Cómo es por dentro la "obra del siglo" mendocina que costó US$312 millones
MENDOZA.- Una megaobra emblemática es considerada la más importante del siglo XX en la provincia: el dique Potrerillos, ubicado al pie de la Cordillera de Los Andes, en Luján de Cuyo. Esta imponente construcción, con un gran espejo de agua, se convirtió en la preferida de mendocinos y turistas, luego de la reapertura el año pasado del túnel que une las localidades de Potrerillos y Cacheuta, sobre la ruta 82, después de 20 años de espera. La vista es privilegiada, pero pocos conocen cómo es el interior del embalse, que demandó una inversión de US$312 millones.
Días atrás el Departamento General de Irrigación (DGI) realizó una visita de acceso protegido con el fin de controlar la operatividad de la presa donde captó imágenes de lo que esconde el "monstruo" en medio de la montaña y debajo del agua. El video muestra pasadizos, cañerías, maquinarias e infraestructura interna para hacer funcionar el dique.
"Actualmente, el embalse Potrerillos está al 99% de su capacidad, es decir, casi lleno. Pero esto no es por azar, sino que se cumplió con lo planificado en octubre, cuando en una reunión con inspectores de toda la cuenca se pactó hasta dónde se bajaría el nivel del embalse para, en esta época, poder volver a llenarlo", expresó el titular del organismo, Sergio Marinelli, durante la recorrida junto con ingenieros de la entidad y de Cemppsa, la empresa que maneja el embalse.
Se trata de una sociedad que Impsa integró en 1998 con Cartellone para construir y administrar por 30 años el dique Potrerillos, y en la cual tuvo una participación accionaria del 30% hasta el 2017, cuando ambos se desprendieron del negocio.
El embalse Potrerillos tiene como función primordial regular el agua del río Mendoza. Esto es, durante el verano Irrigación almacena agua allí, a partir de los deshielos. "La mitad de la capacidad del embalse Potrerillos se utiliza para abastecer a la población del gran Mendoza, durante todo un año", indicaron desde el organismo.
Así, el abastecimiento poblacional es uno de los usos, y el prioritario, que se le da al agua en Mendoza. Los otros en orden de importancia son uso agrícola, fuerza motriz, uso industrial, y uso recreativo.
En tanto, en la primavera se presenta la situación inversa: el agua del río Mendoza es insuficiente para cubrir las demandas, especialmente de riego. Entonces, se debe completar el volumen del agua con la que se almacena en el embalse, el verano anterior.
Esta forma de manejo del embalse implica que en años como este, un "año seco" según lo pronosticado por el propio organismo del agua, el sector agrícola realice un importante sacrificio, previamente acordado, para poder tener agua para la próxima primavera.