Cómo la devaluación de la lira en Turquía puede amenazar al plan de Martín Guzmán
Todas las monedas de países emergentes se están depreciando en lo que va del año, pero en la Argentina, el ministro de Economía indicó que pisará el tipo de cambio para contener la inflación
![Martín Guzmán](https://www.lanacion.com.ar/resizer/v2/martin-F6P27BQO4VG5BHTWP4JY5QZCNQ.jpg?auth=3edc77ba4ada8148033eca5d4d34b24d75ae846644ee9634cbfe72150bb226b3&width=420&height=280&quality=70&smart=true)
Recep Tayyip Erdoğan, el presidente de Turquía, echó al titular de su banco central y eso desencadenó un desplome en el valor de la lira turca que llegó al 15%, hasta que cerró en una caída del 10% en un día. Inmediatamente, se prendieron las alarmas en todas las economías emergentes, ya que son varios los antecedentes sobre el efecto contagio que tiene una depreciación de tal magnitud en el resto de las monedas de estos países.
Por lo pronto, el real brasileño se depreció 0,69% y el peso mexicano, 0,39%. En lo que va del año, estas monedas arrastran un pérdida de su valor de 6,55%, 3,16%, respectivamente. En el caso del peso argentino, la depreciación en los casi tres meses es del 8,81%, pero en el mismo tiempo tuvo una inflación acumulada de más del 10%, lo que en realidad implica que el valor del dólar se “atrasó” en relación a la suba generalizada de precios. En términos concretos: en lo que va del año, el preso se apreció 6% vs el real brasileño, señala el economista Fernando Marull.
El economista, director de la consultora homónima, explicó lo que sucedió con Turquía la semana pasada. “El presidente del banco central subió la tasa por arriba de lo que esperaba el mercado para controlar la inflación; aumentó de 17 a 19%, cuando la inflación interanual en febrero fue 15,61%. Si bien el nuevo presidente del banco central ratificó que usará la tasa de interés como herramienta de política monetaria para bajar la inflación, el mercado empieza a dudar de la independencia de la entidad, y por lo tanto proyectan que la devaluación será mayor a la esperada inicialmente. Esto genera un efecto contagio en las monedas de los otros países emergentes, pero en la Argentina se vive otra realidad”. comentó.
El peso argentino no flota libremente, como hacen el resto de las monedas (aún cuando son flotaciones administradas). Es decir que está controlado por las intervenciones del Banco Central, en un mercado cambiario que quedó reducido por los estrictos controles al cepo y las fuertes restricciones a la compra de divisas por parte de las empresas importadoras.
Si bien gracias al control riguroso del Banco Central, es improbable que la Argentina sufra una fuerte depreciación de su moneda cuando hay shocks externos, la mayor depreciación de las monedas emergentes podría afectar la estrategia del ministro de Economía, Martín Guzmán, de pisar el dólar para contener la inflación, ya que el país perdería competitividad frente al resto de los países de la región. Esto, por lo tanto, podría afectar las exportaciones, que son la principal fuente de divisas en un país con escasa inversión externa.
“La depreciación en monedas emergentes, junto con la suba de la tasa de 10 años de los bonos de Estados Unidos, le saca aire al plan Guzmán de frenar la depreciación del tipo de cambio oficial en un momento en el donde hay inflación alta. Con lo cual vamos a un escenario de apreciación real del tipo de cambio oficial, sin nafta en las reservas y con tasas reales negativas”, indicó Federico Furiase, director de EcoGo.
“Si bien era lógico que el Banco Central empiece a moderar el ritmo del crawling peg [depreciaciones controladas] para bajar las expectativas de inflación, ahora se necesita recomponer la tasa real positiva y ser muy finito en la consistencia fiscal y monetaria. Sino, esa apreciación real del tipo de cambio que vamos a tener generará incertidumbre y más expectativa de devaluación, después de octubre”, agregó.
Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, explicó que el shock ocurrido en Turquía mueve los flujos de capitales de corto plazo a economías más desarrolladas y hace que las monedas de los emergentes se deprecien. “En la Argentina, no se puede ir lo que no entró, es la virtud en el defecto. Como hay cepo cambiario y la cuenta de capitales y la corriente están cerradas, no están las presiones que tienen los otros países emergentes. Lo que pasará es que el peso se apreciará más de lo que venían haciendo en términos reales (ya que la inflación mensual le venía ganando a la depreciación del Banco Central)”, indicó, y agregó: “El impacto esta vía tipo de cambio real, parecido a lo que ocurrió entre 2011 y 2015, cuando también había control de capitales″.
Jorge Neyro, economista de ACM, coincide en que el shock en Turquía no afectará fuertemente a la Argentina, “justamente porque las regulaciones están hechas para que no le peguen”. “Si tiene algún impacto, es marginal y se verá con el transcurso de los días”, concluyó.
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