Cómo conviene calefaccionar el hogar tras los aumentos en las tarifas
Aunque el gas todavía es más barato y eficiente que la luz, es necesario establecer el consumo de los aparatos y el gasto por metro cúbico de cada servicio
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Llegó abril, los primeros días de frío y la implementación de las nuevas tarifas de gas, que, según los cuadros publicados por el ente regulador (Enargas), se aplicarán a los usuarios residenciales, comercios e industrias de todo el país, e implicarán aumentos entre 150% y 460%. Por eso, elegir un método de calefacción adecuado y ahorrativo resulta, en muchos casos, esencial para cuidar el bolsillo.
A esto se sumará, a partir del próximo mes, otro incremento basado en el costo de producción, que se encarecerá en invierno.
Ante el escenario del invierno entrante, y con estas modificaciones tarifarias aplicadas, resulta relevante conocer el consumo de los distintos artefactos de calefacción, teniendo en cuenta el impacto al bolsillo que implicarán los nuevos ajustes.
Cabe destacar que, según un informe difundido por el Gobierno en febrero pasado, que analizaba y aconsejaba sobre el uso energético en la Argentina, en el invierno la calefacción representa el 49% del total de la demanda de los hogares.
Especialistas de GasNor, del grupo Naturgy, comentaron a LA NACION que el gas natural continúa siendo la mejor opción para este invierno, y, dentro de sus posibilidades, la caldera es la más recomendada, con radiadores o losa radiante.
“El calor que da el gas natural con los radiadores es menos artificial que el del split eléctrico. Además, lo apagás y enseguida te morís de frío, mientras que con el radiador, el calor se mantiene. Por eso creo que es la mejor opción y la más económica, ya que las eléctricas terminan siendo más caras”, comentaron.
También de Metrogas sostuvieron, al ser consultados, que el gas sigue siendo lo más recomendado, ya que calefacciona los ambientes por más tiempo y además, todavía es más barato que la luz. Esto significa que son sistemas más eficientes que los eléctricos para convertir la energía en calor, es decir, gastan menos para lograr el mismo resultado.
Según la página oficial de Enargas, una caldera individual consume 20.000 kcal/h o 2,15 m3/h; una estufa, por otro lado, tiene un consumo mucho menor, de 2500 kcal/h o 0,27 m3/h, aunque también hay que tener en cuenta las dimensiones del espacio en el que se utilizará cada uno.
Cabe destacar que una diferencia esencial entre el gas y la luz radica en que el precio de la electricidad se basa en el consumo, mientras que el del gas se regula según los ingresos de los hogares, en ambos casos a partir de categorías establecidas por el Gobierno.
Para la luz, el Ejecutivo estableció seis segmentos: los usuarios residenciales del AMBA que consumen hasta 150 kWh por mes serán considerados R1; los R2 serán quienes consumen entre 151 y 400 kWh; la categoría de R3 aplica a los consumos de entre 401 y 500 kWh (antes 600 kWh); R4 pasarán a ser los hogares que consumen entre 501 y 600 kWh; los R5 serán aquellos que consumen entre 601 y 700 kWh; mientras que R6, será para los consumos mayores a 701 kWh.
Por otro lado, según cálculos aproximados que difundieron las empresas distribuidoras de gas, un usuario de ingresos altos de Metrogas, por ejemplo, con un consumo de hasta 500 m3 (R1) al año –una casa o departamento de hasta cuatro personas que cuenta con calefón o termotanque, cocina, horno y una estufa–, que recibía una boleta de $1547, pasará a pagar $7000.
En el caso de Naturgy, un usuario promedio de una categoría R23, que consume 72 m3 por mes, la factura final pasará de $5300 a $22.400.
Por esto, la conveniencia entre un sistema y otro dependerá de muchos factores: el costo por metro cúbico o kWh, que suele figurar en las respectivas facturas; el tamaño del ambiente a calefaccionar; y el tiempo de uso de los artefactos, entre otros.
En el caso de los aparatos eléctricos, por ejemplo, los paneles consumen 0,60 kWh, un impacto bajo en la factura de electricidad, el radiador eléctrico, cerca de 0,96 kWh, y el aire acondicionado frío/calor,1,01 kWh, siempre y cuando se coloque en 20° en el modo calor.
Las estufas de cuarzo a dos velas gastan 1,2 kWh, y los caloventores, que suelen ser más atractivos por sus precios (rondan, en promedio, los $25.000), 2 kWh, casi el doble que un aire acondicionado, es decir, son ineficientes en vistas del consumo final.
Según la página oficial de Edesur, que brinda consejos de ahorro para la electricidad, “por cada grado que bajes la temperatura, el ahorro puede ser de entre 10 y 20%”. También es esencial reducir las filtraciones en ventanas y puertas, utilizar persianas y cortinas de manera inteligente (mantenerlas abiertas durante el día para aprovechar el calor y la luz solar, cerrarlas durante la noche para proteger las superficies vidriadas del frío), y ventilar los ambientes entre cinco y 10 minutos al día.
También resaltan que se debe chequear la etiqueta de eficiencia energética de los productos: cuanta mayor eficiencia, determinada por el color verde (clase A), menor el consumo.
En el caso de los artefactos de gas, Enargas aconseja mantener la calefacción del hogar en 18°, y evitar la pérdida de calor por ventanas y puertas utilizando burletes. El informe del Gobierno, además, sugiere encender la calefacción antes de dormir y apagarla o bajarla por la noche.
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