Cómo impacta la baja de la brecha en la economía: buenas noticias para el BCRA y los efectos en algunos sectores
Los números del dólar paralelo y la brecha cambiaria seguramente sean, por estos días, un alivio diario para Martín Guzmán y Miguel Pesce. Es que después de meses con tensión cambiaria y una amenazante distancia entre los distintos tipos de cambio, un combo de intervenciones oficiales y el flujo de divisas por el pago del impuesto a la riqueza permitieron extender, al menos en el corto plazo, la calma cambiaria, con una brecha del orden del 60%, mientras el Gobierno espera la llegada de la cosecha gruesa.
Son las buenas noticias a las que aspira una economía que acumula tres años de recesión. Ese escenario, con el dólar MEP en torno a los $137, el dólar CCL en $140 y el blue a $147, bien por debajo del dólar ‘ahorro’ ($155), descomprime presiones y desincentiva maniobras especulativas, que en los últimos meses habían comprometido las reservas del Banco Central y motivaron al organismo a endurecer el cepo y retacear el acceso a divisas para importaciones y bienes suntuarios.
"Esto puede ayudar a contener expectativas y para eso sirve ver el contrafáctico, que sería un problema. Igual que con el tema de la deuda, que si no se arreglaba daba paso a un default que aceleraba la brecha y la inflación, esto no es de gran ayuda, pero sí aleja los problemas de un escenario inverso", dice Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.
El episodio más cercano ocurrió en septiembre de 2020, cuando la brecha se dilató y el dólar blue llegó a $195. En ese momento, el Banco Central ajustó controles cambiarios para cuidar sus reservas, mientras que la inflación de octubre tuvo una fuerte aceleración como consecuencia de esa disparada del dólar.
"Una brecha más grande genera problemas, porque hay más incentivos a no liquidar exportaciones o no facturarlas, o también para anticipar importaciones. La brecha hoy no es baja, pero hay valores a los cuales una empresa puede aceptar hacerlo y a otro no. Al 100% hay firmas que se animan a las maniobras elusivas y al 60%, no", advierte el analista.
Su colega Fernando Marull coincide en ese diagnóstico en cuanto al comercio exterior, que da más aire al Banco Central y su búsqueda de sumar reservas. Según el analista, director de FMyA, "la brecha menor tiene beneficios porque no hay tanta retención de exportaciones y, si bien los importadores no dejan de demandar dólares, porque el tipo de cambio oficial luce barato, sí hay una desaceleración".
Para el economista, que trabajó en el ministerio de Hacienda durante la gestión de Cambiemos, esa baja en la brecha reduce "las expectativas de devaluación" a futuro, pero también genera consecuencias negativas para la actividad económica. Su análisis apunta especialmente a sectores que, en los últimos meses, tuvieron una reactivación dinamizada por la brecha cambiaria, como la venta de autos 0km o la construcción.
"La baja en la brecha le pega más a la clase media para arriba, porque quienes ganan con una brecha alta son las empresas y las familias que tienen ahorros en dólares. Cuando se amplió la brecha, se generó un efecto riqueza que hizo repuntar la construcción, con más demanda de materiales, más empleo y hoy está 11 puntos arriba de su nivel pre-crisis. A la inversa, la baja en la brecha le quita poder de compra al dólar ahorrado y todo lo que se infló se frena un poco, porque se aprecia la moneda y suben los costos", concluye el analista.
De todas formas, los analistas consultados por LA NACION no proyectan un impacto de largo plazo, porque advierten que la baja en la brecha no se ancla en cambios estructurales de la economía. Además de la intervención oficial, con venta de bonos en el mercado, advierten que hay un impacto favorable de ingreso de divisas de aquellos contribuyentes alcanzados por el impuesto a la riqueza, que venden parte de su patrimonio en dólares a través de los tipos de cambio paralelos.
"La brecha es reflejo de la incertidumbre del mercado. Si se demora la aparición de un plan económico, como no está apareciendo, si se demora el acuerdo con el FMI y si el Gobierno no logra encauzar las variables fiscales y monetarias, este sendero a la baja de la brecha no es sostenible. Puede recalentarse. La brecha cambiaria al final del día es un reflejo de la incertidumbre en la economía", dijo Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria.
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