Viaje al país de los canguros y los koalas
El Australia Festival desplegó una variada oferta educativa, turística y también comercial
Aunque no se vieron sus típicos canguros ni sus simpáticos y característicos koalas deambulando entre los stands, en la tercera edición del Australia Festival, organizado en Buenos Aires por la embajada de ese país y la Comisión Australiana de Comercio (Austrade), sí se pudieron apreciar algunos de los múltiples atractivos que esta lejana, extensa y pujante isla tiene para ofrecer.
Sucede que, además de propiciar oportunidades de negocios entre empresas argentinas y de ese joven país, con economía estable, creciente y abierta en la que sus casi 20 millones de habitantes gozan, en general, de un alto poder adquisitivo, durante el martes y el miércoles últimos también se desplegó una ecléctica vidriera que exhibió lo más interesante de la cultura, la educación y el turismo, para atraer a los argentinos a visitar ese destino. "El comercio bilateral no es muy intenso en términos relativos, porque los ítem del flujo comercial son similares y los números del balance favorecen a la Argentina", señaló Mark Argar, ministro comercial de Australia para América latina, durante la presentación del festival.
Según el intercambio de bienes registrado en 2003, las exportaciones de ese país a la Argentina -carbón, productos vegetales crudos, maquinaria especializada, medicamentos y equipamiento eléctrico, principalmente- totalizaron 90 millones de dólares australianos (US$ 68,4 millones) y las ventas argentinas a la isla -en las que se destacan vehículos de transporte, aceites vegetales, cuero, azúcar, melaza, miel y semillas oleaginosas- alcanzaron 166 millones de dólares australianos (US$ 126,4 millones).
Consultoría y tecnología
Pero más allá de las semejanzas productivas y comerciales, casi ineludibles por compartir una misma plataforma de riquezas naturales, los nichos de negocios advertidos por Australia en la Argentina están enfocados a la consultoría y a la tecnología en el campo de la minería, la agricultura, la ganadería y la vitivinicultura, "que pueden favorecer el valor agregado de los productos argentinos", precisó Argar.
Una novedad con la que Australia intenta interesar a los argentinos son los billetes de polímero, que ya se utilizan en varios países. A diferencia del papel, ejemplificó el ministro, este material ofrece una mayor durabilidad, es mucho más difícil de falsificar y, por supuesto, más resistente a las quebraduras o a los imprevisibles embates del agua.
En la ventana hacia Australia que se abrió en el hotel Caesar Park Buenos Aires, no todo fueron precisiones comerciales. El llamativo espectáculo de música y danza aborigen que ofreció un dúo de intérpretes australianos acaso refleje la diversidad cultural que cobija el llamado país continental, en el que habitan más de 100 grupos étnicos. Además, la visita de 14 instituciones educativas y de agencias turísticas subrayó también la clara vocación australiana por exportar servicios.
Junto con el alto nivel educativo de la población australiana, de donde emigraron al mundo inventos como el oído biónico y la caja negra, el embajador Peter Hussin subrayó el prestigio del sistema de capacitación tecnológica y de las universidades, a las que asisten más de 250.000 estudiantes provenientes de 90 países, que dejan un aporte anual de US$ 3700 millones. Más allá de brindar una variada y reconocida oferta educativa para perfeccionar el inglés o para cursar carreras de grado, Australia también es un destino interesante para los egresados universitarios que buscan especializarse fuera de nuestras fronteras. Ingeniería en Minería, Medio ambiente y Comercio Internacional orientado a Asia, "un área en la que Australia posee una vasta experiencia", son algunas de las maestrías que pueden interesar a los argentinos, según destacó el ministro Argar.
Además, una geografía privilegiada, 7000 kilómetros de playas para disfrutar del dolce far niente, bellezas naturales como el arrecife de coral más grande del mundo, ideal para el esnorquel y el buceo, ciudades modernas, dinámicas, seguras y cosmopolitas, con mesas que ofrecen los platos más variados de la gastronomía mundial, y una rica cultura indígena, son algunos de los muchos atractivos turísticos que Australia ha sabido explotar.
La industria sin chimenea es una de las de mayor y más rápido crecimiento en la economía australiana. El año último, la isla continente recibió 5 millones de turistas y en el futuro espera muchos más.
Posgrados
Cuestan entre 7 mil y 10 mil dólares por año. Un posgrado en Australia es un 30 por ciento más económico que en Inglaterra o Canadá. El costo de vida también es más bajo y, además, los estudiantes pueden trabajar.