Yumba: la exportación de la mano de la inspiración y necesidad musical
Este emprendimiento de resinas para arcos de contrabajo, violín, viola y violonchelo nació en Bahía Blanca y envía al exterior el 85% de su producción
Todo lo artesanal es tendencia en la actualidad, y así lo demuestra este caso de exportación en un producto, para muchos, desconocido. Yumba es una marca de resinas para instrumentos musicales (contrabajo, violín, viola y violonchelo) que nació gracias a Guillermina Esmoris en 2016, cuando, tocando su contrabajo en el Conservatorio de Bahía Blanca, fue instruida por su maestro al indicarle que su instrumento necesitaba de este producto.
"Me resultó algo fascinante" recuerda Guillermina. "No tardé en ponerme a investigar en internet qué resinas se usaban, cuáles eran mejores, dónde las hacían, qué las diferenciaba según el instrumento, etcétera. Ahí descubrí que todas las que se conseguían en el mercado eran importadas y, cuando se me rompió la que estaba usando, empecé a pensar cómo podía hacerme mi propia resina", añade.
Fue así que esta música de 30 años comenzó a investigar con la mujer de su padre, Andrea David, que trabaja en la Química Industrial de Bahía Blanca, la forma de crearla.
Cuando tuvo sus primeros resultados los compartió con su maestro, con sus compañeros de clase y también con los músicos de la Orquesta Sinfónica Provincial de Bahía Blanca, quienes la incentivaron para que empezara a comercializar la resina. "Ahí supe que debía pensar en una marca y un concepto que nos representara como músicos y músicas de la Argentina", cuenta la emprendedora, quien sumó esfuerzos con cinco personas más para darle forma a su proyecto y nombró a la marca en homenaje a un tango que compuso Osvaldo Pugliese en 1946.
"Cuando logré fabricar las primeras resinas, después de varios intentos frustrados, hacía el chiste de que no iba a parar hasta que lleguen a Asia..., ¡y justamente el primer cliente que nos contactó desde el exterior fue un cliente de Taiwán! Así que el chiste de que Yumba desembarque en Asia dejó de ser chiste muy rápidamente", cuenta Guillermina.
Este cliente asiático y muchos otros de diferentes países y continentes fueron decisivos para animarse a vender sus productos en el exterior: "Este fue el factor principal. Luego, haciendo estudios de mercado, advertimos que las resinas artesanales están teniendo auge en el mercado europeo, norteamericano y asiático. Si bien dentro de la Argentina tenemos muy buena repercusión, la realidad es que el segmento es muy limitado y la inestabilidad económica hace que sea muy fluctuante la demanda. Por eso necesitamos abrirnos a mercados internacionales, para poder seguir adelante con el proyecto".
Como todo nuevo exportador en el país, Yumba tuvo que aprender múltiples cuestiones: "Nuestro país tiene una cultura exportadora orientada más que nada a los commodities y a lo exportable por vía marítima. Nos dimos cuenta de que, por lo menos acá en Bahía Blanca, es novedoso que un pequeño productor pueda hacer exportaciones, pero, como todo lo novedoso, hay que ir aprendiendo paso a paso. Y no solamente nosotras tuvimos que aprender, el banco también tuvo que profundizar en algunas cuestiones. Por este motivo tuvimos algunos inconvenientes, pero pudimos resolverlos bien y nuestras resinas llegaron perfectamente a destino", dice la empresaria, que señala al régimen Exporta Simple como un gran aliado para realizar sus envíos, de poco volumen.
Como empezaron a exportar desde hace poco tiempo, desde el emprendimiento señalan que no hay cifras anuales contundentes para compartir, pero sí que alrededor del 85% de la producción total se está exportando.
Hoy, con tres líneas de producto diferentes, llegan a Estados Unidos, Brasil, Taiwán, España y Australia, y si bien es a través de redes sociales –principalmente Instagram– que se promocionan y se dan a conocer entre la comunidad internacional de músicos que demandan sus productos, la empresa señala que el apoyo estatal es fundamental. "Desde el comienzo contamos con el asesoramiento del Club de Emprendedores de Bahía Blanca, que nos sugirió postularnos al Fondo Semilla del Ministerio de Producción de la Nación y al cual aplicamos, quedando seleccionadas. También recibimos asesoramiento constante de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (Aaici); este organismo nos acompaña en cada paso que damos y nos sentimos muy agradecidas por eso. Iniciar un proyecto así no es fácil en este contexto y menos desde el interior, por eso pensamos que el rol del Estado, financiando y asesorando, resulta indispensable", destaca Guillermina, quien planea llegar a muchos más países con sus productos y con la misma inspiración que la llevó a tocar el contrabajo.