Cómo cambiar tus hábitos de gastos e ingresos en 2023
Las soluciones que tenés que conocer para comenzar este año aprendiendo a tomar mejores decisiones para ordenar tus finanzas
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El cambio de año trae deseos de cambio, de superación. En lo que refiere a las finanzas personales, todo es posible si nos focalizamos en los hábitos de gastos e ingresos para transformar nuestras conductas.
Hoy los invito a repasar los hábitos nocivos más comunes y les propongo soluciones para quienes estén decididos a tomar el toro por las astas y convertir al 2023 en el año de transformación financiera personal.
¡Comencemos!
Hábitos de gasto nocivos
1) Compra impulsiva:
Es una de las prácticas más comunes y dañinas que puedan existir. Para colmo, los departamentos de marketing de las empresas saben de esta debilidad en muchos consumidores y la exprimen al máximo.
El Trastorno de Compras Compulsivas (conocido en inglés como CBD, por Compulsive Buying Disorder) habla de la alteración psicológica por la cual la persona que consume no logra controlar sus impulsos y se caracteriza por tener preocupaciones exageradas que la llevan a sentir el deseo irrefrenable de comprar en forma masiva objetos superfluos. Ese deseo hace que todo se transforme en necesidad y viene acompañado de sentimientos de ansiedad, irritabilidad y/o malestar.
Consejos para el cambio de hábitos:
Una estrategia que puede ser de gran utilidad para dejar atrás las compras impulsivas pasa por asignar un orden de prioridad a los gastos, empezando por el 1 y terminando en el 10. Aquellos que se ubiquen en la segunda mitad, deben ser tachados de la lista, a fin de que queden solo los realmente necesarios.
Otro consejo pasa por medir los gastos en relación con nuestros ingresos. Si un gasto deseado supera el 5% de nuestro presupuesto mensual, lo más inteligente será dejarlo en suspenso y establecer un período de gracia de varios días, a fin de evaluar más adelante y con la mente en frío si ese deseo es tan fuerte como antes o se disipó. Se van a sorprender de lo fácil que pierden fuerza algunos anhelos, que no son otra cosa que caprichos o antojos disfrazados de necesidad.
2) Tarjetear:
Usar la tarjeta de crédito como una extensión del salario es un hábito muy expandido en Argentina. Y todo por la errónea creencia de que comprando en cuotas se le gana a la inflación.
En el fondo, los defensores del hábito de tarjetear no hacen otra cosa que sacar un pasaje directo a la lista del VERAZ, el registro del Banco Central donde se encuentran las personas que se endeudaron y no pudieron o no quisieron honrar sus obligaciones.
Para ganarle a la inflación con la tarjeta de crédito, en un juego de suma cero como es la economía, alguien tiene perder. Si del otro lado del mostrador están los bancos y los comercios, difícilmente sea ganador el “cuotero”. ¿Acaso se puede ser tan ingenuo de creer que los bancos van a ir a pérdida?
Consejos para el cambio de hábito:
Para transformar este hábito financiero pernicioso en uno productivo se puede comenzar por respetar las fechas de vencimiento y no dejarse tentar por los pagos mínimos que ofrecen las tarjetas.
Las fechas de vencimiento de los pagos de los resúmenes mensuales suelen ser rígidas. Por lo tanto, pasarlas por alto suele resultar muy costoso. Los intereses por atrasos se calculan como si el cliente estuviese girando en descubierto en una cuenta bancaria. En consecuencia, conviene tener bien agendados los días de pago (que suelen caer en fechas parecidas todos los meses) o, directamente, establecer el débito automático de la tarjeta sobre la caja de ahorro, donde antes del vencimiento debe estar depositado el dinero necesario para saldar el resumen mensual.
En lo que refiere al pago mínimo, los intereses suelen calcularse utilizando uno de los sistemas de amortización de deudas más perjudiciales de todos, el denominado Sistema de Amortización Directo, que computa el pago de intereses sobre el monto total del préstamo (o costo del producto adquirido), sin tener en cuenta que al pagar las cuotas estamos devolviendo también parte de ese monto (en el lenguaje financiero, amortizándolo) y que, por lo tanto, correspondería que disminuyera el pago en concepto de intereses.
Por ello, recomiendo enfáticamente utilizar solo la tarjeta de crédito para gastos que estamos absolutamente seguros que podremos abonar en su totalidad cuando llegue el extracto de la tarjeta, haciendo de cuenta que el pago mínimo no existe y sabiendo que no es un salvavidas para nuestras finanzas. En todo caso, es un salvavidas de plomo…
Hábitos nocivos sobre los ingresos
1) Pagar primero y ahorrar lo que quede
Hablamos del hábito más extendido de todos en la población. Que quede claro: no es necesariamente perjudicial, aunque puede terminar siéndolo y existen prácticas superadoras en este campo que despejan el camino hacia el ahorro.
Si primero pagás y gastás, y luego tratás de ahorrar lo que quede, es muy probable que no puedas generar nunca excedentes mensuales y termines viviendo al día.
Consejos para el cambio de hábito:
El hábito superador del que hablamos se vincula con el enfoque conocido como “páguese a usted primero”. Concretamente, funciona así: la mayoría de las personas piensa que se debe realizar la cuenta “Ingreso – Gasto = Ahorro” para saber cuánto puede ahorrar, cuando en realidad lo más conveniente es modificar el orden y las prioridades poniendo en práctica la siguiente fórmula: “Ingreso – Ahorro = Gasto”.
Así las cosas, una vez que ingresa el dinero a nuestras arcas (vía salario, ingreso cuentapropista, inversiones, etc.), lo primero que debemos hacer es separar un mínimo del 10% para ahorro personal y luego encarar los gastos fijos y variables con lo que nos sobra, el excedente.
De esta forma, nos aseguraremos un ahorro mensual y nos obligaremos a practicar ajustes y recortes necesarios para distribuir el ingreso restante entre los gastos mensuales. Créanme, es un esfuerzo que vale la pena.
2) Utilizar solo el eje cuerpo
Otro hábito arcaico y sumamente popular es el que nos limita a obtener ingresos exclusivamente mediante trabajos que demandan nuestra presencia física en un lugar y un horario determinados. Hablamos de trabajar en la oficina, en nuestro hogar o al volante de un vehículo, por ejemplo.
Es el denominado eje cuerpo, que se contrapone al eje cabeza y el eje dinero. La mayoría de la gente lo utiliza sin advertir que es el menos rentable de todos en términos de esfuerzo y retribución recibida.
De esta manera, el ingreso pasa a ser unidireccional y su aumento real depende exclusivamente de las horas que trabajemos. Si queremos recibir un ingreso mayor, debemos destinar más tiempo al trabajo.
Consejos para el cambio de hábito
El principal tip nos recomienda conocer e implementar los otros dos ejes: cabeza y dinero.
- Implementar ideas (eje cabeza): Todos los negocios fueron en sus inicios una idea en la cabeza de alguien. Cuando desarrollamos un sistema que permite hacer más eficiente un trabajo o cubrir una necesidad, podemos vender la idea y obtener una recompensa a cambio. Hablamos de ideas sencillas que brinden soluciones prácticas en ámbitos que nos interesen. Si las desarrollamos, podemos monetizarlas, automatizarlas y/o tercerizarlas.
- Invertir ahorros (eje dinero): El simple hecho de constituir un plazo fijo en un banco es poner en marcha una inversión que genere un flujo de fondos positivos para generar dinero con dinero. También lo son otras operaciones financieras apenas más complejas como comprar bonos de deuda y stablecoins que generen intereses o, en la economía real, poner un departamento en alquiler. Se trata siempre de poner a trabajar el dinero para diversificar y potenciar las fuentes de ingresos sin sacrificar más tiempo de ocio. En esta nota les ofrezco más información sobre el tema y el abordaje considero más apropiado.
Conclusión
Los hábitos ocultan decisiones que tomamos en algún momento y que luego se transforman en costumbre. Dejamos de prestar atención a las razones que nos llevaron a implementarlos y simplemente automatizamos esos comportamientos.
Si al leer la nota sentiste que los hábitos nocivos hablan un poco de vos, no te preocupes ni te sientas culpable, más bien alégrate porque encontraste una llave para cambiar para mejor.
Lo importante en este momento es pasar a la acción y comenzar a aplicar los cambios en tu vida financiera para que el resultado sea mucho más feliz que el actual. Soñá, imagínate orgulloso de tus logros y las pilas se cargarán solas para encarar un 2023 con toda la energía.
¡Feliz comienzo de año! ¡La seguimos la semana que viene con más consejos para tus finanzas!
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