como para mantener a la compañía ocupada por años. "Queremos ser el futuro de la computación", dice Kraft. "Si Microsoft puso una computadora en cada escritorio y Apple puso una computador en cada bolsillo, en Doppler Labs queremos poner una computadora, un altoparlante y un micrófono en los oídos de cada persona".
Ahora Doppler solo necesita integrar una gama compleja de tecnologías de hardware y software en mini-auriculares que miden apenas 20,1 milímetros de alto, menos que el diámetro de una moneda de cinco centavos de dólar.
Aunque Here One sea todo lo que Doppler quiere que sea, no es algo dado que los consumidores comprarán masivamente. La firma de estudios de mercado IDC cree que el negocio de la "wearable technology" (los dispositivos que se llevan puestos) en general crecerá a un ritmo anual del 20% en los próximos cuatro años, pero prevé que la mayor parte estará concentrada en la muñeca, en la forma de relojes inteligentes y bandas de fitness, tales como el Apple Watch y la Fitbit. El pronóstico mete los ya lanzados auriculares inteligentes Bragi's Dash y Here One en la categoría de "otros" que considera que en 2020 ocupará un miserable 3% del mercado. Eso no impidió que Doppler consiguiera US$ 50 millones en fondos, de importantes firmas de capital de riesgo así como de peso pesados de la industria musical como David Geffen, Quincy Jones y Mark Ronson.
Para el inversor en Doppler Kevin Efrusy, las aspiraciones tecnológicas de la compañía son sólo parte de lo que la vuelven atractiva. "Lo más interesante, honestamente, es el modo en que definen el problema". dice Efrusy, que como socio de Accel encabezó inversiones en Facebook y Groupon. "Noah y Fritz miraron el mundo a través de un prisma diferente. No se trata de crear auriculares mejores. Si así fuera, no me entusiasmaría. Dijeron 'No pensemos sólo en música o auriculares, pensemos en la experiencia general en el mundo que nos rodea y cómo hacemos que sea muy diferente y mejor'"
Solo hay que pasar un poco de tiempo con Kraft, de 29 años y barba colorada, para comprender porque tuvo éxito en la obtención de apoyo financiero con lo que promete su compañía y su producto. Es un vendedor con entusiasmo contagioso, la clase de persona que se vuelve aún más animado cuando está privado de sueño, cosa que le sucede a menudo como CEO de una startup que trabaja furiosamente para cumplir con el plazo de lanzamiento de su producto. "Todos los días me quedo sin voz para las 5 de la tarde", dice.
San Francisco no sufre precisamente de una escasez de jóvenes CEO tecnológico híper-energéticos, pero Kraft, a diferencia de la mayoría, no es un loco por la tecnología desde la cuna. Luego de estudiar Relaciones Internacionales e Historia en la Universidad de Brown, recaló en el negocio del cine. Durante 2012 y 2013 fue productor en la película Bleed for this, un drama de boxeo, cuyo productor ejecutivo es Martin Scorsese, y que recién llegará a las salas en una semana.
Esa gratificación demorada "es uno de los motivos por los que tuve que dejar el cine" confiesa Kraft. "Filmamos en 2012 y 2013 y luego se lo entregamos a un estudio que decía 'Lo lanzaremos cuando esté listo'. No puedo hacer eso". Un recuerdo de su pasado en Hollywood es el cinturón de campeón ostentosamente decorado firmado por Vinny Paz, el boxeador de la vida real que inspiró el film, que está enmarcado en la oficina de Kraft. Otro es el hecho de que cuando quiso mostrar a empleados de Doppler hablando de su trabajo en un video promocional, dirigió las entrevistas personalmente.
Más que su carrera en el cine, fue el amor de toda la vida por la música lo que llevó a Kraft a la tecnología. Fundador de varias bandas de rock a lo largo de los años, Kraft se tomó tiempo durante su participación como productor en el film para trabajar en la gira de música electrónica de un amigo, ayudando a escoger clubes y promover presentaciones. A medida que la gira iba de un lugar a otro- por lo general salas pequeñas con mala acústica- le llamó la atención que la música de su amigo sonaba diferente en cada espacio. "¿Qué pasaría si pudiéramos manejar el modo en que escuchamos el mundo?" recuerda haberse preguntado. "¿Qué pasaría si pudiéramos darnos más control?"
Desafíos tecnológicos
Para diferenciarse de otros productos que bloquean el ruido, Doppler quiere mejorar cada vez más la capacidad de eliminar sonidos específicos, y si va a bajarle el volumen a distracciones tales como sirenas y bebés chillones, tiene que poder identificarlos al vuelo, en una multitud de variaciones.
No son solo los bebés los que tienen voces diferentes; las sirenas en Europa no suenan nada parecido a sus contrapartes en los Estados Unidos. Eso es un desafío formidable de inteligencia artificial que no ha sido motivo de demasiada investigación, por lo que un equipo de Doppler está coleccionando vastas cantidades de audio del mundo real para su análisis. "Mientras que el reconocimiento de voz tiene miles de trabajos publicados, la clasificación del audio ambiental tiene docenas", explica el ingeniero de software Jacob Meacham mientras charlo con él en un rincón de la oficina de Doppler dominado por un subwoofer tan grande que funciona también como sillón. "Al segundo día ya estábamos a la vanguardia".
Doppler está usando el audio que recogió para entrenar a las computadoras para que identifiquen clases particulares de sonidos. Cuando recibo una demostración a comienzos de junio, la compañía no ha logrado aún que la tecnología funcione con su app para teléfonos inteligentes, pero una versión para PC puede identificar bebés y sirenas así como distinguir hablantes masculinos y femeninos.
Doppler podrá estar aún en los primeros tiempos de su investigación pero las implicancias de largo plazo van mucho más allá del deseo inicial de Kraft de hacer que la música en vivo suene mejor. Here One no es un audífono para personas con deficiencia auditiva, si lo fuera estaría sujeto a un torrente de normas que regulan los dispositivos médicos y que la compañía por ahora está feliz de evitar. "Si necesita un dispositivo médico, tiene que comprar el audífono", dice Lanman. "Esa es la situación y es una decisión regulatoria quién necesita un dispositivo médico y quién no".
Aún así, para una startup que enfatiza que no está creando un producto para competir con audífonos, Doppler dedica mucho tiempo a pensar qué podría hacer su tecnología para la gente con pérdida de audición. Dos miembros claves del equipo -Nielsen y Kristen "K.R." Liu, directores del área de Accesibilidad de Doppler- son personas con impedimentos auditivos y se sienten felices ante la posibilidad de que la tecnología de Doppler pueda ayudar a otros amplificando conversaciones y suprimiendo ruido de fondo. "Cuando me pongo un audífono escucho", dice Nielsen. "Pero el sonido está tan comprimido que es muy plano y metálico. Lo que sucede cuando se usa Here One es que no comprimimos el sonido. Hacemos procesado en tiempo real a toda velocidad de audio. Lo que oigo es muy cálido y rico".
"Tengo 38 años, he usado audífonos toda mi vida y de pronto con Here One escucho cosas que nunca oí antes", se maravilla Liu que, además de tener 20 años de experiencia en el campo de la electrónica de consumo, es defensora de las personas con discapacidad auditiva y miembro del directorio de la Asociación de Pérdida de Audición de los Estados Unidos. Si Doppler puede poner de moda la computación vía el oído, espera reducir el estigma asociado con admitir que uno no oye bien. "Noah no tiene problemas para oír", dice. "Yo sí. Pero ambos tenemos pasión por producir cambios en ese terreno. Cambiemos el estigma en torno de lo que puede significar tener distintos niveles de audición y hagamos que sea socialmente aceptable poner algo en su oído".
Para fines de agosto cuando me doy otra vuelta por Doppler, las piezas de la plataforma de computación están ubicándose tangiblemente en sus respectivos lugares. Tecnologías que los ingenieros de la compañía tenían funcionando en versiones para demostración en junio ya están funcionando en sus versiones casi finales en los auriculares Here One. Usando un recurso llamado Smart Settings, la app de Doppler puede hacer cosas tales como ubicar dónde está una persona -en el trabajo, por ejemplo, o un restaurante- y automáticamente aplicar los filtros de ruido diseñados para ese ambiente. La Inteligencia Artificial identificatoria de aullidos de bebé y sirenas que requería una PC ahora funciona en el auricular y su tasa de precisión es mucho mejor. "Como señala Kraft, "La magia solo funciona cuando acertamos la mayoría de las veces".
Al mismo tiempo que Doppler le pone los últimos toques a Here One, está pensando en el futuro de largo plazo para su plataforma y probando recursos que no van a estar listos en lo inmediato.
Uno de los proyectos es usar los auriculares para traducción de idiomas en tiempo real. Cuando me hacen probar una versión experimental en una visita me siento un poco tonto nuevamente: Tengo que ponerme una mochila que contiene una PC de escritorio de tamaño pequeño y la batería más grande que se puede subir legalmente a un avión.
Eso es porque Doppler quiere manejar la traducción en un dispositivo que uno pueda llevar consigo, en vez de enviarlo a la nube. "Uno va a un aeropuerto en Asia, su teléfono no está funcionando demasiado bien", explica Jeff Baker, VP de I&D. "Y si es así, le va a provocar serios problemas. El motor de traducción debe ser local. Esté en su teléfono o en una pieza de hardware por separado, cosa de la que no estamos seguros aún".
Entiendo por qué la compañía está invirtiendo en ese esfuerzo cuando un empleado de Doppler dice: "Buenos días, amigo. ¿Cómo estás?" en español. Y yo escucho en inglés: "Good day, friend. How are you?" Debido a que la tecnología de Doppler puede controlar lo que uno oye y cuando lo oye, logra reducir el tiempo entre las dos mitades de una conversación, eliminando parte del retraso normalmente creado por el proceso de traducción. "Se vuelve mucho más fluido, usable y disfrutable en vez de ser súper frustrante y algo artificial", dice Baker.
Mientras continúa mi charla inglés/español, Kraft mira y se muestra exultante. Luego subraya que Doppler no está seguro cómo, cuando -o incluso si efectivamente- va a hacer llegar el recurso de traducción a los consumidores. "Sabemos que queremos llegar a eso, pero no vamos a hacer concesiones en cuanto a nuestra capacidad de lanzar este primer producto", dice.
Si Kraft suena confiado en cuanto a dónde va Doppler se debe en parte a todo lo que aprendió sobre la marcha para llegar hasta aquí. "Ahora dirijo la reunión de producto", me dice. "Si me hubiesen dicho hace dos años que lograría dirigir una reunión de producto con todos los equipos diría 'Estás loco. Jamás podré hacer eso'. Pero ahí estamos. Y Fritz a veces sólo escucha".
Cuando comience a despacharse Here One, tendrá la marca de ambos cofundadores de Doppler: el cineasta que ama la música y el tecnólogo que ha ayudado a docenas de startups a ponerse en marcha. Por su cuenta, dice Kraft "hubiese ideado algún derivado ingenioso de beats que probablemente no hubiese funcionado demasiado bien y se vería cool. Y Fritz hubiese producido Google Glass para los oídos. Cuando se combina esas cosas, uno puede tener un producto que es relevante culturalmente pero además realmente sofisticado". Si Here One logra eso, tendrá la posibilidad de seducir a los consumidores y Doppler se habrá acercado tanto más a cumplir con su sueño improbable de poner una computadora en cada oído.
Traducción Gabriel Zadunaisky
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