Venezuela y el Mercosur, una suspensión de origen añejo
La relación del país caribeño con el bloque está signada por las irregularidades, desde el procedimiento para su incorporación hasta el hecho de no aplicar los acuerdos y normas pactados; los próximos pasos
Aquellos polvos trajeron estos lodos. No hay que buscar otra explicación a lo que está sucediendo actualmente en el Mercosur con la suspensión (no expulsión como se ha dicho en medios venezolanos) de Venezuela como miembro del Mercosur.
Las causas de la aplicación de tal procedimiento no son actuales sino que han sido generadas hace unos años con el ingreso del país caribeño al emprendimiento regional. Ingreso que se efectuó de manera, que podemos llamar suavemente, irregular.
Se suspendió a Paraguay que era el único país miembro que no había aprobado por ley el ingreso de Venezuela al Mercosur, con el pretexto de una violación a las normas establecidas en el Protocolo de Ushuaia sobre la llamada cláusula democrática. Se habló entonces de golpe de Estado, algo que obviamente no lo fue, cuando el Poder Legislativo paraguayo realizó un juicio político al presidente de conformidad con las normas constitucionales prescriptas.
El ingreso de Venezuela en 2012 fue un claro ejemplo de lo que desafortunadamente el ex presidente del Uruguay José Mujica, expresó acerca de que lo político debe predominar sobre lo jurídico.
Las motivaciones para la aceptación del nuevo miembro fueron políticas únicamente. Cuestiones de amiguismo o de coincidencias ideológicas. No se tomó en cuenta que el Mercosur es ante todo un proyecto económico y comercial. Pero ni en lo económico ni en el intercambio del comercio exterior Venezuela significa nada importante para el Mercosur, con la probable excepción de Brasil, aunque también en este caso predominaron los intereses políticos.
Los motivos
Ahora se suspende a Venezuela por no cumplir con los compromisos adoptados en el Protocolo de Adhesión, es decir, por no disponer la vigencia interna de los acuerdos pactados y de las normas del Mercosur.
Venezuela había recibido un ultimátum por no haber aprobado 112 Resoluciones y más de los 300 parámetros exigidos para funcionar plenamente como socio. De manera que, como resultado de la medida adoptada, Venezuela no tiene ahora ni voz ni voto en los organismos del Mercosur.
Existe la posibilidad de que se otorgue un nuevo plazo tras el cual, de no ponerse en vigencia las normas comunes, Venezuela será expulsada definitivamente.
Venezuela ha apelado al régimen de solución de controversias previsto en el marco del Mercosur. El presidente Maduro, en su programa radial llamado "La hora de la salsa" ya había manifestado que si lo sacaban por la puerta entraría por la ventana. Parece que se olvidó de que Venezuela ya entró por la ventana cuando ingresó al Mercosur mientras los demás, especialmente por iniciativa de la Argentina y de Brasil, suspendían arbitrariamente a Paraguay que era el único oponente a su ingreso.
Piruetas y acrobacias
De modo que, de volver a entrar por la ventana, sería una reincidencia en materia de tales acrobáticas piruetas.
Que los infractores países miembros decidan ahora suspender a Venezuela por no cumplir con la exigencia de disponer la vigencia de la normativa del Mercosur es una gran hipocresía. Y lo es porque, según lo ha manifestado oficialmente el mismo Mercosur, los países fundadores no han puesto en vigencia interna algo así como la mitad de las normas obligatorias dictadas por los organismos pertinentes.
Por eso "el que esté libre de culpa que tire la primera piedra", o también aquél famoso refrán español: "Lo tuyo me dices". Porque los que suspenden generalmente hacen lo mismo que el suspendido.
Esta suspensión es parte del doble discurso.
El verdadero motivo es la ruptura del orden democrático en Venezuela y la violación de los derechos humanos de los ciudadanos en ese país, algo que los demás gobiernos del Mercosur no se atreven a reconocer ni oficial ni públicamente.
Se niegan a aplicar lo dispuesto por el Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático en el Mercosur, que es lo que deberían hacer y no hacen. Protocolo que es por demás claro al respecto.
El autor es especialista en temas aduaneros y de comercio exterior del Mercosur